“Ortiz Guerrero, La amarga plegaria”, escrita y dirigida por José Luis Ardissone, anuncia para esta noche su última función, que tendrá lugar a partir de las 20:00 en Arlequín Teatro (Antequera casi Tte. Fariña).
La obra está inspirada en la narración del poeta y biógrafo Arturo Alsina cuenta con la musicalización de Genera Riera Hunter, la orquestación de Derlis Ibarra, escenografía y luces de José Luis Ardissone, y vestuario de Alejandra Ardissone.
En el año en que se cumplen 90 años de la muerte del gran poeta Manuel Ortiz Guerrero, ocurrida el 8 de mayo de 1933, Arlequín Teatro lo recuerda con una obra que presenta un recorrido por su vida y su obra. El elenco está integrado por Patricia Reyna, Matías Miranda, Ariel López, Derlis Esquivel, Marcos Moreno, Alma Quiñónez, Vicky Benítez y David Sosa.
La obra arranca presentante al Ortiz Guerrero nacido en Villarrica, que perdió a su madre en el mismo parto, y que en primera instancia cuidado por su abuela, para luego, de adolescente, migrar con fines de formación a Asunción para estudiar en el Colegio Nacional.
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Temporada teatral inicia con “Renato y Juliana”
El viernes 1 de marzo, Arlequín Teatro inicia la temporada 2024 con el estreno de la obra “Renato y Juliana - Amor en la Guerra Grande”, una versión paraguaya de la famosa obra de William Shakespeare, “Romeo y Julieta”, a partir de una historia de José Luis Ardissone que fue adaptada al texto teatral por el director paraguayo Arturo Fleitas.
La puesta teatral se ambienta en el 1 de marzo de 1870, cuando la Guerra de la Triple Alianza llega a su fin. Un grupo de heroicas mujeres inicia el retorno a sus hogares. De pronto, soldados del ejército brasileño rodean al grupo con aviesas intenciones. Uno de aquellos soldados, Renato, increpa a sus compañeros y defiende a las mujeres, especialmente a Juliana, una jovencita.
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Los dos adolescentes sienten que algo impacta en sus corazones, algo que puede llamarse “amor”. El comandante del Ejército Imperial se burla de su soldado y le prohíbe relaciones con una “sucia paraguaya” y, por su parte, la madre de Juliana hace todo lo posible para apartar a su hija del bárbaro cambá invasor.
Actúan: Patricia Reyna, Derlis Esquivel, Alma Quiñonez, Erik Gehre, Matías Miranda, Eliane Quesnel, Ariell López y Diego Pedrozo. La dirección corresponde a José Luis y Pablo Ardissone, en un trabajo conjunto, las luces son de José Luis Ardissone y el vestuario de Alejandra Ardissone. Las funciones serán los viernes y sábados a las 21:00, y domingos a las 20:00, en Arlequín Teatro, sito en Antequera 1061 y República de Colombia, en Asunción. Reservas al 0992 442-152.
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Centro Guaireño invita a la obra teatral “Ortiz Guerrero - La amarga plegaria”
La obra teatral “Ortiz Guerrero - La amarga plegaria” que conmemora la vida y obras de uno de los poetas más queridos y admirados por el pueblo paraguayo, regresa a las tablas gracias al Centro Guaireño. La función se realizará el domingo 6 de agosto a las 17:00 en el Arlequín Teatro, ubicado sobre Antequera 1061, Asunción.
El Centro Guaireño rinde homenaje al poeta guaireño con una serie de actividades. En la oportunidad, invita a la obra de teatro “Ortiz Guerrero - La amarga plegaria”, escrita por José Luis Ardissone sobre la biografía de Manuel Ortiz Guerrero, narrada por don Arturo Alsina.
“Esta obra relata su vida y destaca sus más grandes obras, música y poema. Es una excelente propuesta artística que reúne datos importantes sobre su historia y sirve de inspiración para muchos. Un poeta como lo fue Manuel Ortiz Guerrero debe ser conocido por todos los paraguayos, por eso nos sentimos motivados a promover actividades como esta, que además nos ayuda a acercarnos más a nuestros socios”, señaló Agustín Mendoza, presidente del Centro Guaireño, en conversación con el diario La Nación.
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El elenco sube a escena
Mendoza explicó que esta actividad se lleva adelante por el aniversario de nacimiento de Manuel Ortiz Guerrero, el 16 de julio de 1894, y los 90 años de fallecimiento que se cumplieron este año, 8 de mayo 1933. La obra está protagonizada por Matías Miranda, quien interpreta al poeta paraguayo, y cuenta con la participación de Patricia Reyna, Ariel López Sabino, Derlis Esquivel, Marcos Moreno, Alma Quiñónez, Victoria Benítez y Davis Sosa.
