Por Rocío Gómez.
Si con tu automóvil o motocicleta recorrés las calles empedradas de Encarnación, tenés que saber que podés andar por un camino de todo tiempo gracias a Viviana Vera, una mujer de de 43 años que junto con su familia se dedican a empedrar numerosos barrios de la capital de Itapúa.
“Me dedico a hacer empedrado hace 16 años con mi marido. Hago la cancha con él, hago martillado, marcaciones, de todo. Antes era pasera, pero ahora toda mi familia se dedica a este trabajo”, señala Viviana mientras sigue laburando y de paso se seca el sudor de la frente con su camisa mangas largas, la que usa a diario para no quemarse con la fuerte y caliente resolana.
“Perdí la cuenta de las cuadras que empedré. Trabajé en Barrio Chaipé un año y 8 meses”, indica citando algunos de los barrios que empedró, como San Pedro, San Isidro, 3 de Mayo, San Miguel, y otros tantos más.
Al elegir este oficio, Viviana descubrió que recibe mejor remuneración económica que como pasera. Ella agradece haber cambiado de oficio a tiempo, considerando que durante la crisis generada por la pandemia, su laburo se convirtió en una fuente de ingreso seguro. Por el trabajo cobran G. 2.500 el metro cuadrado. “Ganamos 175 mil por cancha. Por día hacemos 1 cancha y media, si el clima nos ayuda”, nos comentó mientras seguía colocando las piedras para dar forma al empedrado.
Cuando no hay trabajo o las condiciones climáticas no permiten trabajar, o simplemente para evitar el trabajo duro, veces se dedica a la costura con máquina y al crochet, por sus habilidades como costurera. Pero dedicarse a las manualidades suele ser de forma excepcional, ya que se dedica de lleno al empedrado. “A veces las piedras me cortan, pero prefiero trabajar sin guantes porque es más rápido”.
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La familia Vera trabaja bajo contrato de la Municipalidad de Encarnación. En el municipio conocen bien a Viviana y siempre le dan el derecho y la oportunidad de trabajar en nuevas obras sin considerar como un impedimento físico que sea mujer. Es más, reconocen sus conocimientos en la materia y suelen darle numerosas oportunidades de nuevos empedrados.
Pese a que la mujer admite que con este trabajo no lograron todavía comprar un terreno, mantienen la casa en donde viven, pagan sus cuentas y pueden vivir de manera digna como familia.
Viviana cree firmemente que las mujeres pueden salir adelante, no importa cuál sea la situación, siempre que estén dispuestas a trabajar. “No importa si es duro o fácil, basta que sea trabajo honesto. Tenemos que valorarnos. Casada, soltera, salir adelante trabajando. Soy una mamá, humilde pero pongo la garra en mi hogar con mis hijos. Ellos son todos buenos y respetuosos porque les enseñé la honestidad y el trabajo”, resume convencida la ejemplar madre.
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