“Creo que como paraguayos no podemos olvidar a los cuatrocientos compatriotas que fallecieron aquel fatídico 1 de agosto del 2004, ni tampoco olvidar la peor tragedia en tiempos de paz en la historia de la república del Paraguay desde la Guerra del Chaco. Los jóvenes de hoy no conocen sobre la tragedia que marco el corazón de todo un país y que con el tiempo se fue olvidando”, explica Javier Solís Moreno los ejes de su motivación para escribir su flamante novela “Vestigios de una tragedia”.
Se trata de una novela corta editada por Servilibro que en un primer momento fue encaradA como un proyecto de guión cinematográfico, pero tuvo su epílogo en este material impreso.
“Cuando sucedió la tragedia yo era un niño, recuerdo que jugaba con mis amigos de barrio y desde el punto donde yo estaba que era en barrio Hipódromo se veía la humareda salirse del arrio Trinidad, me acuerdo que encendí la televisión para saber que estaba pasando y recuerdo que todos los canales estaban trasmitiendo de forma explícita todo lo que ocurría, la imagen que se me quedo grabada fue la de los bomberos depositando los cuerpos en la acera, realizaron esa acción porque los lugares donde llevaban los cuerpos en un principio colapsaron”, explica el escritor. “Vestigios de una tragedia” aborda en su trama el fatídico incendio del supermercado Ycuá Bolaños, en Asunción, que ocurrió el 1 de agosto de 2004 que enlutó a 400 familias.
“Duele decir, pero a los jóvenes de esta generación no les interesa la historia de nuestro país y vivimos en una generación depresiva y poco empática. Por ejemplo, a mí me paso que le ofrecí a una colega audiovisualista para hacer un corto sobre Ykua Bolaños y ella me respondió que no le interesaba. Hay un desinterés por las historias de nuestro país”, comentó.
El material es fruto de una larga investigación y según refiere Solís, no se encuentran propuesta similares a “Vestigios de una tragedia” actualmente disponibles en el mercado.
Respecto al requerimiento de justicia por parte el autor señaló que ella nunca llegó a la sociedad y las familias. “Nunca, jamás. Cómo se comportó la mal llamada Justicia con los familiares y víctimas es lamentable e indignante. Dos hombres dejaron encerrados a cuatrocientos compatriotas en ese horno gigante con la excusa de que cuidaban bienes materiales y el sistema judicial solo les dio 12 años”, refirió.
Solís aclaró que no pertenece a ninguna organización ni partido político y que abordando un tema tan sensible para la sociedad no busca tampoco rédito económico: “aunque no tuve ningún familiar que fue víctima, empatizo totalmente con el dolor y las historias de las familias afectadas y quiero destacar que mi objetivo principal es mantener viva la memoria de aquellas centenares de familias”, concluyó.