Todo recién nacido debe realizarse el estudio de las emisiones otoacústicas transientes (EOAT), conocido comúnmente como el test de la orejita. Esto antes del alta médica, ya que el objetivo es detectar sordera congénita y considerando que en muchas ocasiones son llevados a consultas meses después del nacimiento, pudiendo estar padeciendo un problema que no es de nacimiento.

La Nación consultó al respecto con la fonoaudióloga María Cristina Irala, quien indicó que el test de la orejita es el único método capaz de diagnosticar problemas auditivos como la sordera en los bebés y agregó que se trata de una prueba rápida, indolora, no invasiva y sin ninguna contraindicación.

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Este test evalúa la reacción de las células ciliadas externas de la coclea en respuestas a estímulos suaves y demora de 5 a 10 minutos. Por lo que se recomienda que todos los bebés se realicen la prueba, inclusive aquellos que no presentan indicadores de riesgos como históricos de sorderas familiares, problemas durante el parto o cuidados especiales

El estudio identifica precozmente problemas de audición, haciendo posible un tratamiento y cura en los primeros años de vida. El sonido está entre los estímulos más importantes de la primera infancia, ya que a partir del mismo el bebé desarrolla la comunicación con la madre, la familia y con el mundo. Los profesionales sostienen que el problema auditivo puede ser tratado y presenta una mejoría acentuada en quien lo padece si es diagnosticado precozmente.

“Si su hijo tiene entre un 1 año 8 meses a 2 años y no tiene el lenguaje que corresponde es motivo de preocupación, por eso no hay que esperar tanto tiempo. El niño que no tiene problemas necesariamente va a hablar, un niño no habla por dos cosas, o porque no oye bien o porque tiene trastornos en las áreas del lenguaje que no están lo suficientemente maduras”, destacó la especialista.

Lo importante es prevenir cualquier alteración en sus habilidades comunicativas y capacidad de audición, teniendo en cuenta que un niño de 5 años debe tener en su totalidad conformado su lenguaje para iniciar el periodo escolar y poder abordar el inicio de la lectoescritura.

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A los bebés que presentaron ausencia de emisiones otoacústicas en el test de la orejita se les recomienda repetirlo (reevaluar en 15 días) por medio del retest, debido a la posible presencia de algún factor que puede interferir en el registro del resultado.

Hay factores que pueden interferir en los resultados, como secreción o cera en el canal auditivo, presencia de líquido amniótico o vermix, falta de ecualización de la presión del oído medio con la presión atmosférica debido al cambio de ambiente en que se encontraba el bebé, antes y después del parto.

Ante cualquier duda es importante consultar con el pediatra de cabecera o acudir al centro asistencial más cercano.

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