Por David Sánchez, desde Aguilar de Campoo (España), X: @tegustamuchoelc (*).
Resulta casi surreal imaginar que Aguilar de Campoo, un pequeño pueblo de menos de 7.000 habitantes en la provincia de Palencia (España), sea escenario de uno de los festivales de cortometrajes más destacados de Europa y con tanta mezcla de culturas hispanas que se respira en la programación y en el día a día del pueblo. Con más de 30 años de historia, el Festival de Aguilar de Campoo (AFF) ha logrado posicionarse como un evento internacional de relevancia, atrayendo a cineastas y audiencias de todo el mundo.
Por su parte, el alma económica del pueblo es la fábrica de galletas Gullón, presente en casi todos los países de Hispanoamérica, que tiene gran parte de responsabilidad del éxito del festival y de la diversidad cultural del pueblo. Este año, el vínculo cultural entre México y España se fortaleció con una destacada presencia mexicana en la sección especial dedicada al Festival Transmutación, en la que tres cortometrajes nacionales mexicanos formaron parte de la programación.
La colaboración entre el AFF y el Festival Transmutación de Ciudad de México, antes conocido como Black Canvas Festival de Cine Contemporáneo, es un claro ejemplo de cómo el cine puede tender puentes culturales. Este año, Claudio Zilleruelo, director de Transmutación FCC, participó como jurado de la selección oficial del AFF 2024, reafirmando el reconocimiento internacional del talento mexicano.
“Las historias de nuestros países tienen un trasfondo histórico y social que conecta con lo que sucede en otras regiones del mundo. Colaboraciones como la de Aguilar y Transmutación enriquecen el panorama cinematográfico al abrir puertas a nuevas perspectivas”, compartió Claudio.
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Tres cortometrajes seleccionados del Festival Transmutación viajaron a España, mostrando el talento y la creatividad de cineastas mexicanos:
• “Niño Halcón duerme entre visiones de un incendio” de Mauricio Sáenz-Cánovas: Explora la violencia del narcotráfico desde la perspectiva de un adolescente marginal. Claudio comentó que este cortometraje es “una metáfora poderosa sobre la deshumanización y la lucha por la supervivencia”.
• “Al motociclista no le cabe la felicidad en el traje” de Gabriel Herrera: Una reflexión lúdica sobre la relación entre el hombre y la máquina. Según Claudio, “Gabriel Herrera es una voz única en el cine mundial. Este cortometraje ha recorrido más de 60 festivales”.
• “Las bocas” de Valentín Merz: Retrata las tensiones entre lo cotidiano y lo absurdo en Ciudad Juárez, destacando el contraste entre dinámicas locales e intereses externos.
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Aguilar de Campoo, conocida como la “ciudad de la galleta”, ha convertido su entorno en un modelo de sostenibilidad cultural y económica. “La fábrica de galletas, el apoyo municipal y el entusiasmo local crean un ecosistema perfecto para celebrar el cine”, expresó Zilleruelo. “El corto es un formato libre y lleno de posibilidades narrativas”, reflexionó Claudio, quien destacó la necesidad de mayor apoyo institucional para fortalecer la industria del cortometraje en México.
Además de la sección mexicana, Aguilar de Campoo destaca por la estrecha relación entre su cultura local y el cine. Paco Hevia, director corporativo de la fábrica de galletas Gullón, principal patrocinador del festival, subrayó: “En Aguilar intentamos apoyar todo lo que pueda sonar a cultura: cine, teatro, artistas de calle, pintura rápida o incluso Galleta Rock en verano. Queremos que esa oferta cultural llegue a la gente de la comarca”.
Hevia destacó también el impacto de la fábrica en la comunidad: “En Aguilar trabajan con nosotros unas 180 personas extranjeras, de las cuales 120 son latinoamericanos. Tenemos comunidades de peruanos, venezolanos, uruguayos, argentinos y mexicanos. Para nosotros es un orgullo disponer de este talento”.
Paco Hevia añadió: “Facilitamos la integración de familias completas que vienen a trabajar con nosotros. Muchas veces contratamos a los dos adultos de la familia, lo que les permite establecerse en un lugar con un costo de vida bajo, colegios y centros de salud accesibles”.
Por su parte, Gullón también refuerza estos lazos, no solo a través de la cultura, sino mediante su expansión en mercados latinoamericanos. “México funciona bastante bien para nosotros. También hemos tenido buenos resultados en Colombia y Perú”, indicó Hevia.
Zilleruelo concluyó destacando la singularidad de Aguilar: “Es una ciudad con una energía especial. El rigor del festival y su conexión con la comunidad local lo convierten en una experiencia única”.
Con festivales como el AFF y la visión empresarial de Gullón, Aguilar de Campoo se consolida como un puente cultural y económico que trasciende fronteras, uniendo Europa con Latinoamérica a través del arte y la colaboración.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.