Por: Jazmín Gómez Fleitas (@jazgomezf)

El Baby Led Weaning, por sus siglas en inglés, es la alimentación guiada y autorregulada por el bebé. “Inicialmente, manipula los alimentos con la mano y los lleva a la boca, y así va aprendiendo a comer estimulando todos los sentidos. Son los padres o cuidadores quienes deciden qué alimentos come, pero es él quien decide cuánto (autorregulación)”, explica la nutricionista Angie Paiva.

La alimentación se puede iniciar desde los 6 meses, ya que la OMS establece que a esa edad los bebés podrían estar listos para empezar a comer, siempre atendiendo el desarrollo y señales. La nutricionista María Paz Vargas detalla que una de ellas es que el bebé se sostenga sentado por un tiempo y mantenga la cabeza erguida. Aunque, cada bebé es único y tiene un ritmo diferente de desarrollo.

“Los alimentos en el BLW se presentan en trozos, cortados en forma de bastones y de una consistencia blanda para que pueda aplastarlos con la lengua en el techo de la boca. Para que el bebé los agarre, los lleve a la boca y aprenda a masticar”, ejemplifica la especialista.

Cabe mencionar que la lactancia materna sigue siendo el alimento principal para el bebé, y se debe dar a demanda. Al comenzar esta alimentación complementaria el enfoque es lúdico, para aprender a gestionar lo que lleva a la boca, a masticar y luego a tragar el alimento.

Angie nos cuenta que en un inicio su preocupación era que su hijo Gonzalo comiese poco o nada, porque venía con el peso al límite, y además, era delgado por constitución física. “Sin embargo, su pediatra fue la primera que me entusiasmó con el método. Sabía de todos los beneficios hace tiempo, pero aún así estaba en duda, y ella me dijo ‘¡Angie! Motricidad, coordinación, color, sabor, texturas, ¿querés que te siga hablando de los beneficios?’ Listo, no se habló más del tema, investigamos un poco y nos lanzamos”, relata.

El primer mes, pudo comprobar que subió bien de peso, lo sentaban a la mesa con su sillita y la recepción fue tan buena que a los pocos meses, pudieron salir a comer afuera con él. “Compartía con nosotros, sin estrés, sin tener que comer por turno y sin llevar algo especialmente triturado para él. Lo veía feliz, ¡mi bebé se había despertado! Nos entusiasmamos tanto que junto a una nutricionista especializada en el tema armamos unos talleres teóricos y prácticos en nuestro Centro de Nutrición L’Équilibrè. Para ver los cortes y la consistencia de los alimentos a ofrecer. Más de 150 mamás pasaron por ellos y desde este mes los hacemos online”, comenta.

Para María Paz, su hija fue su mayor inspiración para especializarse en el BLW como nutricionista. “En el 2017, al quedar embarazada, empecé a interiorizarme con la lactancia materna y la alimentación infantil. Ahí decidí capacitarme porque en nuestro país faltaba mucha información y, sobre todo, mucha contención a las madres que deciden optar por este método. Veo una generación que está cambiando la manera de comer para tener un futuro más saludable. Familias que vuelven a sentarse todos juntos a la mesa para disfrutar, no tiene precio”, expresa.

La coordinación. “Ojos, manos, boca. Ven la comida, la agarran con las manos y la llevan a la boca. Cuando, por ejemplo, con las papillas simplemente abre la boca y come, no mueve brazos, no se estimulan otros sentidos”, puntualiza Paiva.

Mejora la motricidad fina y ganan autonomía. “Los ayuda en el desarrollo de la musculatura orofacial y tienen menos problemas de ortodoncia y del habla”, añade Vargas.

Este método está aprobado por la Asociación Americana de Pediatría y la Asociación Español de Pediatría. “Siempre es importante consultar con una una nutricionista especializada para tener una información correcta -qué alimentos se evitan, cortes, etc- y estar acompañados en el paso a paso para asegurarnos que le estamos dando lo mejor a nuestros bebés”, anima María Paz.