Hace unos días se dio a conocer a través de la famosa revista científica Nature Medicine un avance extraordinario en las investigaciones en el campo de la neuroestimulación para los casos de parálisis o lesiones de la médula espinal.
Científicos de Zúrich, Suiza, hicieron posible que tres personas parapléjicas pudieran volver a caminar empleando la neuromodulación. Un paraguayo formó parte del equipo que logró la hazaña.
Máster en neuroinformática y doctor en ingeniería biomédica, Hazael Montanaro, de 34 años, está haciendo historia en la medicina junto a otros grandes investigadores que emplean los modelos computacionales y el implante de electrodos en la espina dorsal para devolver la movilidad a personas con parálisis.
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El exalumno del Colegio Americano de Asunción y egresado de la prestigiosa Universidad de Yale, de los Estados Unidos, explicó, en contacto con la 730 AM que inicialmente se trabaja en un ambiente virtual, creando una imagen tridimensional del paciente, a base de tomografías y resonancia magnética, usando simulaciones de cómo se propagan las corrientes dentro del cuerpo humano.
“Vemos qué neuronas son las que se activan y cuáles no a través de simular el implante que se les pone y a través de eso informar la manera en que se hace la geometría del implante, la configuración de los electrodos, en qué intensidad activar cada electrodo para intentar reclutar las neuronas correctas, en los tiempos correctos, para crear el movimiento complejo que es la locomoción”, detalló.
Como un marcapasos
A modo de graficar, Hazael dijo que es más o menos la misma idea que un marcapasos que manda una señal eléctrica al corazón para que siga latiendo. “Solamente que ahora tenés 16 diferentes puntos donde podés excitar eléctricamente, y para eso se crea un implante que se inserta dentro de la espina dorsal, un poquito por debajo de donde inicia la parálisis”, indicó.
“Es controlado esencialmente por un marcapasos, luego eso se conecta a una computadora y a través de la computadora se puede configurar cuál es la manera adecuada y correcta para intentar crear movimientos complejos como la locomoción o para pedalear, inclusive nadar”, agregó.
Especificó que de momento este sistema funciona enteramente mediante la estimulación eléctrica y “cuando uno estimula eléctricamente diferentes partes de la espina dorsal puedes crear diferentes clases de movimientos y cuando vos combinás esos movimientos como la extensión de la pierna, la contracción del pie, la extensión de la rodilla puede crear movimientos complejos tales como pedalear, caminar y todo eso”, apuntó.
Montanaro indicó que se trata de un trabajo de investigación iniciado en gran parte por la Politécnica de Lausana y que se trata de un grupo que viene trabajando ya desde hace décadas en ello, comenzando con modelos animales y ahora en humanos, como los tres pacientes que lograron caminar de nuevo.
Avances en otras áreas
El especialista en neuroinformática subrayó que hay mucho trabajo en su campo, observándose un importante avance también en la investigación en otras áreas como la vista. “Yo también hice un trabajo donde se buscaba eléctricamente estimular ciertas neuronas dentro del ojo para poder crear ciertos sentimientos muy parecidos a la vista”, comentó Montanaro.
Sin bien aclaró que todo esto está todavía en una etapa de investigación, que demandará aún mucho tiempo, apuntó que hay un importante avance especialmente en la habilidad de estimular las neuronas dentro del cerebro, dentro del cuerpo humano, para lograr ciertas clases de efectos, sean paliativos, tanto para los casos de parálisis, como para revertir la ceguera o, inclusive, para otras clases de problemas médicos como los neurológicos.
“El tema de la neuroinformática abarca muchísimo y a mí lo que me interesó inicialmente fue crear chips de computadoras que se asemejan a comportamientos de las neuronas. En vez de intentar resolver la inteligencia artificial de la forma en que la vamos viendo, por qué no copiamos del cerebro que sabemos que ya tiene inteligencia”, señaló
Hazael es un joven científico apasionado de su trabajo, un convencido de que la tecnología aplicada a la ciencia seguirá dando todavía grandes sorpresas y beneficios a la humanidad. Desde Zúrich expresó que su idea es algún día volver a nuestro país, pero más adelante, porque considera que todavía tiene mucho que aprender en el mundo de la ciencia.