Ilya Lichtenstein, de 34 años, y su mujer, Heather Morgan, de 31 años, fueron arrestados el martes pasado en Nueva York y un juez ordenó mantenerlos en detención hasta su próxima audiencia el fin de semana. Según la justicia estadounidense, son sospechosos de recibir y blanquear bitcoines robados a la plataforma de intercambios virtuales Bitfinex en 2016. Antes de su arresto, los investigadores recuperaron 94.000 bitcoines con un valor estimado de 3.600 millones de dólares; una incautación récord.
según los fiscales, este botín se encontraba en un portafolio virtual en poder de Ilya Lichtenstein. El resto de los bitcoines robados habrían sido blanqueados a través de transacciones complejas que involucran programas informáticos, conversión en otras monedas virtuales y cuentas bancarias abiertas con identidades falsas, precisó la acusación.
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Pero más que las proezas tecnológicas y financieras de la pareja, las redes sociales se agitaban el miércoles con los videoclips de la rapera Heather Morgan, conocida como “Razzelkhan”. El canal de Youtube de la mujer ya no está en línea, pero algunos fragmentos, ampliamente compartidos, permanecen en internet. “Soy el maldito cocodrilo de Wall Street”, canta con voz aguda.
En un artículo de opinión publicado en 2019 por la revista Forbes -- para la que ella escribió por varios años --, Morgan explica haber sufrido durante su juventud problemas de lenguaje y haber soportado burlas por su timbre de voz, pero empezó a hacer rap tras “agotarse” profesionalmente.
“Ultrabizarra”
En otros testimonios disponibles en internet, cita varias etapas de su vida, de las cuales es difícil conocer su veracidad. Un artículo menciona también una fuga de Brasil tras descubrir la infidelidad de un esposo con el que se casó muy joven. Y en otros, cita la creación, a los 23 años, de una empresa especializada en los “correos fríos”, una técnica de prospección comercial con la que, según ella, se enriqueció.
Pero en su cuenta de Facebook da la imagen de ser una adolescente grande, con mensajes en su chat y con sus mejores amigas, selfis y reflexiones inspiradas como “todos somos malditos impostores, no sean tan duros con ustedes mismos”.
En la misma mezcla de estilos, su esposo Ilya Lichtenstein, un rusoestadounidense apodado “Dutch”, se presenta en las redes sociales como “emprendedor tecnológico, programador de códigos e inversionista”, mientras asegura haber alquilado pantallas publicitarias gigantes en Times Square para pedirle matrimonio.
“Sabía que había que hacer algo memorable que mostrara cuanto amo y aprecio a la verdadera Heather, no solo la emprendedora dura sino también la creadora ultrabizarra”, explica el hombre que muestra un estilo “geek”.
Poco comprensibles para los no iniciados, sus tuits hablan de finanzas virtuales o de NFT (certificados de autenticidad asociados a objetos virtuales). En un mensaje de noviembre critica un artículo sobre criptomonedas que no da consejos para asegurar las transacciones.
En la misma vena, la mujer compartía en 2020 con los lectores de Forbes sus “consejos expertos para proteger una empresa de cibercriminales”. Hoy, ella y su esposo enfrentan hasta 25 años de prisión por el cibercrimen del que se les acusa.
¿Cómo se roban criptomonedas?
Antes había atracos de bancos, ahora se roban criptomonedas en línea. La prueba es la aprehensión récord de bitcoines anunciada el martes por Estados Unidos, por un valor de 3.600 millones de dólares, que muestra la fragilidad de estos activos totalmente virtuales.
¿Cómo se logró desviar y controlar una cantidad de dinero semejante cuando se garantiza que la tecnología que protege esta nueva forma de dinero, la ‘blockchain’ es infalsificable? Estas son algunas pistas:
Piratear los intercambios
En el caso estadounidense, el blanco era una plataforma de intercambio de criptomonedas Bitfinex. Esos sitios albergan en general importantes reservas de divisas digitales, lo que los hace especialmente interesantes para los criminales.
“Puede suceder que personas mal intencionadas logren ingresar a sus servidores a robar el dinero”, explicó Manuel Valente, director de análisis e investigación de Coinhouse, una de esas plataformas. Alexandre Stachtchenko, del servicio de asesoría KPMG, dice que ciertas plataformas almacenan en sus servidores claves de acceso a los portafolios digitales de sus clientes, lo que los hace vulnerables.
“Si llegan a penetrar el servidor, se pueden robar las contraseñas”, aseguró. “Una vez que tienen las contraseñas, trasladan los bitcoines de una dirección a otra y ¡pum! las personas ya no tienen acceso a esos bitcoines”.
Piratear la “blockchain”
Existe una posibilidad aún más insólita -por ser muy complicada y costosa- de robar criptomonedas: piratear la misma “blockchain”. Esta “cadena de bloques”, un inmenso registro público imposible de falsificar, contiene los detalles de todas las transacciones.
Cada bloque está ligado al anterior y es teóricamente imposible modificar una línea de código sin alterar todas las cadenas, y ciertos usuarios (los “mineros”) tienen como misión verificar las transacciones.
