La mujer destacada de esta edición es ganadora de varios premios internacionales y cuenta también con decenas de nominaciones en diferentes festivales en todo el mundo. Se describe muy amiguera y encantada por la lectura y la pintura. Llevó la bandera paraguaya en alto con su primer largometraje, “Hamaca paraguaya” (2006).
Se trata de la cineasta Paz Encina, quien confiesa que su vocación del cine viene de la música. “Esa es siempre mi sensación. Yo estudié guitarra clásica desde muy pequeña, desde que tenía 4 años. Siempre pensé que me iba a dedicar a la música, pero finalmente terminé en el cine”, contó a La Nación.
“Estudié 5 años en la Universidad de Cine de Buenos Aires y terminé con la licenciatura en dirección cinematográfica. Creo que a todos los que hacemos cine, lo que más nos gusta o lo que más disfrutamos es tratar de vivir de lo que hacemos, cosa que siempre es un gran desafío”, comentó la realizadora, quien en junio de 2020 fue invitada a ser miembro de la Academy of Motion Pictures, Arts and Science; es decir, la Academia de Hollywood que entrega los famosos premios Óscar.
Paz mencionó que terminó la universidad y arrancó con la docencia. “Siempre fue como un estadio muy generoso para mí, en relación a lo que puedo dar y lo que puedo recibir como docente. Empiezo mi carrera como docente y después estaba terminando mi tesis, cuando comienzo con ‘Hamaca...’, que en realidad comienzo por consejo de un maestro que hasta ahora sigue siendo mi maestro, Jorge La Ferla. Me dijo que escriba un largometraje a partir del corto y que él me iba a ir corrigiendo. Era como un ejercicio el largo, como para no perder, yo no pensaba que iba a poder filmar”, relató.
Ella pensaba que iba a volver a Paraguay y que iba a vivir de la docencia. “Estaba como un poco perdida, no entendía muy bien qué iba a pasar conmigo. Arranco el largo de ‘Hamaca...’ haciendo un ejercicio, como para no perder el oficio de escribir. Mucho menos me imaginaba el impacto que iba a tener. Una vez que escribí el guión me fui a un taller de guiones y ahí es como que empecé a tener productor. Yo lo que quería era filmar la película. El hecho de ir al Festival de Cannes me pareció impensable a mí”, confesó.
El cortometraje “Hamaca paraguaya” (2000) se expandió con la coproducción de Argentina, Francia y Holanda; y el relato, completamente en guaraní, sobre una pareja de ancianos que espera que su hijo vuelva del frente en plena Guerra del Chaco, en 1935; se convirtió en la primera película filmada en Paraguay que compitió en Cannes, a través de la sección Una cierta mirada, donde obtuvo el premio Fipresci de la crítica internacional. Tras una serie de cortometrajes, Paz Encina presentó su segunda película en 2016, “Ejercicios de memoria”, que indaga la historia del político paraguayo Agustín Goiburú, que fue secuestrado en 1977 por el operativo Cóndor de las dictaduras de la región.
Desafíos de la mujer en el cine
Para la cineasta, el rol de la mujer en el cine nacional fue fundamental. “Creo que las mujeres fuimos las que abrimos mucho las puertas del cine honestamente. Está Gabriela Sabaté como productora; Tana Schémbori, que fue directora de ‘7 cajas’; me tocó a mí con ‘Hamaca paraguaya’; estuvo Renate Costa, que ya falleció, pero hizo ‘Cuchillo de palo’. Creo que las mujeres tuvimos como un papel muy grande en el cine y que eso hizo que nos posicionemos muy rápidamente y fuertemente”, destacó.
Al ser consultada acerca de la cantidad de trabajos realizados, dijo que no tiene contabilizados. “Me preguntan mucho cuántos planos tiene ‘Hamaca...’, no sé. Cuántos premios ganaste, no sé. Termino una cosa y quiero ir a la otra, inmediatamente a lo que viene, por eso creo que no contabilizo. Si los materiales fueran hijos, sería muy mala madre”, expresó entre risas.
Instalaciones de arte
Señaló que lee mucho y que le gusta leer poesía. “Sobre todo soy muy amiguera. Me gusta mucho ir a la casa de mis amigos y estar con ellos, compartir una merienda o una cena. También me gusta mucho la pintura. Cada vez que estoy en otro país y que el cine me da mucho la posibilidad de andar viajando, ir al museo para mí siempre es como una magia”, sostuvo.
Agregó que le gusta mucho hacer instalaciones. “Tuve la posibilidad de hacer instalaciones sonoras y una última que se llamó el aroma del viento. Un trabajo que disfruté mucho haciéndolo”, resaltó.
Eami (Monte y mundo)
Finalmente, Paz indicó que está terminando su cuarto largometraje que se llama “Eami”, que es una película en la que trabajó con la comunidad Ayoreo Totobiegosode, en el Chaco paraguayo.
“Estoy terminando y estrenando el año que viene. Eami es una palabra que en ayoreo significa monte y mundo. Es una película que hice con la comunidad Ayoreo Totobiegosode que quiero poder terminar y estrenar el año que viene, esa es mi idea”, puntualizó.