El gran éxito de “Avatar: El camino del agua”, la secuela de la cinta de James Cameron que se acerca a los 2.000 millones de dólares en la taquilla global, es la prueba de que “las películas están de vuelta con un resurgimiento” tras la pandemia, afirmó el director canadiense.
“Hemos tenido un año para ver que este resurgimiento no es solo una casualidad, o solo una película”, dijo Cameron en una entrevista en Los Ángeles, al señalar otros éxitos megataquilleros como “Top Gun: Maverick” o “Pantera Negra: Wakanda por siempre”. “Se ha visto un patrón”, agregó Cameron, luego de dejar impresas sus manos en cemento en el famoso teatro Chino TCL de Hollywood.
“Avatar: El camino del agua” llega a los cines 13 años después de la cinta original, que sigue siendo la película más taquillera de todos los tiempos con un total recaudado de 2.900 millones de dólares en todo el mundo. Incluso si la secuela –que lleva la acción en tres dimensiones a un nuevo escenario bajo el agua– no escala a las mismas altitudes, ya es el séptimo filme más grande de todos los tiempos por venta de entradas.
RESURGIMIENTO
Este éxito indiscutible ha ayudado a revigorizar la industria de las salas de cine, golpeada por la competencia de las plataformas de streaming y por la apatía de los espectadores por la experiencia del cine en sala desde el inicio de la pandemia. Solo en Estados Unidos unos 500 teatros desaparecieron desde la llegada del covid-19 obligando a costosos cierres, de acuerdo con la asociación nacional de propietarios de teatros.
Cineworld –el grupo británico dueño de la segunda cadena más grande de salas en Estados Unidos, Regal Cinemas– está en medio de una reestructuración tras declararse en quiebra el año pasado. Pero Cameron, también director de “Titanic”, “The Terminator” y de muchos otros éxitos, sigue firmemente convencido de la viabilidad y de la adaptabilidad del cine en el futuro. “No creo que las películas vayan a morir”, opinó el realizador. “Necesitamos esto como cultura, como sociedad. Necesitamos ir a los teatros, al interior de estos grandes espacios con cientos de extraños”.
A sus 68 años, el cineasta reconoce, sin embargo, que los hábitos han cambiado. Mientras el gran espectáculo continúa atrayendo a multitudes de jóvenes a salas múltiples gigantes, el cine de autor e independiente encuentra cada vez más difícil convencer a audiencias de mayor edad a salir de sus hogares.