Esta puesta teatral tiene sus propias canciones de autoría de Genaro Riera Hunter, la orquestación es de Derlis Ibarra, escenografía y luces de José Luis Ardissone, y vestuario de Alejandra Ardissone. La función prevista para el domingo 6 de agosto a las 17:00 tiene un costo de G. 50.000. Para más información contactar al 0981-515369.
Manuel Ortiz Guerrero: el recordado poeta paraguayo
El también escritor y dramaturgo paraguayo nació en Villarrica el 16 de julio de 1894. Su madre Susana falleció en el parto y fue su abuela quien se hizo cargo de él. De adolescente decidió seguir sus estudios en el Colegio Nacional de Asunción, donde se hizo conocer como “Manú”.
Durante su vida estudiantil compartió momentos con quienes más adelante se convertirían en destacadas personalidades culturales, como Arturo Alsina, Facundo Recalde, Natalicio González y Leopoldo Ramos Giménez. Estos fueron sus amigos, forjadores de sueños e ideales y sus aliados frente al desarraigo.
En la memoria de los asuncenos está latente la figura de una bella mujer proclamada como la “reina del Paraguay”. Se trata de Anselmita Heyn, quien se mostraba elegante, distinguida y despertaba admiración de aquellos que la veían, Ortiz Guerrero fue uno de ellos y hasta se atrevió a dedicarle un poema.
La mujer responde a esa gentileza enviándole un cheque, que “Manú” se lo devuelve con otro poema escrito en el dorso y aquel “Endoso lírico” se convierte en símbolo de la gallardía del poeta. Más tarde, empezaron a aparecer en el rostro y cuerpo de Ortiz Guerrero, las señales del mal de Lázaro, por lo que decidió volver a Villarrica, se aisló y escondió su rostro y cuerpo bajo una larga capa, sombrero y guantes. En ese tiempo de dolor, apareció en su vida Dalmacia, quien renuncia a sí misma para cuidarlo con amor y paciencia.
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Eligio Ayala convoca de urgencia a gabinete histórico en una puesta teatral
La compañía Arlequín Teatro presenta el estreno de “¿Dónde estamos?”, este viernes 2 de junio a las 21:00, la última obra escrita por el periodista, narrador y dramaturgo Alcibíades González Delvalle, en que varios personajes históricos del Paraguay se apoderarán del escenario para debatir reflexiones sobre el país. Las funciones seguirán mañana a las 21:00, y el domingo a las 20:00, en la sala ubicada en Antequera 1061 casi Teniente Fariña, en Asunción
Ante las dificultades de todo orden que golpean al país, en especial las políticas, Eligio Ayala (Hugo Matto), expresidente del Paraguay, desde algún lugar de la eternidad quiere escuchar las opiniones, y hacer escuchar las suyas, de algunas figuras que en distintas épocas tuvieron protagonismo con suerte dispar en la función pública.
A su iniciativa acuden a reunirse con él, el escritor y periodista Rafael Barrett (Joaquín Díaz Sacco), el coronel Albino Jara (Marcelo Buenahora), la doctora Serafina Dávalos (Natalia Cálcena), el expresidente Manuel Gondra (Ariel Galeano), la profesora Adela Speratti (Julieta Portillo) y monseñor Juan Sinforiano Bogarín (Derlis Esquivel).
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Discusión sube de tono
En los primeros momentos de la reunión, todos coinciden en la necesidad de abrir un nuevo camino por donde el país camine sin mayores tropiezos. Pero en la medida en que cada cual expone sus puntos de vista, se abre de a poco las grietas entre ellos. En la discusión aparecen incluso asuntos personales, como la sostenida por Gondra y Jara, a más de los políticos. Albino Jara sostiene que el Paraguay necesita de mano dura para enderezar su destino.
Eligio Ayala sostiene que la necesidad es poner en orden la economía y recuperar el valor de la honestidad que supone el necesario carácter personal para oponerse a la presión de los corruptos. De nuevo Albino Jara se siente aludido e inicia una áspera discusión. Le echa en cara a Eligio Ayala que tuviera una doble moral que le costó la vida en manos del amante de su pareja.
Serafina Dávalos sostiene que la libertad y derechos ciudadanos son insuficientes con su sola mención en la Constitución y las leyes; que hace falta una sólida educación de la sociedad para entender, como el caso de la mujer, que no hay igualdad de derechos cuando se la tiene en la postergación.
