Nuestra mujer destacada de esta semana tiene 38 años y encabeza la asociación de recicladores que forma parte de “Mi Barrio Sin Residuos”, para impulsar el reciclaje en cinco barrios de Asunción. Se trata de Griselda Cantero, quien es madre soltera de cuatro hijos y ahora es la presidenta de la Asociación de Recicladores del barrio San Francisco.
Nuestra entrevistada comentó que se dedica al reciclaje hace 25 años. Empezó con su mamá, quien también era madre soltera. “Nací en Asunción, mi mamá es de Arroyos y Esteros, vino cuando tenía 12 años. Cuando eso se juntaban solamente hueso, aluminio y cobre. Empecé hace 25 años en el barrio San Pedro (Gral. Santos y Artigas), después nos mudamos al barrio San Francisco y acá desde que nos mudamos empezamos a organizarnos con un grupo. Hace 4 años ya que se conformó la asociación. Hace poco que ganamos las elecciones y soy la actual presidenta de la asociación, hace 3 meses”, explicó a La Nación.
Dijo además que cada periodo de la asociación dura 2 años y que la misma está conformada por 25 personas, entre hombres y mujeres, de 18 años para arriba.
Su día a día
Nuestra mujer destacada indicó que su día arranca con su recorrido a las 5:00 hasta las 7:30 aproximadamente. Después sale otra vez a la tarde, hasta llenar el carrito.
Mencionó además que están en un grupo denominado “Mi barrio sin residuos” que nació de la alianza entre Coca-Cola Paraguay, la Municipalidad de Asunción, el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Soluciones Ecológicas y Fundación Moises Bertoni a través del proyecto “Asunción Ciudad Verde de las Américas – Vías a la Sustentabilidad”.
“Nos están acompañando y a cada reciclador le está perteneciendo una zona. Esto hace como 6 meses, una vez a la semana. Mi zona es Loma Pytâ y suelo salir hasta Las Mercedes”, agregó.
En época de cuarentena total el precio de la mercadería bajó muchísimo, comentó. “La latita estaba a 5.000 guaraníes y en ese ínterin bajó a 1.500, por el suelo estaba la mercadería en la pandemia pero igual nosotros salíamos a trabajar, porque ese pues es el sustento de nuestra familia”, destacó.
En cuanto a lo que recicla, citó que junta latitas, plástico, cartones, papeles, chatarras, de todo un poco. “Ahora por ejemplo, hasta tetra Pak se está recolectando”, dijo.
Familia y asociación
La joven habló acerca de su familia y de cómo la sacó adelante con el reciclaje. Refirió que por medio de su trabajo logró sostener y educar a sus hijos. “Tengo 4 hijos, soy el sostén de mi familia, soy madre soltera. El mayor cumplió 18 años y también forma parte de la asociación. El otro tiene 15, una nena de 12 y el más chico de 8 años”, confirmó.
Respecto a sus compañeros, aseguró que son conscientes del impacto ambiental que generan y que al recoger un plástico, están protegiendo al medioambiente.
“Con nuestro trabajo también ayudamos a la gente con el medioambiente, ayudamos a limpiar para que los plásticos no se vayan más a los ríos y que vayan a parar a todos lados porque estamos haciendo ese trabajo”, resaltó.
Con la asociación tienen una reunión los miércoles de 2 horas además de la mensual. “Hay un proyecto ahora, se va a hacer acá una fábrica de plásticos y solemos tener una charla con la gente del PNUD. Nosotros como asociación también nos reunimos de manera mensual”, subrayó.
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Lo más difícil
En otro momento, la presidenta de la asociación sostuvo que cuesta mucho ser reciclador porque conlleva mucho sacrificio, ya que hay veces que no hay mercadería, se descompone la moto, no tiene para cargar combustible o les agarra una tormenta, muchas cosas pasan en el día a día.
Para ella no hay días de lluvia, sol, todos los días sale a trabajar. “Tenés que salir sí o sí porque si no trabajás, no hay sustento. Ahora por ejemplo estoy trabajando en motocarro y cuando se descompone es muy difícil porque para mandar arreglar la moto es lo complicado. El tema del reciclaje es muy difícil porque hay veces que le encontrás a gente que está malhumorada y te maltrata. También algunos compañeros van y rompen las bolsas, tenemos que aguantar que nos reten. Gracias a Dios nunca tuve problemas de inseguridad por la calle”, remarcó.
Desafíos como presidenta
Para Griselda, estar al frente de la asociación representa una oportunidad de realizar el sueño que siempre tuvo, de tener una fábrica para que muchas personas tengan fuente de trabajo.
“Que la gente de mi barrio pueda tener un ingreso porque es un trabajo que a muchas personas le parece indigno, pero a nosotros nos parece digno porque con esto sacamos adelante a nuestras familias y muchas cosas nos salva”, afirmó.