Por David Sánchez, desde Cádiz (España), X: @tegustamuchoelc (*).

La serie “Ella, maldita alma”, que se presentó en el South International Series Festival (25-31 octubre), es una producción de Mediaset España en colaboración con Plano a Plano, y que incursiona en el terreno del drama romántico y moral. Protagonizada por Maxi Iglesias, Martiño Rivas y Karina Kolokolchykova, la historia sigue a un sacerdote que se enamora de la esposa de su primo, enfrentándose a conflictos internos entre el amor, la culpa y la lealtad.

La serie recuerda a la icónica película mexicana “El crimen del padre Amaro” (2002), dirigida por Carlos Carrera y protagonizada por Gael García Bernal. Tanto en la película como en “Ella, maldita alma”, el eje de la narrativa es el amor prohibido de un sacerdote, explorando las contradicciones morales y los cuestionamientos de fe. Álvaro Benítez, productor ejecutivo de la serie, indica que “En concreto con este proyecto... puede funcionar muy bien (en Latinoamérica) porque ahí es una cultura mucho más religiosa que aquí, entonces el punto de partida... puede generar mucha, mucha curiosidad en el público allá”, subrayando la resonancia que este tipo de temas provoca en audiencias latinoamericanas, algo que fue evidente con “El crimen del padre Amaro”, que despertó un debate profundo en México.

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El alcance de las series españolas

Benítez describe cómo la distribución de producciones españolas ha encontrado éxito en Latinoamérica, particularmente con series como “Toy Boy”, que “funcionó en Latinoamérica muy bien”, especialmente en Brasil, México y Colombia. Explica que esta serie “realmente sí sabemos que fue muy, muy fuerte” al posicionarse en el top 10 de Netflix. Sin embargo, el productor también reflexiona sobre los desafíos que aún existen en las coproducciones entre España y América Latina, destacando que, a pesar de compartir idioma, hay factores como “diferencias de cultura, diferencias de presupuesto, incluso acentos”, que a veces frenan la posibilidad de colaboración.

Para superar estos desafíos, Benítez menciona que se ha avanzado en “modelos de coproducción y multiventana” que permiten financiar proyectos a través de preventas en varios países. Añade que “poco a poco se van abriendo”, permitiendo un mayor intercambio entre talentos y producciones de ambas regiones.

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La importancia de festivales

El productor también valora los festivales como el South International Series Festival, al que considera una plataforma clave para la industria. “Es la primera vez que vengo... es un festival que está creciendo”, comentó Benítez. Aprecia que estos eventos “dan visibilidad no solo al cine sino también a las series”, permitiendo una mayor integración de la industria. En su opinión, la cultura histórica de Cádiz añade un componente especial que puede beneficiar el desarrollo del festival en futuras ediciones.

Con su temática de transgresión y dilemas morales, “Ella, maldita alma” parece estar en camino de captar la atención de un público amplio y diverso. Según Benítez, “buscar historias que sean orgánicas, que se puedan mezclar personajes, culturas o localizaciones” es clave para conectar a la audiencia iberoamericana, y este tipo de narrativas, llenas de conflictos religiosos y éticos, tienen el potencial de atraer en ambos continentes.

* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.

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