La exempleada y denunciante de Facebook, Frances Haugen, dijo que quiere dedicarse a educar a los jóvenes en el manejo de las redes sociales, en una entrevista a la AFP, al término de una gira por varias capitales europeas.
“Quiero continuar luchando” para que Facebook modifique sus prácticas de hiperamplificación de contenidos nocivos, explica la denunciante estadounidense en un gran hotel parisino en la víspera de su viaje de regreso a Estados Unidos.
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“Quiero hacer una gira por universidades en el primer trimestre” y “dar herramientas a los jóvenes” para ser conscientes de los efectos peligrosos de las redes sociales, dice esta joven rubia, con un discurso bien labrado. Tras dar un portazo a Facebook en mayo, Haugen filtró poco a poco miles de documentos internos recogidos en el gigante tecnológico al que acusa de no proteger a sus usuarios.
De repente, saltó a la escena pública en otoño con un testimonio contundente y muy mediático en el Congreso estadounidense contra su antigua empresa. Frances Haugen, matemática y especialista de datos, quiere construir ahora un “consorcio” de investigadores y especialistas independientes para crear simuladores de redes sociales en laboratorios que permitan experimentar con la viralidad de los contenidos. Así se podría ver “cómo podemos parar la diseminación de contenidos nocivos en la red”, explica.
Independencia económica
Su lucha contra Facebook es “a largo plazo”. “Puede que hagan falta dos años, puede que cinco” para que la red social rinda cuentas, asegura. La joven ingeniera, rodeada por un equipo de asesores de comunicación, consiguió independencia económica gracias a una serie de inversiones financieras acertadas.
“Vi la crisis del COVID llegar. Soy especialista en datos y redes, vi que la crisis iba a ser grave y compré acciones a la baja a corto plazo” en la bolsa “justo antes” de su caída, explica. Una parte de las ganancias las reinvirtió en criptomonedas. “Incluso si no vuelvo a un trabajo de asalariado, puedo utilizar las matemáticas y probablemente ganarme la vida solo con los mercados”, afirma.
El combate de Haugen no es afinar las técnicas de moderación de Facebook ni tratar de discernir mejor los contenidos buenos y malos. Se trata de poner fin a la hiperamplificación de contenidos, obligando al gigante a desvelar sus datos sobre la cuestión.
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“Si Facebook está obligado a mostrar lo que no funciona, entonces estará obligado a hacer cambios”, insiste. Para ella, la red social debe volver a una escala humana y dificultar, por ejemplo, la redifusión hasta el infinito de un contenido. Obligar a un usuario a hacer un gesto voluntario, como cortar-pegar, para redifundir un contenido ya “podría tener tanto efecto en la desinformación como el conjunto del programa de verificación de información” de la plataforma.
También podría complicar la formación de grupos de abonados, asegura. “Toma un grupo de un millón o de cinco millones de personas que produce cada día 1.000 contenidos. Si el algoritmo debe escoger tres de estos contenidos para difundirlos en los hilos de actualidad, serán habitualmente los más extremos” porque son los que provocan más reacciones, asegura.
La denunciante también advierte ante el desarrollo de “metaverso”, el universo digital paralelo en el que Facebook quiere embarcar a la población. Si la gente pasa su tiempo en un universo virtual donde tienen “mejores ropas, un corte de pelo más elegante y una apariencia más bonita” que, en la realidad, ¿qué efecto tendrá sobre su salud mental?, se pregunta. “No es en cinco años que hay que plantearse esta cuestión, es en tres meses”, advierte la enemiga número uno de Facebook.
Fuente: AFP.