Por Carlos Giménez, carlos.gimenez@gruponacion.com.py
“La verdad que la respuesta de la gente fue muy buena y no nos esperábamos por ahí tanto por ser la primera vez. Nos trataron muy bien”, expresó el cantante y actor argentino Julián Kartún al evocar lo que fue el debut de su banda El Kuelgue ante el público paraguayo en setiembre pasado en el Jockey Club de Asunción, en el marco del Cosquín Rock local.
Esta vez, el sexteto, fundado en Buenos Aires en el 2004, será parte de la grilla del Festival Pilsen Reciclarte el próximo sábado 1 de febrero, en el Anfiteatro José Asunción Flores de la ciudad de San Bernardino. Al respecto, Kartún consideró: “En principio, por estar acompañados de estas bandas de tal magnitud y, en segundo lugar, porque podemos llevar nuestro equipo a diferencia del año pasado. Llevamos también el equipo entero, vamos todos los músicos más toda la gente que labura con nosotros detrás y delante del escenario, así que es una oportunidad muy linda también para ir a tocar ahí”.
Sobre el show de El Kuelgue, programado para las 16:30, anticipó: “Seguramente presentemos algo del material nuevo que sacamos. Es un material que todavía no habíamos sacado cuando fuimos la vez pasada. Además, el hecho también de tener todas nuestras herramientas seguramente ayude a que el show sea más grande, más poderoso, en cuanto a lo rockero. Vamos con una sección de vientos fuerte, con una percusión, eso en principio”.
LADO B
Tras los discos “Beatriz” (2010), “Ruli” (2013) y “Cariño reptil” (2015), la banda publicó en el 2018 el EP de seis canciones “Fierrin (Lado A)”, al que siguieron los sencillos “Parque acuático”, “Natación” y “Chiste”. Kartún contó: “Ahora estamos sacando temas para completar el Lado B. Seguramente este año lo que tengamos para presentar sea eso. Todavía no tenemos el número cerrado de cuántos temas van a ser, pero seguramente parecido al Lado A”. Respecto a si habrá colaboraciones, dijo: “Sí, tenemos planes, pero todavía no puedo decir nada. Hasta que no lo confirme, no sabemos nada. Pero sí, seguramente tengamos participación de otros músicos”.
El Kuelgue surgió en una terraza, de unas reuniones de viernes entre amigos que se juntaban a improvisar música. En sus primeros años, el proyecto creció en los escenarios y hoy se da un mayor cuidado a las grabaciones: “Estamos en constante movimiento. Sí es verdad que la banda se dio de forma espontánea, y yo vengo por ahí más del palo de la actuación y los chicos más de la música. Y con el correr de los discos fue apareciendo un sonido más característico de la banda que, por suerte, me puedo dar ese gusto de no hacer un género específico e ir probando, como hacemos desde el principio, de ir jugando con diferentes estilos musicales y probando cosas nuevas. Así que eso también es una posibilidad que nos da el perfil de la banda, poder jugar y meternos con diferentes estilos”, explicó Kartún sobre esta exploración.
HUMOR INEVITABLE
“El humor, en realidad, en El Kuelgue aparece como una respuesta inevitable porque trabajamos mucho con la improvisación, con el clown y con lo teatral, y en ese proceso creativo de improvisación aparece inevitablemente el humor, pero no es algo que esté específicamente buscado para que tenga un efecto en el show”, señala el músico. “Hay un lugar de humor que permite lubricar y retratar con cierto despojo temas que por ahí son un poco solemnes, o que son medio escabrosos para tocar, sociales, políticos o culturales. Definitivamente es un rol del humor”.
Respecto a la improvisación, refirió: “Tiene muchas técnicas. Hay algo que por ahí parezca que se está jugando nomás en el momento, también hay muchas técnicas de improvisación que tienen que ver con aceptar siempre la propuesta del otro, no negarla nunca, con ser ocurrente u original, pero utilizando técnicas. También siempre está la frescura del momento y el feedback con la gente. Eso también es muy importante, que la gente responda, porque si no sería estar actuando contra una pared y es muchísimo acting”.
EL ABSURDO
Acerca del poder de la música, Kartún reflexionó: “Tiene otra manera de afectar en el público. Por ahí por eso llegar a tener más fanatismo, en general, la música, a diferencia de algo que tenga que ver con el audiovisual o con la representación artística más actoral. En general, me parece que la música genera más adeptos por esa manera de llegar bien al fondo del corazón de las personas”. Consultado sobre si pretende transmitir mensajes con su música, respondió: “En general, no hay una idea previa que yo tenga para querer comunicar. Nosotros laburamos más desde el absurdo y más desde lo que el que lo escucha quiera interpretar. No nos gustan las bajadas de líneas directas, muy obvias, ni tampoco escribir historias tan obvias. Disfruto mucho más del absurdo, tanto de hacerlo como de escucharlo. Me gusta cuando hay una letra que acompaña a la música y lo que dice lo tengo que descubrir yo, y no necesariamente tan evidente”. Aparte, la faceta actoral de Julián Kartún aparece en la cartelera porteña, todos los jueves, en la Sala Siranush de Teatro Palermo, en la obra “Noche de fresas” (www.nochedefresas.com), junto con Santi Martínez, tecladista y vocalista de El Kuelgue, y los comediantes Julián Lucero y Félix Buenaventura. “La verdad que es muy divertido, es también un lugar de juego, un lugar que nos permite jugar cosas nuevas, canciones nuevas y personajes nuevos”, mencionó.