Ana Paula Céspedes Rivet tiene 24 años y, si bien en el 2018 representó a Paraguay en un certamen de belleza, actualmente es una piloto guaraní que está entre el cielo y la tierra. De una familia con tradición en la aviación es nuestra mujer destacada de la semana.

Con la bella sonrisa que la caracteriza y con una amabilidad única, empezó contando a La Nación que desde muy chiquita estuvo metida ya en el mundo de los aviones porque su abuelo y su papá también son pilotos.

Siendo ella la primera mujer de su familia y la tercera generación que se dedica a la aviación, comentó que también tiene primos que están metidos en el mundo de la aviación. “Esto viene de unas generaciones atrás y ya desde chica miraba al cielo buscando el avión o cuando escuchaba algún sonido relacionado”, mencionó.

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Facetas de arte y belleza

Una vez que terminó el colegio, le preguntaron qué iba a seguir y ella sin dudar dijo que quería ser piloto porque eso siempre estuvo presente. “En el 2015 terminé el colegio y en el 2016 ya inicié el curso de piloto. Gracias a Dios se me dio la oportunidad, tuve el apoyo de mis padres para poder cumplir ese sueño y hoy en día me dedico a eso, estoy súper feliz”, agregó.

Ana Paula también tiene una faceta como modelo y cantante. Confesó que lo de cantar es más como pasatiempo, ya que nunca estudió. La relación con el mundo de la moda estuvo más marcada años atrás, pero sigue trabajando con marcas en las redes sociales.

“En una época subía videos con un amigo que hoy en día se recibió en cinematografía en Estados Unidos, pero en ese entonces eran videos bien caseros y siempre me gustó cantar, pero nada profesional. Fui modelo en la época del colegio y un poquito después. Fui miss en un certamen de belleza que se llamaba Miss Supranational y representé al Paraguay en el 2018, ya después de eso me jubilé del mundo de la moda, del mundo de las misses”, expresó entre risas.

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En el 2018, Ana Paula representó a Paraguay en un certamen de belleza. Foto: Gentileza.

Inicios en la aviación

En el 2016, con ayuda de sus padres, hizo el curso de piloto privado. Explicó que así se empieza y que, para ser piloto, uno tiene que empezar haciendo el curso de piloto privado, que sería la parte teórica y también con 40 horas de vuelo.

“Una vez que hacés eso, te recibís de piloto, ahí tenés tu licencia y podés empezar a volar, empezás a juntar horas, para luego poder hacer el curso de vuelo por instrumento, curso de piloto comercial y el de bimotor, serían 4 cursos en total, de los cuales, con el paso del tiempo, fui completando. No es algo de otro mundo, pero sabemos que es un poco costoso y lleva tiempo también por el hecho de que hay que juntar horas de vuelo”, indicó.

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La entrevistada señaló que todos los pilotos tienen su bitácora de vuelo donde anotan todos los vuelos que hacen para seguir un conteo de la cantidad de horas que tienen. Ana Paula lleva 5 años como piloto aviador civil y tiene unas 900 horas de vuelo aproximadamente. Actualmente está en aviación general.

Dijo que si bien no sabe dónde se ve en 5 o 10 años, afirmó que se ve volando. “Estar ahí arriba, seguir aprendiendo y ya la vida va a decirme después si voy a entrar a una línea o no pero mientras sea volando, está todo bien”, enfatizó.

Ana Paula y su familia. Asegura que gracias a sus padres pudo cumplir su sueño de ser piloto. Foto: Gentileza.

Tripulación Céspedes

Una de las cosas que más disfruta la piloto guaraní es volar con su papá, su inspiración, como ella lo describió. “Yo vuelo con mi papá, pero no tenemos una agenda estructurada porque si bien tenemos vuelos programados, otros pueden salir en el día o al día siguiente. Puedo estar en mi casa viendo una película y ahí me llaman, entonces hago el vuelo. Nos entendemos muchísimo en la cabina, estamos acostumbrados el uno al otro, hay mucho compañerismo también, se aprende un montón y sigo aprendiendo con él. Fue mi gran inspiración y siempre va a ser”, refirió.

En cuanto a su vida personal, Ana Paula es la mayor de dos hijas y se lleva muy bien con su hermana menor. “A ella no le gusta volar, pero es chef y sommelier”, destacó. Contó que su pareja también es piloto y se comprometieron en marzo pasado. Sostuvo que como todo es muy reciente, están con los preparativos. La piloto guaraní aseguró no ser buena en la cocina, pero resaltó que le encanta hacer ejercicios y también ver películas, series y más que nada escuchar música para despejarse un poquito.

Padre e hija comparten cabina y surcan los cielos. Foto: Gentileza.

Si otro pudo, vos también podés”

Para nuestra entrevistada, una cosa está clara: nadie tiene que sentirse menos o dejar que otra persona le juzgue por la apariencia. “Uno es mucho más que eso y nada es imposible, partiendo de la base de que siempre si otro pudo, vos también podés. Es algo que yo digo mucho y es lo que cuando las cosas se ponían un poco difíciles me hacía mantenerme firme y seguir, para poder cumplir la meta”, argumentó.

En otro momento, también remarcó en que hoy en día es un poco más común ver en la cabina a una mujer. “En Paraguay no sé cuántas mujeres exactamente hay que son pilotos, pero sé que hay muchas mujeres ya en el rubro. Inicialmente éramos 2% a nivel mundial de mujeres que estábamos en esto y hoy en día creció muchísimo, ya seríamos un 5%. Igual no es demasiado, pero cuenta y es un poco más común ver de repente en la cabina a una mujer. He visto comandantes mujeres y que son inspiración diariamente”, subrayó.

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