El personaje virtual de Bashar Abo Khalil se desplaza por un muro ataviado con un traje rosado y un casco de samurai, mientras aporrea a su enemigo con una sartén, algo usual en el videojuego que causa furor en Irak.

La estrella cibernética, conocida como G2G, es uno de muchos iraquíes enganchados en el PlayerUnkown’s Battlegrounds (PUBG), un juego de combate virtual que recuerda al libro y la serie fílmica “Los juegos del hambre”.

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La versión móvil del juego se ha vuelto tan popular en Irak, donde 60% de la población de 40 millones tiene menos de 25 años, que a los jóvenes se les conoce como “la generación PUBG”. Jóvenes en todo el país pasan horas todos los días en la batalla virtual del videojuego, y socializan mediante su chat en vivo, que les permite competir o incluso enamorarse. Abo Khalil, de 31 años, solía pasar horas jugando para “dejar de pensar en los problemas”.

“Cuando uno está jugando se puede aislar del resto del mundo. Puede ser como una droga”, dice. Radicado actualmente en Turquía, Khalil ahora se gana la vida transmitiendo juegos en vivo y haciendo videos. Dalya Waheed dice que juega PUBG una o dos horas al día con amigos que ha conocido en el mismo juego, e incluso creó un hub en la tienda de electrónicos donde trabaja. “Es realmente fácil conocer gente en PUBG”, dice la joven radicada en la región autónoma del Kurdistán iraquí.

Mejor internet, mejores oportunidades

Algunos padres iraquíes se quejan de que el juego absorbe el tiempo de sus hijos o les preocupa la violencia que retrata, con abundantes armas y explosivos y sangre. Pero Reshar Ibrahim, quien juega PUBG móvil en competencias, dice que nunca será tan malo como lo que muchos iraquíes han experimentado en la vida real a lo largo de décadas de conflictos que han devastado el país.

“Es solo un juego”, dice Ibrahim, un kurdo de 19 años que ha vivido en Suecia los últimos tres años. En 2019 el Parlamento iraquí prohibió el PUBG en medio de reportes de que estaba provocando quiebras financieras, suicidios y divorcios. La medida fue fácilmente eludida y despertó críticas por estar fuera de contacto con los desafíos reales que enfrentan los iraquíes. Cerca del 40% de los jóvenes de Irak están desempleados, según el Banco Mundial, y la tasa de pobreza se duplicó al 40% durante la pandemia del COVID-19.

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Tras la decisión legislativa, miles de jóvenes iraquíes, algunos disfrazados como personajes PUBG, colmaron las calles para protestar contra la corrupción y el desempleo. En los meses posteriores, unos 600 manifestantes murieron en la violencia ligada a las protestas.

Abo Khalil e Ibrahim son solo dos de los muchos “gamers” iraquíes que han tenido éxito fuera de su país, donde lo jugadores deben lidiar con las débiles conexiones de internet y un servicio eléctrico poco confiable. Ibrahim, conocido como Freak, recientemente fue nombrado Jugador Más Valioso en el torneo PUBG Mobile Star Arabia Challenge, que repartió premios por 100.000 dólares.

Su equipo GunZ Esports ganó la competencia pese a que un jugador en Irak se quedó sin electricidad a medio juego, y otro debió trasladarse de la localidad sureña de Nayaf a Kurdistán, en el norte, donde la conectividad de internet es “ligeramente mejor”, dice Ibrahim.

Enganchados

Helmat Shiar, de 23 años, quien compitió en el torneo con el equipo iraquí iKurd E-Sports, se quejó de que debió enfrentar a equipos del exterior que tienen conexiones de internet mucho más fuertes”. Lamentó también la falta de apoyo de patrocinadores privados o gubernamentales.

En otras partes del mundo árabe, gobiernos y empresas invierten grandes sumas en los juegos electrónicos. En el Golfo, el mercado de los juegos digitales podría alcanzar 821 millones de dólares este año, según la consultora Strategy&. Hayder Jaafar dice que luchó 10 años para registrar la Federación Iraquí de Deportes Electrónicos como miembro pleno del organismo internacional de los juegos, antes de lograr su cometido en 2020.

La infraestructura iraquí ha sido devastada por las guerras, el servicio eléctrico es deficiente y la mayoría de las casas reciben pocas horas de electricidad al día. Al mismo tiempo, hay 40 millones de conexiones de telefonía móvil en el país y 30 millones de usuarios de internet, según un informe de DataReportal de 2021.

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La gran popularidad del PUBG en Irak se debe en parte al lanzamiento de una versión móvil gratuita por parte del gigante tecnológico chino Tencent, que asegura que más de mil millones de personas descargaron la aplicación desde 2018.

El jugador de iKurd Kiner Hekmat, de 18 años, dice que se enganchó con la versión móvil pero que no pretende convertirse en jugador competitivo porque quiere enfocarse en sus estudios. Aunque aclara: “voy a hacer todo lo que pueda para mantener mi nivel en PUBG y seguir jugando mientras el juego exista”.

Fuente: AFP.

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