Que las mujeres vayan ocupando cada vez más espacios en ámbitos laborales donde antes casi no tenían cabida ya no es novedad en estos tiempos. Sin embargo, el campo de la construcción sigue siendo un ambiente casi prohibitivo para ellas por las tareas que exigen resistencia, fuerza física y otros factores.

Derribando prejuicios, y demostrando que las mujeres se pueden desempeñar perfectamente en tareas relacionadas a obras de infraestructuras, se destaca la figura de Diana Guadalupe Meza, una joven guaireña tractorista que no se siente amilanada por el intenso sol chaqueño ni por un equipo de trabajo dominado por hombres.

“Cuando estaba libre empezaba a practicar y luego ahareima hese”, contó Diana, quien ahora maneja con gran pericia una de las motoniveladoras que realizan trabajos viales de habilitación y mantenimiento de la nueva Ruta de la Leche, una iniciativa encarada por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.

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“Todos podemos hacer si nos animamos, solo tenemos que echarle ganas, por eso yo soy operadora de tractor motoniveladora”, expresó Meza en un video publicado en la página del MOPC, institución desde donde destacan la brillante labor que viene desarrollando la trabajadora en las obras del Tramo I de la constructora Heisecke SA, en la zona productora de leche más importante del Chaco paraguayo.

Como toda madre, la principal motivación de Diana Guadalupe son sus dos hijos, Kevin y Alan, quienes en estos momentos están al cuidado de la abuela mientras la joven, oriunda de la ciudad de Yataity, aprovecha esta particular oportunidad laboral con la esperanza de mejorar la calidad de vida de los suyos. Asimismo, espera servir de ejemplo para que otras mujeres se animen a incursionar en este tipo de trabajos históricamente destinados solo a los hombres.

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“Me considero una mujer llave para las otras mujeres, porque si yo puedo las otras también pueden”, manifestó la egresada de la Escuela Agrícola de Minga Guazú. Así, todos los días, ataviada con su indumentaria de trabajo, la mejor actitud y una sonrisa siempre en los labios, Diana Guadalupe sube a su máquina y abre caminos hacia un horizonte de progreso en el que deja con orgullo su impronta de mujer.

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