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Adela Speratti alega que la educación y la enseñanza a niños y adolescentes es fundamental para crear mentes abiertas y esclarecidas. Finalmente, Monseñor Bogarín aboga todo el tiempo por el imperio de la paz, de la necesidad de consensuar las divergencias en la política y las posiciones sociales. Rafael Barrett pone la pasión, al mismo tiempo que la cordura, en la búsqueda de un nuevo destino para el país.
La dirección, escenografía y luces corresponden a José Luis Ardissone, el vestuario es una creación de Alejandra Ardissone, la asistencia de dirección es de Tamara Celano, la pintura artística es de Mabel Cisterna, las pelucas son de Inocencia Fernández y los diseños gráficos son de Marcos Moreno. Luego seguirán las funciones los viernes y sábados a las 21:00, y domingos a las 20:00. Las entradas en puerta cuestan G. 80.000 y está disponible la promoción de dos por G. 150.000. Pueden adquirirse escribiendo al (0992) 442-152.
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“Tenemos que hacer el esfuerzo para que las figuras de la cultura estén en la memoria del pueblo”
Jimmi Peralta - Fotos: Roberto Zarza y gentileza
A dos meses de cumplirse los 90 años de la muerte del poeta Manuel Ortiz Guerrero, Arlequín Teatro lleva a escena una puesta basada en la vida y obra del vate, rescatando sobre las tablas una figura trascendental que forma parte de la gran historia cultural de nuestra nación.
El próximo 8 de mayo se cumplen 90 años de la muerte del poeta Manuel Ortiz Guerrero y en ese marco la compañía Arlequín Teatro, con más de cuatro décadas de trayectoria, subió a escena el pasado 3 de marzo la obra “Ortiz Guerrero - La amarga plegaria”, escrita y dirigida por José Luis Ardissone, cuya última función será domingo a las 20:00.
Como poeta y copartícipe con su pluma en el nacimiento de la guarania, Ortiz Guerrero es inmortal a través de sus aportes más populares en el cancionero como “Paraguaýpe”, “Ne rendápe aju”, “Panambi vera”, entre otras creaciones. No obstante, su vida y parte de su creación corren del olvido, suerte que le toca a muchos forjadores de la cultura nacional.
La historia del guaireño, conocido también como Manú, es representada en escena por un elenco conformado por Patricia Reyna, Matías Miranda, Ariel López, Derlis Esquivel, Marcos Moreno, Alma Quiñónez, Vicky Benítez y David Sosa.
Ardissone habló con Nación Media sobre la obra, su origen, sobre las figuras claves en la historia de la cultura paraguaya y cómo se hace cada vez más urgente su rescate.
–¿Cómo les fue en boletería y la respuesta de la gente en estas primeras funciones?
–Estamos realmente muy satisfechos, muy contentos, primero con la presencia, la buena cantidad de público en todas las funciones que hicimos hasta ahora. No te digo que se hayan llenado todas, pero casi, muy buena concurrencia. Sobre todo nos motiva la reacción de la gente, que apenas termina la obra, o sea, cuando empieza la canción final de la obra ya la gente aplaude y se pone de pie. Y así después esperan a los actores para saludarlos, nos manifiestan su emoción por lo que vieron, por lo que escucharon, por lo que conocieron, porque todos pensamos que la gente le conoce mucho a Manuel Ortiz Guerrero, pero no mucha gente conoce más allá del nombre Ortiz Guerrero. Quizá alguna cosa de él, pero detalles de su vida tan especial, tan azarosa, con momentos de mucha tristeza y otros momentos de profunda alegría, la gente no conoce de eso. Entonces al ver eso acá, en el escenario, se da esa reacción de la gente que es fantástica.
–¿A qué fuentes echaste mano para la creación del guion?
–Los momentos biográficos de la obra están basados en la biografía de Ortiz Guerrero escrita por don Arturo Alsina, un gran dramaturgo y sobre todo un gran amigo de Manú. Fueron compañeros ya en el Colegio Nacional en sus años juveniles y después siguió la amistad toda la vida. Entonces en esa biografía que escribió don Arturo Alsina fue donde yo me inspiré para escribir el texto y en los parlamentos, en algunos momentos, son las palabras de Alcina, pero en la mayor parte son los propios poemas de Ortiz Guerrero, a los que yo le di una forma de prosa, digamos, y los puse en boca de los personajes de la obra. El lenguaje que se escucha es un lenguaje bastante poético.
–¿Cuál es origen de la idea para esta puesta?, ¿es un trabajo que lo venís desarrollando desde antes?
