Servilibro es una de las librerías y editoriales más importantes del sector de la industria nacional del libro. De la mano de su propietaria Vidalia Sánchez viene resistiendo con nuevas estrategias de venta los pesares de la economía de la pandemia. Sin embargo, el esfuerzo parece no ser suficiente.
Habló con La Nación en relación con la situación del sector de la producción editorial y la venta, explicó sobre su situación particular y reiteró propuestas que ya fueron presentadas al Gobierno a través de las cámaras del sector.
-¿Cómo terminó el año el sector librero? ¿Hay algún repunte?
-El año del sector del libro terminó con un leve repunte entre noviembre y diciembre. Como todos los otros sectores de la economía, el nuestro también fue afectado fuertemente por la pandemia. Inclusive ha cerrado 3 o 4 librerías. Se hizo a través de las 3 cámaras del libro un pedido de ayuda al Gobierno, en el sentido de que todos teníamos un buen stock de libros, y la idea era que nos compren libros, no que nos regalen plata. Lastimosamente eso no prosperó. Yo sí recibí un crédito de Fogapi que me sirvió como capital operativo para poder publicar libros y para poder seguir en el mercado.
-¿Cómo se transformó el sector en el último año?
-El sector librero se transformó mucho en realidad. Tuvimos que recurrir a reinventarnos para poder seguir en el mercado. Nosotros tuvimos que cambiar toda la plantilla de nuestra página web. Modernizar todo lo que es redes sociales: Instagram, Twitter y tenemos un blog. Nos metimos con todo en las redes sociales y habilitamos el delivery. Eso nos ayudó mucho cuando reiniciamos a fines de mayo. En todo ese tiempo me llamó la atención a mí la venta de libros infantiles y juveniles porque quiere decir que las familias estaban en casa.
-¿La caída en ventas en qué porcentaje sería? ¿Qué planes tienen para el 2021?
-La caída del sector librero es del 50%. Tenemos que movernos 10 veces más para vender la mitad de lo que antes vendíamos. De a poquito fue subiendo, aún así estamos todavía con bajas ventas y estamos ansiando repuntar en este año nuevo. Ojalá empiecen las clases presenciales, esa es la temporada nuestra, la temporada escolar. El año pasado cuando distribuimos todos nuestros libros se frenó todo, y tuvimos que pagar igual a las imprentas.
-¿Habrá libroferia presencial este año?
Si se hace en junio o julio ya podríamos tener ferias presenciales. Lo que quizá no va a haber actividades presenciales y se va a transmitir todo por redes sociales. De hecho, la transmisión de los eventos es algo que no se va a ir ni después de la pandemia. Esa es una forma de llegar a mucha más gente.
-¿Qué necesidades tienen actualmente y qué proyectos plantean a corto y mediano plazo?
-Lo que nosotros necesitamos del Gobierno es que compre los libros. De las 3 cámaras del libro somos 44 nomás, entre librerías y editoriales. Yo que sé, que nos compre 10 millones a cada uno, serían 400 millones, ni siquiera es mucha plata, pero a mucha gente le va a ayudar a mucho. Necesitamos que la gente que compra libros, sea Ministerio de Educación, Fonacide o Secretaría de Cultura, nos compren libros, a corto plazo. Y a largo plazo ir viendo cuáles son las formas que se puede incluir al gremio librero para la expansión. Se pueden hacer proyectos de crear bibliotecas en todo el país mediante alianzas público-privadas.