- POR MILIA GAYOSO MANZUR, milia.gayoso@gruponacion.com.py
Comunicador, animador sociocultural y cuentero “de los que cuentan a viva voz”, lleva doce años viviendo en España, donde echó raíces junto a la sevillana Ángeles Fernández.
–¿Dónde te agarró la pandemia?
–Este virus mundial nos mantiene confinados en casa, en el barrio del Cerro del Águila de Sevilla, un barrio de casas blancas, bajas, con terracitas. Estamos con mi compañera y mis dos niñas, Ára y Saité. Llevamos más de un mes en familia, salgo cada 5 o 6 días a comprar comida y me regreso.
–¿Cómo te afecta esta situación, a nivel personal?
–Estamos sobrellevando la cuarentena mejor de lo que esperaba, y si bien no somos muy disciplinados con los horarios intentamos que cada momento sea lo más agradable posible. En este tiempo he leído bastante, por ejemplo, libros postergados como los “Cien años de soledad” de García Márquez, con el que viajé por nuestra fantástica realidad latinoamericana.
También me dedico a darle muchas vueltas a mis otras pasiones, como la radio o la poesía. Entre rincón y rincón, vueltas por la misma casa una y otra vez, escribo algún verso, recuerdo a alguna poeta, investigo… y ahora estoy montando un pequeño programa de radio semanal a modo de podcast que irá por internet (Se llamará “La aldea prodigiosa”).
–¿Y en lo laboral?, supongo que haciendo milagros, como muchos artistas…
–Como trabajo remunerado, mis principales fuentes de ingresos son las bibliotecas públicas y los colegios, aunque también hago funciones y talleres en librerías y asociaciones vecinales. Es decir, en contacto con público, cara a cara. Todas esas actividades están suspendidas hasta nuevo aviso, y como acá tenemos partido el año, porque el verano es entre junio y fines de agosto (que son las vacaciones), es probable que no tenga trabajo hasta después de octubre, y eso si mejoran las condiciones sanitarias. Esto implica la cancelación de compromisos, la imposibilidad de montar talleres presenciales por mi cuenta, de contar en algún local nocturno.
TALLERES EN LÍNEA
–¿Cómo están sobreviviendo, económicamente?
–Yo soy trabajador autónomo, como si tuviera un RUC en Paraguay, para que nos entendamos. Pago a la Seguridad Social de manera obligatoria, facture o no facture y con este parón no tengo ahora mismo ingresos y sin embargo pago impuestos. No obstante, y esto es muy importante, acá contamos con la salud universal y gratuita, y el gobierno español está intentando paliar la falta de ingresos para los trabajadores autónomos como en mi caso, hay posibilidades de que cobremos algo parecido como un salario por los meses no trabajados.
De todos modos, estoy aprovechando como te conté más arriba, en crear un programa de radio, también estoy empezando a grabar mis cuentos en video y los estoy subiendo a las redes (Youtube y otras) y viendo la forma de empezar a hacer formaciones-talleres en línea. Esto me está permitiendo hacer directos con otros artistas de otras latitudes, generar alianzas gracias a las redes humanas de artistas que fui conociendo en mis viajes a festivales y encuentros.
–¿Qué anhelas para el futuro?
–Poder mantener las redes de solidaridad en las que participamos en estos días difíciles, y podamos ver lo bien que le hacemos al mundo si no vivimos atropelladamente, invadiendo todo. Andar con menos cosas y más alegría, más mirarnos y querernos.
Y que reconozcamos que los artistas son imprescindibles en las buenas y en las malas, para ayudarnos a recrear mundos más habitables.
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