–Hace ya un tiempo, yo te diría que más de 20 y pico de años. Para ser exacto, en 1999 hicimos con Carlos Benegas una serie de televisión que se llamó “Epopeya. Sucesos en personajes del Paraguay”. Fueron 26 capítulos sobre diversos personajes de nuestra historia. Uno de los personajes que tratamos en esa serie fue Ortiz Guerrero. Yo escribía los guiones y en esa ocasión escribí algo sobre la vida de Manú y en ese guion que escribí aquella vez me basé ahora para hacer esta obra de teatro. No es la misma cosa, no es igual, pero está digamos basada en aquel guion original para televisión.
DESTINO DE CARENCIAS
–¿Qué eventos relevantes o carencias de su vida elegiste presentar en la obra?
–La madre de Ortiz Guerrero falleció en el momento en el que daba a luz y digamos que las carencias de Manú empiezan prácticamente en ese momento. A pesar de que tuvo una abuela maravillosa, la abuela paterna que lo crió como si fuera su propio hijo y a la que él amó profundamente toda su vida. Empezamos a narrar la historia de guerrero con ese momento del nacimiento traumático y después vamos pasando por distintas etapas de su vida, los momentos fundamentales, como el momento en que deja su natal Villarrica y adolescente se viene a estudiar al Colegio Nacional, donde hace relación con personajes que por entonces eran jóvenes estudiantes adolescentes como él, pero que con el paso del tiempo se fueron convirtiendo en grandes personalidades culturales y políticas, algunos como un Natalicio González, como un Arturo Alsina, un brillante dramaturgo, quién además era dueño de la Farmacia Americana, que era el lugar de reunión de los intelectuales de aquella época en la década de los 20. Se reunían ahí Asunción Flores, Natalicio González, Leopoldo Ramos Giménez.
–¿Cómo reaccionaron sus amigos ante su enfermedad?
–Arturo Alsina le proveía todos los remedios para esa terrible enfermedad que empezó a castigarlo cuando él tenía 20 años más o menos. Ahí empezaron a aparecer en su cuerpo las señales del mal del Lázaro, ese mal bíblico de la lepra. A pesar de que Ortiz Guerrero se aisló a partir de la aparición de su enfermedad, Alsina no lo abandonó nunca, siempre estuvo a su lado cuidándolo. Después él vuelve a Villarrica, porque no quiere que lo vean en esas condiciones y ahí conoce a la que va a ser la mujer de su vida, la compañera fiel que lo acompañó hasta el último momento de su existencia, que fue Dalmacia Sanabria.
–¿Qué pasó luego con ella?
–Ella le sobrevivió muchos años. Ella murió allá al comienzo de los años 80 mientras que él murió en 1933. Así vamos relatando en la obra distintos episodios y los momentos cumbres de su quehacer literario, como la poesía “Loca”, por ejemplo, en la que se retrata a sí mismo y después el encuentro romántico con Anselmita Heyn, la reina de belleza del Paraguay, a quien él le dedica un poema y ella le paga con un cheque, pero finalmente él le devuelve el cheque con otro poema escrito en el dorso.
RESCATAR DEL OLVIDO
–¿Sentís que se hace necesario este trabajo de cuidar del olvido a nuestras figuras del arte?
–Yo creo que para realmente amar al país en que vivís tenés que conocer su historia, no solo su historia política o militar, sino también la historia cultural, porque un país, una nación se hace fundamentalmente a través de lo que producen esas mentes brillantes que jalonaron toda nuestra historia. Y es una pena que nuestra juventud no conozca de nuestra historia, a veces conoce un nombre, pero no tiene idea de qué es. Hemos visto algunos reportajes de televisión donde le preguntan a los estudiantes que están marchando el 14 de mayo por el Día de la Independencia y le preguntan por qué es un día feriado y no saben siquiera por qué salieron a marchar ese día. Entonces yo creo que esto que estamos haciendo ahora con esta puesta en escena, y alguna otra obra que ya hicimos anteriormente sobre otros personajes de nuestra historia y nuestra cultura, es muy importante para la formación integral de un joven. Esto le despierta el interés para investigar un poco más.
–¿Cómo se dio la conformación del elenco actoral?
–Generalmente yo trabajo con gente que ya de alguna forma conozco, pero en esta ocasión hicimos un casting para elegir los distintos personajes, algunos estaban ya predeterminados. Yo sabía que fulano era tal personaje, fulana tal, pero había otros personajes como el propio Manuel Ortiz Guerrero que no sabía a quién adjudicarle. Ahí apareció este chico Matías Miranda, a quien yo no conocía, no había visto nunca, y cuando yo le di en el primer encuentro un texto de la obra para que lo leyera 15 minutos y me lo representara, él empezó a hacer el personaje y ya no tuve dudas. Es un chico muy joven y que tiene mucho talento. Ojalá persevere porque tiene condiciones de ser un gran actor.
