El invierno afecta a todo nuestro organismo, sin embargo muchas veces olvidamos que también repercute en gran manera en la piel, ya que es la que se encuentra más expuesta a todos los cambios externos, y tiene partes muy sensibles como las mejillas, los labios, el cuello, el escote y las manos, que debemos darle un cuidado especial en la temporada más fría del año.
Como primer punto y muy importante debemos hidratar la piel a diario y varias veces al día. Esto es especialmente importante en aquellas personas que padecen algún tipo de dermatosis. Un emoliente adecuado ayudará a mantener una piel sana durante el invierno.
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Evitar lavar excesivamente las manos es una de las recomendaciones, pero que en esta época no podemos aplicarla, debido a que estamos en plena crisis pandémica y la primera exigencia es lavarse las manos frecuentemente. En casa de permanecer en la casa podemos utilizar guantes para la limpieza, y en el caso de llevar siempre un hidratante o cremas con efecto barrera.
Siempre tratar de evitar productos agresivos para el lavado de las manos, cara y cuerpo. Utilizar productos que sean suaves y testados dermatológicamente. A pesar de las bajas temperaturas se debe evitar la máximo ducharse con agua muy caliente o muy fría. Lo recomendable sería ducharse con agua tibia.
En invierno, los labios sufren bastante y más aún si se tiene alguna alteración, así que lo que se aconseja es hidratarlos bien y protegerlos de los rayos ultravioleta. A no olvidar los lentes de sol y la protección solar diaria, ya que en invierno ésta también afecta. Para las personas con sensibilidad al frío se les aconseja utilizar guantes y prendas bien abrigadas, ya que si no los usan podría producir algún tipo de lesiones en la piel descubierta.
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En lo posible evitar los cambios bruscos de temperatura (pasar del ambiente frío del exterior al ambiente cálido del interior y viceversa) ya que esto aumenta la posibilidad de aparición de capilares dilatados (telangiectasias o arañas vasculares) en la cara (especialmente mejillas), que luego pasan a ser un problema estético.
Beber 2 litros de agua por día, igualmente cuidar la alimentación y aumentar el consumo de vitamina C y antioxidantes. Por último, y no menos importante, evitar el tabaco y el alcohol, ya que repercuten de forma negativa en la salud de nuestra piel, generando radicales libres. Además, el alcohol empeora la dilatación capilar facial.