En esta ocasión vamos hablar de cómo decorar nuestra casa, pero teniendo en cuenta las leyes o filosofías del Feng Shui, que se basa en utilizar los cinco elementos básicos de la naturaleza: tierra, fuego, aire, agua y metal, para crear armonía en tu hogar y de esta manera potenciar el bienestar personal.

Según esta milenaria tradición, a través de este sistema se equilibrarán las energías positivas y negativas colocando de manera clave los objetos del interior del espacio. Existen muchas personas que no creen en este método, pero lo cierto y concreto es que al menos te ayudará a crear un ambiente agradable, en el que te sientas a gusto y único, ya que será algo de tu personalidad.

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En el Feng Shui la clave es que la energía positiva fluya correctamente. Lo más importante y lo primero que se debe hacer es deshacerse de todos los objetos que no se necesitan. Y luego realizar una limpieza profunda, lo cual es imprescindible, evitando la acumulación de polvo y para que las buenas vibras circulen, además de mantener ordenado el lugar.

Vamos a empezar con el recibidor, ya que constituye uno de los puntos fundamentales en el hogar, porque es el primer paso a la entrada de la casa, lo que se ve y es lo que determinará el ambiente de todo lo siguiente. Así que los expertos recomiendan decorar con flores, una planta, alguna fotografía de nuestros seres queridos o similares. Si te agrada, podés colocar un aromatizador con olores a lavanda, naranja o canela.

También es muy importante tener en cuenta la iluminación, esto para cualquier zona del lugar que habitamos. En el caso de no contar con buena luz natural, podés optar por apliques o veladores que iluminen y a la vez, aporten calidez con los tonos amarillos o naranjas.

El lugar destinado al estar o la sala debe contar con dos grupos de asientos, ya sean sofás, sillones o butacas, colocados en un ángulo de 90 grados. Esta situación favorecerá que las personas se visualicen, lo que facilitará que interactúen entre sí, logran un ambiente más ameno.

Considerá que si son asientos de diversos estilos, dejará de lado la monotonía y logrará que el espacio se vea más atractivo. Entre los colores más adecuados se encuentran los cálidos como salmones, amarillos y naranjas, así como los tonos tierra, sin olvidar los crudos. Todos ellos aportan calor y sensación de comodidad.

La cocina, un sector que generalmente cuenta con muchos componentes fríos y de metal a causa de los electrodomésticos. Entonces, lo que se recomienda es utilizar colores cálidos como el verde, amarillo o naranja, y combinarlos con los distintos elementos naturales. La idea es agrupar los elementos decorativos por sus materiales de fabricación.

El Feng Shui relaciona la forma de la mesa del comedor con los cinco elementos. La mesa cuadrada, como el elemento tierra, ofrece estabilidad y refleja un estilo conservador, mientras que la redonda evoca fraternidad y se corresponde con el elemento metal.

En tanto que la mesa rectangular, a diferencia de la cuadrada y la redonda, incita a que haya jerarquías, ya que cuenta con dos cabeceras, por lo que los comensales tendrán más o menos importancia según su ubicación, corresponde con el elemento madera.

La luz del comedor debe estar dirigida al centro de la mesa para crear un ambiente íntimo y cálido. En las paredes, también es conveniente decorar con cuadros y otros adornos que hagan el ambiente agradable, de manera que al estar sentados podrán observar alrededor.

En esta parte todos estamos de acuerdo, en que uno de los espacios más importantes de la casa es el dormitorio, debido a que es lugar en el que dormimos. Por lo tanto, deberíamos prestarle especial atención para asegurarnos de conciliar el sueño y lograr un buen descanso.

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De acuerdo al Feng Shui, la cabecera de la cama debe colocarse de forma que tras ella esté una pared sin puertas ni ventanas y debe estar alejada de la entrada a la habitación. Además, no debe alinearse con la puerta, tampoco se aconseja cargarlo demasiado con adorno y otros elementos y en el caso de tener espejos, a lo mucho se recomienda un par de ellos, de manera que la cama no se refleje en ellos.