–¿Puede que se haya soltado el hilo de aquellas generaciones de destacados autores de nuestra cultura?
–Yo creo que eso se da por etapas. Así como hubo esa generación en los años 10, el 20 y del 30, después tenemos otra vez la generación del 40, en donde se destacan personalidades también como Elvio Romero, como José Luis Appleyard. Estoy hablando del campo literario. También José María Gómez Sanjurjo. En fin, una serie de escritores y escritoras como Josefina Plá y Renée Ferrer de Arréllaga. Tal vez tienen que pasar los años para que empecemos a reconocer a la gente. A lo mejor la gente de la cultura tiene que desaparecer terrenalmente para que después empecemos a reconocer su trabajo. Pero tenemos que hacer el esfuerzo para que las figuras de la cultura estén en la memoria del pueblo, porque son finalmente los que construyen una nación, la gente de la cultura, del teatro, de la literatura, de la música.
–¿Qué obra de Manú te parece más significativa?
–Creo que como a todos el poema “Loca”, en donde él se pinta a sí mismo y descubre su alma, esa reina que está loca, alma de poeta, de bohemia, de artista. Eso tenemos un poco todos los que de alguna forma nos dedicamos a alguna expresión cultural. Algo de locura, algo de bohemia y entonces eso nos identifica. Esa frase, ese poema de él nos identifica un poco a todos los que nos dedicamos a hacer algo de arte y cultura.
VOLVER AL TEATRO
–¿Cómo se comporta esta vuelta al teatro en la pospandemia?
–Durante el año pasado, que fue el primer año pleno, digamos, después de la pandemia, la gente había perdido la costumbre, como que todavía tenía miedo a estar en espacios cerrados con mucha gente, pero de todos modos la última obra que hicimos el año pasado, “Inés”, fue una obra que funcionó muy bien. Ya hubo una muy buena cantidad de público y este año por lo que estamos viendo ahora con esta primera semana la gente está volviendo al teatro. Lo mismo creo que pasa con otros, según me comentan algunos compañeros que están haciendo también algunos espectáculos, aunque todavía no estamos en plena temporada. La gente se va animando.
EL PROTAGONISTA
El joven actor Matías Miranda encarna a Manú en la obra “Ortiz Guerrero - La amarga plegaria”.
“Para armar este personaje fueron esenciales las contribuciones de historias y relatos tristemente hermosos que José Luis nos compartía con mucha pasión. Relatos no solo del gran poeta guaireño, sino de todos los personajes que lo rodean, lo que me acercaba más al contexto de su historia y me ayudaba a verlo como un ser humano como yo, como cualquier otro y entonces fue cuestión de prestarle mi cuerpo para que el mismo se manifieste sobre las tablas”, comenta el actor Matías Miranda, quien da vida al poeta guaireño en esta puesta.
El joven actor se formó en el Instituto Municipal de Arte y luego en el Taller Integral de Actuación, y en esta oportunidad se sumó al elenco de Arlequín Teatro.
“En lo personal empatizo mucho con el dolor del Manú cuando su enfermedad lo lleva a apartarse de sus amistades y recluirse en soledad. Es algo que me produce una profunda tristeza y aprecio profundamente la escritura de José Luis para transmitir este dolor en las escenas”, comentó.
Durante las primeras presentaciones de la obra la recepción de los asistentes marcó un registro en el elenco. “Se siente en el teatro una energía que inunda el aire en toda la obra, pero especialmente en tres momentos, cuando Manú abandona su hogar y a su abuela, cuando crea la letra de ‘India’ y en mi momento favorito de la obra, en la recitación de su obra magna, ‘Loca’”, explicó.
EL POETA
Manuel Ortiz Guerrero nació en Villarrica el 16 de julio de 1894, quedando huérfano en el parto. Migró a Asunción en la adolescencia y se codeó con quienes después serían reconocidas figuras de la cultura y de la política.
Fundó en Asunción la revista Órbita. Publicó las siguientes obras: “Eirete” (comedia en un acto, Villarrica, 1921), “Surgente” (poemas, Asunción, 1922), “El crimen de Tintalila” (tragedia en 3 actos, Asunción, 1922), “La conquista” (drama en cuatro actos, Asunción, 1930).
Fue compañero de creaciones de José Asunción Flores y ya muy joven cayó víctima de la lepra. Finalmente volvió a Villarrica para aislarse y es recordado sobre todo por su porte misterioso, ya que con la enfermedad avanzada escondía su rostro y su cuerpo con larga capa, sombrero y guantes.