Si con "Gracias Gauchito", sobre la historia del Gauchito Gil, fue como recrear un western, una película del oeste, con vaqueros y bandidos a caballo; "Leal, solo hay una forma de vivir" fue la aventura de acción militar, con disparos, explosiones y persecuciones en autos. Así fue como también lo vivió el director de fotografía Nicolás Gorla, que participó del rodaje de ambos largometrajes en Paraguay, producidos por HEi Films en asociación con las productoras argentinas Aleph Media y Arco Libre.
"Con los directores tenemos cercanía de edad, entonces a veces está bueno, porque genera como una sintonía más rápida, también muy parecidas las películas que nos gustan, en este género de acción y demás. A veces nos divertíamos como niños", contó Gorla, tras las 28 jornadas de grabaciones de "Leal", que culminaron el 9 de diciembre pasado, junto a los directores Pietro Scappini y Rodrigo Salomón.
"Con 'Gauchito'habíamos tenido suerte, porque fue invierno, no hubo tanto frío y fue un poquito más suave el clima. Pero acá hubo jornadas que sentimos el calor extremo, fuerte, sobre todo en exteriores, días donde pegó. Y, además, de repente filmábamos, de 9:00 a 12:00 había sol, teníamos que parar una hora porque llovía, arrancábamos a filmar de vuelta y estaba nublado, y de vuelta el sol. Eso también fue un desafío en la peli, estar pendiente de todas esas cosas, para que después toda la unidad de la luz en la escena pueda funcionar", dijo el técnico que, en Argentina, trabajó para la película "El Corral" (2017), para dos producciones para televisión y en tres miniseries.
LA ESTÉTICA
El DF explicó: "Desde el principio, los chicos siempre hablaron que todo lo estético, la iluminación, todo lo que se hiciera, está muy al servicio del movimiento de los actores, dónde iban a estar, tanto el movimiento de la cámara iba ser real, si la cámara se movía mucho siguiendo a un actor iba a estar bien.
Trabajando mucho a dos cámaras, también, donde la iluminación tenía que ser sencilla, expeditiva, y que no fuera invasiva, entonces para que los actores se sintieran cómodos, y no ponerles marcas determinadas: 'parate aquí, para que la luz te dé perfecto'. Entonces era una cosa un poco más global, e iluminar ambientes ya pensando que después iba a haber actores que se iban a mover ahí adentro.
Se pensó más en ambientes, que en marcas específicas de los actores. Me pareció que estaba bien, que estaba interesante, y más también, donde es una propuesta que es fundamental la cantidad de planos en una escena. Creo que eso en el montaje se va a ver: las escenas se pensaron mucho en tener muchos planos, poder tener variedad de corte, y me parece que eso también va de la mano con lo demás, que los actores se puedan mover, que la iluminación se cambie poco, entre plano y plano, pues si no los tipos de rodajes se hacen muy largos. Fue también una cuestión entre estratégico y estético, fue de la mano, y me parece que funcionó".
LOS FAVORITOS
"Generalmente, los momentos desafiantes terminan siendo los favoritos, sobre todo cuando llegan a buen puerto, en donde uno quizá se estrena más en el rodaje, pero también al final uno dice: 'che, qué bueno que quedó esto; qué divertido que fue'. Pero sí, todas las escenas de acción sobre todo lo que filmamos en Tobatí, que era una de las escenas finales, fue muy divertido, porque ya era cuando se acerca el final de la película y, obviamente, como toda película de género, es donde más despliegue hay, donde más acción hay. Así que eso fue muy divertido. También con esta estética de seguir a los actores, de repente seguir a un actor que está disparando fogueo, y volando los casquillos de las balas y demás, me pareció que estaba muy divertido", refirió.
"A veces están esas cosas que se llaman de distinta forma, cuestiones técnicas que uno se va acomodando. Después, más allá de eso, me siento cómodo, muy contento. Además, está bueno, porque uno aprende. No es que uno viene de Argentina a enseñar cosas acá. Es recíproco. Uno viene, aprende cosas, también, quizá, deja cosas", opinó Gorla sobre su experiencia al filmar en Paraguay. "Ojalá se repita, porque, la verdad, cada vez que vengo, vuelvo ya con amigos que están esperando, y me voy con más amigos todavía. Eso está bueno".