¿Serán pronto algo anticuado los saltos en paracaídas? Para vivir experiencias extremas y admirar la Tierra desde arriba (pero muy arriba), los viajes espaciales podrían convertirse en el nuevo regalo de moda. Al menos con un poco más de paciencia y mucho dinero (pero mucho dinero). He aquí un acercamiento a los diferentes servicios que se ofrecen a los aspirantes a turistas espaciales.
¿Quién ofrece estos vuelos?
Dos empresas se posicionan en el nicho de los viajes cortos al espacio, de unos pocos minutos de estadía: Blue Origin, del multimillonario Jeff Bezos, y Virgin Galactic, del también multimillonario Richard Branson. En Blue Origin, un cohete es lanzado verticalmente, y la cápsula en la que se encuentran los pasajeros se desprende en vuelo hasta alcanzar los 100 km de altura, antes de volver a caer a la Tierra colgada de tres paracaídas.
Virgin Galactic, por su parte, utiliza un enorme avión de transporte que despega de una pista clásica llevando a otro similar a un gran jet privado, que en determinado punto se suelta y vuela de manera autónoma a velocidad supersónica hasta alcanzar los 80 km de altitud. Luego desciende planeando. En ambos casos, hasta seis pasajeros pueden desprenderse de sus asientos para flotar en ingravidez y admirar la curvatura de la Tierra.
¿Cuándo se podrá volar?
Virgin Galactic ha anunciado el inicio de sus operaciones comerciales regulares para principios de 2022, después de dos vuelos de prueba finales. La fila, sin embargo, será larga: ya se han vendido 600 billetes. La compañía dijo que planea eventualmente realizar un máximo de 400 vuelos por año por base espacial.
Dos personas podrán acceder por sorteo a uno de los primeros vuelos: las inscripciones están abiertas hasta el 1 de septiembre. En cuanto a Blue Origin, no se anunció un calendario preciso. “Planeamos dos vuelos más este año”, después del que realizará el propio Jeff Bezos el próximo martes, “y muchos más en 2022”, dijo una portavoz a la AFP. Otra opción: participar en un reality show televisivo. El programa Space Hero, con el aval de la NASA, se propone enviar al ganador de la competición a la Estación Espacial Internacional (ISS) en 2023.
¿Cuánto costará?
Los primeros billetes vendidos por Virgin Galactic costaron entre 200.000 y 250.000 dólares cada uno. Pero la compañía advirtió que los asientos que se pondrán a la venta en el futuro serán más costosos. Blue Origin no anunció un precio, pero se subastó un asiento en el primer vuelo tripulado por nada menos que 28 millones de dólares.
Por bastante menos (unos 125.000 dólares por persona), se puede abordar la nave de Space Perspective: una cápsula con una vista de 360°, que ascenderá lentamente suspendida de un globo aerostático del tamaño de un estadio de fútbol.
No obstante, a pesar de las vistas espectaculares, solo irá a una altitud de 30 km y aún estará lejos del límite del espacio y la ingravidez. Las 300 plazas disponibles para 2024, año en que debutará esta atracción, se han vendido todas, pero están habilitadas las reservas para 2025.
¿Qué requisitos físicos hay que cumplir?
A priori, solo es necesaria una buena forma física. Para Virgin Galactic, el entrenamiento debería durar apenas cinco días. El primer vuelo de Blue Origin llevará incluso a una expiloto de 82 años, que será la persona de mayor edad que haya estado en el espacio.
Entre los criterios que se pedían para la subasta de un lugar a bordo de la New Shepard de Blue Origin estaban no sufrir vértigo, poder subir el equivalente a siete pisos en menos de 90 segundos (para la torre de lanzamiento) y no pesar más de 100 kg.
¿Qué pasa con SpaceX?
SpaceX -propiedad de otro multimillonario, Elon Musk- planea igualmente vuelos de turismo espacial, aunque mucho más ambiciosos, de varios días y hasta mucho más lejos. El precio del viaje a bordo del cohete Falcon 9, que propulsa la cápsula Dragon, asciende a decenas de millones de dólares.
En septiembre, una misión fletada por el magnate estadounidense Jared Isaacman, Inspiration4, debe llevarlo a él y a otros tres pasajeros a la órbita de la Tierra. Por otra parte, en enero de 2022, tres empresarios viajarán a la ISS con un astronauta experimentado. La misión, denominada Ax-1, está organizada por la empresa Axiom Space, que contrató otros tres vuelos futuros con SpaceX.
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La compañía de Musk también tiene previsto un viaje en órbita para cuatro personas, organizado por la empresa intermediaria Space Adventures, la misma encargada del vuelo del multimillonario japonés Yusaku Maezawa a la ISS en diciembre, pero a bordo de un cohete Soyuz ruso.
Maezawa prevé realizar en 2023 un viaje alrededor de la Luna, esta vez a bordo de un cohete aún en desarrollo por SpaceX, el Starship. Dijo que quería llevarse a ocho afortunados con él en proceso de selección... pero las inscripciones ya están cerradas.
Un casting original
El primer vuelo tripulado de la empresa de turismo espacial Blue Origin despegará el martes con cuatro pasajeros a bordo, tres hombres y una mujer, que se instalarán detrás de grandes ventanales para no perderse nada del espectáculo.
Capitán Jeff Bezos
A los 57 años, el hombre más rico de la Tierra viajará a bordo de su propio cohete: la nave espacial New Shepard, construida por Blue Origin, la empresa que fundó en 2000. Seis años antes, había abierto en su garaje una pequeña librería en línea, Amazon.com, cotizada ahora en más de 1,8 billones de dólares.
