Ganador de diversas distinciones en el universo local de las artes visuales, Fidel Fernández, lejos de fantasear pertenencia a la alcurnia de artistas consagrados, solo mira y analiza la realidad que lo circunda, y deja nacer su arte.
El próximo martes 10 de noviembre habilitará su muestra “Ñe'ê ha ta’anga”, una serie de xilograbados que será expuesta en el Centro Cultural de la República El Cabildo (Avenida de la República y Alberdi).
Fidel, quien concibe el mundo desde Cerrito, Chaco, habló con La Nación sobre su nueva serie, su inspiración y su apreciación de la realidad política paraguaya.
–¿Qué nos presenta la muestra “Ñe'ê ha ta’anga”?
–Es una exposición de xilograbados (utilizo la madera como matriz para las impresiones), el año pasado empiezo a incursionar en esta técnica, lo primero que hice fue un personaje jocoso “Ejapiro túnare”. El resultado me gustó, me salió como un afiche. Así empezó la serie con los epígrafes en guaraní.
–¿Por qué “Ñe'ê ha ta’anga”? ¿Por qué la palabra está presente en tu obra y se la presenta primero que a la imagen?
–Me parece que es la descripción exacta de esta serie. La palabra dentro de la obra actúa como un condicionante, impone al espectador una acción, por ende, la imagen surge de la palabra.
–¿Por qué para vos es importante mostrar a personajes de la vida cotidiana de todos, ante quienes ya no se gira muchas veces la mirada?
–Los personajes cotidianos son los que tienen mayor exposición visual, el día a día los lleva a una exagerada banalización, a la sobreexposición que invisibiliza. Visibilizar ese lenguaje corporal siempre me pareció interesante, es como una acción artística.
–¿Qué representa para vos el cambio reiterado de técnica en tu trabajo?
–El arte es una búsqueda permanente, la técnica es parte de ese proceso. Por otra parte, es una rebeldía ante lo comercial, ante los que te catalogan y quieren encasillarte.
–¿Cuál es tu relación con los objetos con los cuales trabajás, encanto, desencanto, fascinación?
–Tengo una diversidad de sensaciones, siempre trato de trabajar con una honestidad emocional, creando con total egoísmo una realidad colectiva.
–Tu trabajo siempre provoca una mirada política el otro lado, ¿qué devoluciones tenés respecto a eso de la gente?
–En mis obras ineludiblemente está presente lo político, tengo una fascinación por el bipartidismo, la gente lo ve como algo normal. No importa cuánto exageres, siempre termina siendo más real.
–¿Cuál fue la realidad que viste y viviste como artista visual en el contexto de pandemia?
–Fue como vivir en cámara lenta. La solidaridad de la gente se impuso ante las medidas de aislamiento, los gobiernos intentaron amputar los lazos sociales del ciudadano.