A comienzas de la década de los 80 nacía el formato digital de almacenamiento de música que es conocido como disco compacto. Dos décadas después la industria de la música tuvo que luchar contra la piratería e internet, de esa gran crisis surgió una nueva forma de distribución del arte musical: las plataformas de streaming.
SoundCloud, YouTube, Amazon Music, Spotify, Deezer, Google Play Music y Apple Music son las empresas más grandes del rubro de la distribución musical en la actualidad. Gran parte de su gigantesca base de datos se consolidó con arreglos con las compañías discográficas.
La distribución inmediata que permiten las plataformas ha abierto la puerta a miles de músicos independientes que dan a conocer su trabajo sin depender de un gran sello, pero no todo es color de rosas, las regalías para creadores son mínimas y para los intérpretes directamente no existen.
Enrique Zayas, cantante y compositor del grupo nacional Paiko, formó parte a comienzos de marzo de la cuadragésima tercera sesión del comité permanente de derecho de autor y derechos conexos, en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), donde expuso ese reclamo de los artistas, en particular de los intérpretes, ya que él forma parte de la directiva de AIE, la Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes AIE Paraguay. Zayas habló con La Nación sobre el problema que represente a nivel local e internacional la falta de reconocimiento de los derechos que reclaman como sociedad de gestión.
-Están reclamando una justa remuneración a las plataformas. ¿Cómo se puede explicar o cuantificar eso en términos monetarios?
-Los intérpretes músicos paraguayos no recibimos remuneración alguna cuando nuestras grabaciones son comercializadas en forma de suscripción mensual, por parte de las plataformas digitales (Spotify, Deezer, etc.). Tampoco son remunerados los músicos de sesión, quienes son los más olvidados y desprotegidos en esta nueva cadena de valor. Los intérpretes músicos, al igual que cobramos cuando nuestras canciones suenan en radio y TV, necesitamos cobrar cuando nuestras grabaciones suenan en plataformas digitales, y así poder continuar haciendo música. Entendemos que es nuestro legítimo derecho, justo y equitativo.
-Las plataformas en general pagan las regalías solo a autores y compañías dueñas de los derechos. ¿Cómo quedan los intérpretes y ejecutantes?
-Exacto, como intérpretes músicos, no recibimos pago alguno, y este es un reclamo a nivel mundial, no solo de los intérpretes músicos de la región latinoamericana. Algunos países ya lograron la legítima remuneración a sus intérpretes músicos. Otros países están en el proceso, como en el Paraguay. Existen artistas intérpretes y músicos de sesión paraguayos que cuentan con grabaciones que alcanzan millones de reproducciones, literalmente millones, en plataformas digitales como Spotify y Deezer, y no se recibe remuneración alguna por dichas reproducciones.
-¿Tuvieron en su momento los artistas un espacio para la negociación de los dividendos o reglas claras, ante el surgimiento de las plataformas?
-Fueron reglas que actualmente son completamente obsoletas. Dichas reglas se crearon años atrás, cuando el internet recién se iniciaba y nadie imaginaba que tendría el impacto avasallador que tiene el streaming en la actualidad. Hoy en día, estamos en una nueva era, en donde el ser humano escucha música de una manera diferente, ahora, el mundo escucha música a través del streaming desde Spotify, Deezer. Nueva era digital, nueva forma de escuchar música; sin embargo, los intérpretes músicos nos guiamos por viejas reglas ya obsoletas que no nos favorecen. Es como tratar de jugar al fútbol con las reglas del vóley.
-¿En qué consiste la propuesta de legislación que los artistas locales están planteando ante el Congreso?
-El espíritu de los artistas con este proyecto, es dialogar en forma pacífica y negociar con las entidades que han presentado objeciones, y especialmente con las plataformas, entre ellas Spotify, por supuesto conservando los derechos que legítimamente nos corresponden con el fin de obtener una remuneración justa y equitativa. Confiamos en que el proyecto se apruebe con las modificaciones que sean necesarias, y satisfagan a todos los sectores involucrados donde cada una de las partes reciban las regalías y las ganancias que les correspondan, siempre dentro de un justo equilibrio que provendrá de una ley discutida, negociada y aprobada.
-¿Cómo se le puede explicar a la sociedad que el problema que afecta al músico/artista ante la nueva configuración de la industria es algo de interés público?
-La música de un pueblo es parte de su identidad. Como país, somos lo que vestimos, lo que leemos, lo que comemos, y tenemos que cuidar a los creadores de nuestra música, hecha por músicos del Paraguay de todos los géneros. Es por esto que es de interés público que los intérpretes músicos paraguayos perciban una remuneración justa y equitativa que legítimamente les corresponde cuando sus grabaciones son comercializadas lucrativamente en forma de alquiler por suscripciones mensuales por parte de las plataformas digitales.
-Qué tipos de regalías, royalties o pagos por reproducción reciben actualmente los intérpretes y ejecutantes a nivel local y cómo funciona la recaudación?
-Recibimos regalías actualmente cuando nuestras grabaciones suenan en radios, en TV, y espacios públicos (bares, discotecas, etc.). Además, como intérpretes músicos recibimos regalías del derecho por copia privada. No recibimos ninguna regalía cuando nuestras grabaciones suenan en plataformas digitales.
ESTA HISTORIA EN LA SERIE
“The Playlist” es una serie de 5 capítulos estrenada en el 2022 a través de la plataforma de Netflix. La misma presenta la historia de Daniel Ek, creador de la plataforma Spotify, quien con su modelo de negocios terminó revolucionando la industria de la música. Hoy por hoy, muchos artistas no solo dependen de las plataformas para que su música suene, no solo forma parte de la distribución, sino que muchos están pendientes de los algoritmos a la hora de componer, grabar, mezclar, y sobre todo masterizar. “The Playlist” presenta en su narrativa secundaria el problema de los artistas y sus derechos. La imposibilidad de una negociación entre pares, hace que el pago sea mínimo, y en el caso de los intérpretes, no exista.