Por Roque Martínez, roque.martinez@gruponacion.com.py
Dead Kennedys, aquella legendaria banda hardcore de los 80, se presentó en vivo en Asunción, lo que resultaba impensable años atrás. Puntualmente a las 00:20 del último sábado ingresaban los músicos al escenario del Casco Antiguo, en el centro de Asunción, en el marco del festival “Ciudad Punk Vol. 2”.
“Forward to death” fue el puntapié con Skip McSkipster intentando acomodar la voz a la fantástica música de los tres integrantes de la formación clásica de la banda. Inmediatamente llegó “Winnebago warrior”, en cual sobresalían los coros originales que suenan en discos clásicos como “Fresh fruit for rotting vegetables” y “Plastic Surgery Disasters”, a cargo del bajista Klaus Flouride y el baterista D. H. Peligro.
Ya con “Police truck”, se confirmaba que no se trataría de un concierto más en la capital del país, sino de un concierto memorable. East Bay Ray con un par de riffs en delay comenzó la canción con sus posteriores punteos. El guitarrista demostraba ese sonido tan característico y único que supo impregnar a su banda, desde las seis cuerdas.
“Buzzbomb”, “Let’s lynch the landlord” y “Jock O Rama” fueron adquiriendo un sonido por de más brillante, que mejoró a lo largo del show. En tanto, que Skip sacaba a relucir su potente voz, que por momentos, emulaba con toda intención al cantante original de la banda, Jello Biafra.
La lista de temas continuó con “Kill the poor”, otro de esos tantos clásicos con los que Dead Kennedys se plantó ante el mundo. Verlos se trataba de un sueño de juventud. Al fin y al cabo, East Bay Ray, Klaus Floride y D.H Peligro, son los Kennedys muertos que grabaron los discos históricos en su primera etapa.
Klaus castigó su viejo bajo azul que sonó pesado, grave y sucio, a la par que hacía todos los coros a lo largo de casi la hora y media de concierto. ¿Quién no quisiera ser este señor bajito que este 30 de mayo cumple 70 años y que daba saltitos como un adolescente?
A partir de la mitad del show vendría una catarata de clásicos encadenados uno tras otro como el caso “MTV get off the air”, coreada con fuera desde abajo. Cuando fue el turno de “Moon over Marin”, de vibra surf, que hizo bailar a los presentes. Para quienes buscaban el hardcore más visceral de Dead Kennedys llegó el turno de “Nazi punks fuck off” y “California Uber Alles”, con una carga de emoción que llegaba a su punto más alto. Era lo mejor del repertorio de la banda, que sonaba ante oídos y ojos incrédulos.
“Bleed” y “Viva Las Vegas” anunciaban que se acercaba el final del concierto hasta que llegó la intro de guitarra de “Holiday in Cambodia”, en lo que para muchos que pasan los 30 años se trató de un sueño de juventud, presenciar esta canción en vivo. Con “Chemical warfare” cerraron su primer y quizás último show en el país, acompañados de los argentinos Cadena Perpetua, más los locales Square Pants y Garage 21. Ante los tiempos difíciles que corren, el concierto de Dead Kennedys, resultó una bocanada de oxígeno para su público.