"Yo creo que es una película humilde, pero con mucho corazón. Es un momento clave en el Paraguay, donde cada día hay más violencia, más machismo, más discriminación; entonces esta película lucha contra todos esos temas", así expresó Onchi Ortiz, joven director de fotografía de "Santificar lo profano", pocos antes de la función del avant premiere, en Cines del Sol. "Yo estoy muy orgulloso con el resultado de la película; para mí, llegar a las salas de cine ya es todo un logro".
"Empecé de atajacables y hoy estoy como director de fotografía", comentaba tras mirar atrás, a esos seis años junto al director Agustín Núñez.
"En el 2012, él me llama para una entrevista y en ese entonces estaba empezando a estudiar dirección y producción de televisión en el IPAC. Y él me llama para trabajar en El Estudio, para hacer labores de colocar luces, infocus, nunca supo que yo estaba metido en el mundo del audiovisual y que me interesaba. Le comenté que eso me apasionada, aparte de la actuación", describió. "Desde ahí nace todo un recorrido a su lado, él es mi maestro, es la persona que me dio prácticamente todas las herramientas para poder salir adelante en este mundo del audiovisual, que es muy competitivo".
Aparte de la fotografía, el aprendizaje de Onchi con "Santificar lo profano" se extendió al montaje, distribución, producción, comunity manager: "un poco de todo". Esa experiencia del "cine posible" también fue para el resto del equipo.
El aprendizaje
Parte de la escuela de Ortiz, junto a Núñez, fueron los largometrajes "Eso que llaman amor" (2012) y "El 8 día" (2013), el mediometraje "Kuña pypore" (2013) y la serie web "El mirador" (2015), así como sus cortos "Cenizas" y "Un instante como este", hasta el videoclip "Punta Karãpãme Serrato Ndive" de Juan Cancio Barreto. En el 2015 decidieron apuntar a los cines.
"Él tiene una forma muy peculiar de escribir los guiones", refirió sobre Agustín. "Usa una grabadora de voz, graba de corrido una hora y media de texto, con escenas, diálogos, detalles técnicos, todo, sin cortar. Tiene perfectamente ordenado lo que quiere. Y después me pasó esa grabación y yo transcribí esa historia". Tras dos días de trabajo tuvo en papel un libreto de 72 páginas. Siguió un período de adaptación para preparar el rodaje, que duró 3 meses, captando el color de La Chacarita con una Canon 5D y dos lentes.
"Va tener críticas buenas, malas, pero es parte del juego, y lo que queremos es que la gente vea esta película, que opine, y ojalá que pueda llevarse un cambio de conciencia ciudadana", reflexionó Ortiz. "Nosotros queremos hacer más cine en el país, de mejor calidad. Después de esta película, mi mente cambió el 100% a lo que es hacer un producto de cine, aprendí muchísimas cosas que antes jamás me imaginaba".