La vida diaria se volvió hacia al entorno tecnológico: trabajo, información, contactos, pero ¿cómo podemos lograr un balance? Hay veces que nos sentimos saturados y para adaptarnos a esas prácticas que vinieron para quedarse, te compartimos estos consejos.
El dilema de la actualidad es cómo vivir en ese entorno digital sin abrumarnos con tantas pantallas. Si bien ya veníamos acostumbrados con las redes sociales, era más natural manejarlo, ya que era más recreativo e informativo -delimitadamente-, pero con el brote de la pandemia y el cambio de curso obligado a las plataformas tecnológicas en muchos más aspectos, el contacto con la tecnología que se da a lo largo de todo el día también se incrementó.
¿Cómo podemos equilibrar eso con nuestra vida diaria sin sentirnos culpables por ponerle horario o sentir la presión de estar conectados todo el tiempo? Encontramos algunos hábitos que podemos incorporar de manera más consciente para que la nueva vida tecnológica en la que estamos inmersos no nos sature ni nos canse la vista.
Comer frente a la computadora. Cortar entra una acción y otra para darnos un respiro. Ese tiempo de almuerzo, desayuno, merienda o cena, es un momento que se puede utilizar para dejar de mirar la pantalla y darnos un receso. Además, al concentrarnos en la comida, tenemos mayor sensación de saciedad según especialistas.
Leer redes sociales antes de dormir. Lo ideal sería que al menos media hora antes de dormir, dejemos de usar el celular para que no se corte la producción de melatonina. El especialista del sueño, Mathew Walker, explicaba que el enemigo número 1 del sueño es la luz (eléctrica), que nos saca el sueño y corta el ciclo.
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Scroll sin fin. Al recibir una notificación, saltamos para ver de qué se trata. Es una cuestión que nos da curiosidad y nos interrumpe. Ideada para captar nuestra atención. El problema está en que, muchas veces, agarramos el celular y empezamos a bajar y bajar en todas las novedades del Twitter o el Instagram, sin darnos cuenta del tiempo que pasó mientras hacíamos eso. Para eso, podemos configurar en cada red social o aplicación y dejar solo las notificaciones más destacadas o ponerles horarios para recordarnos.
Momento del día para actualizarse. Para estar al día con las noticias y las novedades de las áreas de nuestro interés, sería ideal que en ese momento de descanso de tareas o responsabilidades, usemos para darnos un respiro del trabajo o los quehaceres. También cuando ya estamos libres, aprovechar para leer todas las páginas webs y cuentas que nos interesan y así no nos sacan tiempo mientras debemos dedicarle a otras actividades. Y no sumamos horas de pantalla a nuestro día, ahora que el celular nos lo muestra.
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Grupos silenciados. Para que recién cuando ingresemos al WhatsApp nos salten las notificaciones y no cada vez que se escriba, podemos hacer uso del silencio en los grupos.
Modo avión. Es ideal para cuando ya queremos desconectarnos a la noche, ver una película, serie, leer un libro, cocinar o simplemente, empezar a hacer nuestro ritual para dormir mejor. También está la opción no molestar, pero ahí al mirar la pantalla, saltan las notificaciones.
Salir afuera. Sí, salir al balcón o al patio cuando todavía hay luz solar. Aunque sea unos minutos para mirar el cielo y sentir el viento. Es curioso como la naturaleza puede recargarnos y aunque no seamos siempre conscientes de ellos, de que también somos parte de ella. Un perfecto receso para tarea y tarea en pantalla.
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Para evitar el cansancio de ojos. Si nos pasamos mirando en una misma dirección, con el tiempo nos cansa la vista. Acudí hace tres años a la oftalmóloga por constantes dolores de cabeza. Creía que necesitaba usar anteojos para el cansancio, pero me dijo que no. En vez de ello, me recomendó unos ejercicios para que ya no suceda. Mirar a la ventana, al cielo, a una expansión o al horizonte cada una hora. Si no tenía ventanas cerca, cerrar los ojos durante un minuto o levantarme a hacer algo y luego regresar frente a la pantalla para evitar el resecamiento de los ojos.