Tras haber vendido parte de sus acciones de Amazon a su exesposa, Bezos posee actualmente una fortuna calculada por la revista Forbes en 200.000 millones de dólares. El magnate acaba de dejar la dirección de Amazon para dedicarse a otras aventuras, como sus expediciones espaciales. Bezos también es dueño del Washington Post y ha dicho que quiere dedicar tiempo y dinero a la lucha contra el cambio climático.
El hermano, Mark Bezos
Jeff invitó a su expedición a su hermano Mark Bezos, seis años menor que él, y a quien considera su “mejor amigo” y “el tipo más divertido” de su entorno. Mark fundó su empresa de marketing en 1999 y luego un fondo de inversión. También posee acciones en Amazon. En 2005 se convirtió en bombero voluntario y desde 2006 colabora con una asociación de lucha contra la pobreza. “¡Qué oportunidad tan increíble, no solo de vivir esta aventura, sino de hacerlo con mi mejor amigo!”, dijo en un video.
La decana, Wally Funk
A los 82 años, esta pionera y leyenda de la aviación está a punto de convertirse en la persona de mayor edad en viajar al espacio. Funk tomó sus primeras lecciones de vuelo a los nueve años. Ahora acumula 19.600 horas. En la década de 1960, participó en un programa privado diseñado para probar el desempeño de mujeres sometidas a las mismas pruebas que los hombres seleccionados por la NASA. “Me dijeron que hice el trabajo mejor y más rápido que cualquiera de ellos”, dijo, pero hubo que esperar a 1983 para que una primera estadounidense fuera enviada al espacio.
El más joven, Olivier Daemen
A los 18 años, este holandés que en breve comenzará estudios de física, se prepara para convertirse en el cosmonauta más joven de la historia. Su padre participó en la subasta del cuarto lugar en New Shepard, pero fue un magnate anónimo quien lo ganó.
Finalmente, este hombre no pudo viajar y será Olivier Daemen, fascinado por la Luna y los cohetes desde los cuatro años, quien lo sustituirá. “Estoy súper emocionado de ver el mundo desde arriba”, comentó en un video.
Crecen preocupaciones ambientales
Tras años de espera, se suponía que el regreso de Richard Branson de su viaje espacial este mes en una nave de Virgin Galactic sería algo triunfal. Pero la excursión levantó interrogantes sobre su impacto ambiental.
Con Jeff Bezos listo para lanzarse en un cohete de Blue Origin el 20 de julio, y SpaceX, de Elon Musk, planeando una misión orbital civil para septiembre, la naciente industria del turismo espacial se ve confrontada a una serie de cuestionamientos. Por el momento, los lanzamientos de cohetes no tienen una frecuencia suficiente como para contaminar significativamente.
“Sus emisiones de dióxido de carbono son totalmente insignificantes en comparación con otras actividades humanas o incluso la aviación comercial”, dijo a la AFP el principal asesor climático de la NASA, Gavin Schmidt. Pero algunos científicos están preocupados por la posibilidad de afectaciones a largo plazo, en particular sobre la capa de ozono.
Virgin Galactic, criticada por enviar a su multimillonario fundador al espacio por unos pocos minutos en una nave espacial devoradora de combustibles fósiles, señala que sus emisiones de carbono son equivalentes a un viaje entre Londres y Nueva York.
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La compañía “ya ha tomado medidas para compensar las emisiones de carbono de sus vuelos de prueba y está examinando oportunidades para compensar las de futuros vuelos de clientes y reducir la huella de carbono de su cadena de suministro”, indicó en un comunicado recibido por la AFP.
Sin embargo, mientras los vuelos transatlánticos transportan a cientos de personas, las emisiones de Virgin rondan las 4,5 toneladas por pasajero en un vuelo de seis pasajeros, según un análisis del astrofísico francés Roland Lehoucq y colegas publicado en The Conversation.
Ello representa más del doble del total anual de carbono por individuo recomendado para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático. “El problema son los impactos desproporcionados”, señaló a la AFP Darin Toohey, científico atmosférico de la Universidad de Colorado.
“Punto peligroso”
El SpaceShipTwo de Virgin Galactic utiliza un tipo de caucho sintético como combustible y lo quema en óxido nitroso, un poderoso gas de efecto invernadero. El combustible bombea carbono negro a la estratósfera superior, de 30 a 50 kilómetros de altura.
Una vez allí, estas partículas pueden tener múltiples impactos, incluyendo la aceleración de reacciones químicas que agotan la capa de ozono, vital para la protección de las radiaciones nocivas y evitar el cáncer de piel. “Podríamos estar en un punto peligroso”, dijo Toohey, que aspira a que se realicen más investigaciones científicas antes de que los lanzamientos sean más frecuentes. Virgin pretende realizar 400 vuelos al año.
En comparación con los aparatos espaciales SpaceShipTwo de Virgin Galactic, los de BlueOrigin son mucho más limpios, según un reciente artículo del científico Martin Ross, de Aerospace. La investigación encontró que el cohete reutilizable de lanzamiento vertical de Blue Origin causa cien veces menos pérdida de ozono que el de Virgin. Sin embargo, no significa que sea totalmente limpio.
El impacto de los lanzamientos suborbitales como los de Virgin y Blue Origin es bastante menor que el de los cohetes que alcanzan la órbita. Cuando SpaceX lleve a cuatro particulares al espacio en septiembre utilizará su cohete Falcon 9, que produce emisiones de carbono equivalentes a 395 vuelos transatlánticos. “Vivimos la era del cambio climático y no es momento de comenzar una actividad que genera emisiones de carbono”, declaró a la AFP la profesora universitaria finlandesa Annette Toivonen, autora del libro “Turismo espacial sostenible”.
Fuente: AFP.