La Navidad es la fiesta más importante del cristianismo, ya que se recuerda y celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret, el salvador del mundo. Sin embargo, no solo los cristianos celebran este evento en todo el mundo, ya que es un acontecimiento que logra reunir a familiares y amigos.

Como una antesala a la tan esperada Nochebuena del día 24, el 21 de diciembre de cada año se festeja la llegada del Espíritu de Navidad, día que también ocurre el solsticio de verano de este lado del hemisferio del planeta.

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Según los expertos, el “Espíritu de Navidad” es la bondad que viene y nos rodea nos hace mejores personas. Visita la tierra las dos últimas horas del día 21, es decir de 22:00 a 0:00, es decir, entre las 10 y las 12 de la noche.

La tradición dice que el Espíritu de la Navidad llega a los hogares donde se le da la bienvenida y él recibe las peticiones y deseos de sus creyentes y el se encarga de repartir salud, amor y abundancia.

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A pesar de que la Navidad es un acontecimiento cristiano, el ritual acerca del espíritu navideño es de origen celta, y busca atraer la paz y la prosperidad. Práctica que con el tiempo ha logrado introducirse en las diferentes creencias culturales.

Cuenta la leyenda que de un mundo muy lejano, un hermoso, alegre y bondadoso ser llegó hasta las tierras nórdicas (Escandinavia) en esta fecha. En su viaje visitaba los hogares de las personas de buen corazón para concederles sus deseos; por lo que su apariencia física se relaciona con Papá Noel, aunque utilizaba una túnica de color amarillo.

Para recibir al Espíritu de la Navidad se lleva a cabo una actividad tradicional que consisten: reunirse en un hogar limpio y ordenado, donde fluya la paz y la armonía, ya que es un tiempo de purificación.

El ritual precisa de tres elementos que no pueden faltar: velas de color azul (paz), amarillo (alegría) y rojo (amor), se pueden agregar otros colores pero siempre tienen que ser en número impar; y se colocan en forma de triángulo o estrella en una mesa.

Inciensos y esencia de mandarina, igualmente es propicio tener mandarinas y colocarlas a manera de decoración en la mesa donde estarán las velas. Papel y lápices, para las personas que estén reunidas.

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Al iniciar se encienden las velas en el sentido de las agujas del reloj; así como también los inciensos. La esencia de mandarina puede esparcirse en pequeñas gotas en las esquinas del hogar. Luego, se abren puertas y ventanas y se hace una oración de bienvenida para el Espíritu de la Navidad.

En la ocasión también se realiza una reflexión personal, acerca de todo lo acontecido dentro de los 12 meses; y si el año anterior se hizo una lista de deseos, se recorta una a una cada petición y se van quemando para cerrar el ciclo. No sin antes agradecer los anhelos cumplidos.

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Después, se hace una lista nueva para el 2021, la cual se pasa por el humo del incienso y por las velas (sin quemarlo), se dobla y se guarda en un lugar seguro hasta el próximo 21 de diciembre.

Las velas se deben consumir completamente y el ritual puede incluso terminar pasadas las 12 de la noche, pero siempre es importante comenzarlo en las horas que se recibirá la visita del invitado de honor.