“Si usted toma el control de más de la mitad de la red de ‘minería’ en una ‘blockchain’ particular, usted podrá suprimir las transacciones”, señaló Valente. Con ello puede reclamar que ciertos pagos nunca existieron y cobrarlos por segunda vez. La plataforma Gate.io perdió 200.000 dólares en un ataque este tipo en 2019.
La “moda cripto”
Hoy día, la criptomoneda es a menudo usada como cebo o como medio de pago preferencial en un ataque informático. Es el caso de los ataques por “ransomware”, los piratas exigen frecuentemente un rescate en criptomoneda a cambio de la restauración del registro pirateado, explicó Erica Stanford, autora de un libro sobre las criptomonedas.
Ella citó también los sistemas piramidales, donde los inversionistas reciben promesas de retorno sobre inversiones masivas, pero solo lo reciben cuando nuevas víctimas les confían su dinero. Tales estafas, que involucran también otros dominios además de las criptomonedas, han generado, 7.000 millones de dólares en 2019, según la oficina de análisis Chainalysis.
“La principal estafa no es tanto sustituir la criptomoneda como hacer a la gente creer que se van a volver ricos rápidamente para atraparlos”, afirma Erica Stanford.
Más recelo, menos mercado
Pese a todo, las criptomonedas son cada vez menos utilizadas por los cibercriminales. Según Chainalysis, las transacciones en criptomonedas con fines ilegales alcanzaron 10.000 millones de dólares en 2020, por debajo de los 21.400 millones un año antes.
Alexandre Stachtchenko explicó que las plataformas reforzaron su seguridad, llegando a construir tipos de “bunkers” para resguardar sus cajas fuertes digitales. “Apenas los bitcoines robados se ponen en movimiento, todo el mundo se entera”, apuntó Valente. “Por lo tanto, casi ninguna empresa acepta negociar con bitcoines que fueron robados”.
Los 3.600 millones de dólares en bitcoines que los investigadores estadounidenses recuperaron el martes estuvieron en un portafolio digital casi siete años antes de ser descubiertos.
“Refugio para los criminales”
Estados Unidos anunció el martes haber recuperado más de 94.000 bitcoines robados en 2016 a la plataforma de intercambio virtual Bitfinex y que están avaluados hoy en 3.600 millones de dólares. Una pareja, sospechosa de buscar blanquear las criptomonedas robadas mediante un “laberinto de transacciones” fue detenida el martes en la mañana en Manhattan.
Ilya Lichtenstein, de 34 años, y su mujer Heather Morgan, de 31 años, que enfrentan hasta 20 años de prisión, serán presentados ante un juez federal más tarde, según el departamento de Justicia
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“Estas detenciones y esta incautación judicial, la más importante jamás realizada por el departamento (de Justicia) muestra que las criptomonedas no son un refugio para los criminales”, comentó la ministra adjunta de Justicia, Lisa Monaco, citada en un comunicado.
En agosto de 2016 un pirata informático incursionó en los sistemas de la plataforma Bitfinex, con sede en Hong Kong, e inició más de 2.000 transacciones no autorizadas, robando casi 120.000 bitcoines a sus clientes, entonces avaluados en 71 millones de dólares.
Según los fiscales, la moneda virtual terminó en un portafolio digital en poder de Ilya Lichtenstein, quién se presenta en redes sociales como “emprendedor tecnológico, codificador e inversionista”.
Oro y NFT
En el curso de los cinco años posteriores al robo, 25.000 de esos bitcoines salieron del portafolio a través de un “laberinto de transacciones en criptomonedas” y fueron desviados a cuentas en línea abiertas por la pareja con el uso de identidades falsas. Ellos mezclaron “viejas técnicas y transacciones muy complejas”, comentó uno de los fiscales con la prensa.
Los fondos robados sirvieron especialmente para comprar oro y NFT (“non fungible tokens”, en inglés), es decir, certificados de autenticidad asociados a objetos virtuales, y también para pagar gastos corrientes, según las autoridades. El resto de los bitcoines, avaluados hoy en 3.600 millones de dólares, teniendo en cuenta el alza de los precios del bitcóin, fueron recuperados por los investigadores la semana pasada.
Con una órden judicial los investigadores revisaron las cuentas en línea de la pareja y recuperaron la clave de seguridad que daba acceso al portafolio. La plataforma Bitfinex había anunciado una recompensa de varios millones de dólares por información para encontrar los bitcoines robados pero el departamento de Justicia rehusó decir si la empresa había tenido participación en las detenciones.
Zona sin ley
Las autoridades contactaron a las víctimas del robo con el fin de iniciar el proceso de recuperación de los fondos. La investigación continúa, pero las autoridades no se han pronunciado sobre el autor inicial del ataque informático.
El bitcóin, una moneda virtual, se comercia desde 2008 y ha tenido importantes variaciones de precio. Atrae a grandes nombres de las finanzas y permite, según las autoridades, a las redes criminales hacer más opacas sus operaciones financieras.
Este caso “muestra que las fuerzas del orden son capaces de seguir el hilo de plata a través del blockchain (tecnología descentralizada y segura de almacenamiento y transmisión de información, ndlr) y no dejaremos a las criptomonedas (...) convertirse en una zona sin ley” comentó Kenneth Polite, un alto funcionario del departamento de Justicia.
Fuente: AFP.