“Qué calorcito nos tocó”, comentó Marco Antonio Solís, tras su quinta canción, “Sigue sin mí”, y opinó que en Centroamérica es habitual un clima cálido, pero: “Asunción sí pegó fuerte”. Lo que también pegó fuerte fue su show de poco más de dos horas, ante un repleto Jockey Club, por la noche del sábado pasado, luego de dos años de su última visita a Asunción; y que, a través de 24 canciones, deleitó todo lo que podían esperar sus seguidores.

Especialmente los que siguen al artista mexicano, de 59 años, desde su época del grupo Los Bukis (1975-1996), ya que vibraron con ocho clásicos: “Dime dónde y cuándo”, “Cómo fui a enamorarme de ti”, “Y yo sin ti”, “Morenita”, “Tu cárcel”, “Viva el amor”, “Y ahora te vas”, e incluso “Navidad sin ti”, que presentó como una canción que “pocas veces se puede cantar… porque solo es apropiada en una época del año”.

Tras la apertura de Ceiba y Los Rancheros, Solís emergió en medio de una gran banda y cuatro bailarinas hacia las 22:50, con “Invéntame”. Carismático e inagotable, el artista también refirió al panorama en Latinoamérica por “países con dificultades sociales”, señaló que los “cambios son necesarios”, pero que también requiere que las personas sean más comprensivas.

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Otro pasaje destacado fue cuando invitó a sus hijas Marla y Alison Solís, de 19 y 18 años, para cantar “Basta ya” y “Dónde estará mi primavera”; ellas saludaron en guaraní: rohayhu Paraguay y aguije. También gustó su relato teatral de un hombre recibiendo mensajes de una mujer “arrepentida”, antes de “El milagrito”.

Para el final, hasta casi la 1:20, emocionó e hizo bailar con “Mi eterno amor secreto”, “Si no te hubieras ido”, “La venia bendita” y “Más que tu amigo”.

Los Rancheros animaron la previa con sus principales éxitos.
Carismático y enérgico, Marco Antonio Solís actuó poco más de dos horas.

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