La taquillera película “No entres”, dirigida por Hugo Cardozo después del éxito de “Morgue”, es la primera presencia paraguaya confirmada hasta el momento para la próxima edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que celebrará sus 70 años a través de su edición número 39, entre el jueves 21 de noviembre y el domingo 1 de diciembre, en la ciudad bonaerense.
La producción paraguaya, que continúa en la cartelera local desde agosto pasado, será parte de la sección denominada Hora Cero, con funciones especiales a medianoche dedicadas a películas de terror, fantasía y otros géneros extremos, que tienen un fiel público en este festival, el único en América Latina con categoría A. El relato sobre dos youtubers que se adentran en una casa abandonada para obtener más seguidores será visto por primera vez en sala comercial por el público argentino.
A casi un mes de su nueva edición el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata sigue develando su programación y anunció nuevos títulos en las secciones no competitivas, con una importante cabida al cine argentino, trae muchos nuevos títulos de la cinematografía internacional y celebra sus 70 años con retrospectivas y homenajes. Las películas que participarán de las 5 competencias serán reveladas el 12 de noviembre en una presentación para la prensa en el cine Gaumont de Buenos Aires.
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Panorama argentino
A los 15 largometrajes argentinos que fueron seleccionados para competir se suman otros 7 que formarán parte del Panorama argentino y estos son: “Reflejado” de Juan Baldana, “Por tu bien” de Axel Monsú, “Hasta que la muerte nos separe” de Lucas Ríos, “Entre reinas” de Male Fainsod y Tomás Morelli, “La imagen santa” de Pablo Montilau, “Desentierros” de María Julia Blanco y “Mauricio Wainrot: entre bambalinas” de María Teresa Constantini. Otros dos documentales argentinos se proyectarán en la sección BSO, “Lalo” de Alejandro Clancy y “El agujerito” de Ana Hayzus y Leandro Elljal.
La abundante programación del ciclo España en Movimiento dentro de la sección Panorama suma, además de “Volveréis” de Jonás Trueba, a “Desmontando un elefante” de Aitor Echeverría, con Darío Grandinetti, Emma Suárez y Natalia de Molina, “Tratamos demasiado bien a las mujeres” de Clara Bilbao, con Antonio de la Torre, Carmen Machi y Luis Tosar, “La casa” de Álex Montoya, con Diego Verdaguer, “Lo carga el diablo” de Guillermo Polo, con Antonia San Juan, “Los Tortuga” de Belén Fuentes, con Antonia Zegers, “¿Quién quiere casarse con un astronauta?” de David Matamoros, con Raúl Tejón, “Valenciana” de Jordi Núñez, con Conchi Espejo y Ángela Cervantes y los documentales “Mariposas negras” de David Baute y “La fugida” de Josep Morell, Guillem Sánchez y Marc M. Sarrado.
Del cine francés también se podrá ver “Un ours dans le Jura” de Franck Dubosc, con Laure Calamy. Del checo “Endless Summer Nights” de Kaveh Daneshmand, del lituano “Toxic”, ganadora en Locarno y del inglés “The Outrun” de Nora Fingscheidt, con Saoirse Ronan. También estará presente “The Return” de Umberto Pasolini, con Ralph Fiennes, Juliette Binoche y Ángela Molina.
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Cine asiático
Además de Japón, cuya programación también incluye “All the Long Nights” de Sho Miyake, no faltará el cine asiático. De India también se proyectará “Logout” de Amil Golani, y de Malasia “To Kill a Mongolian Horse” de Xiaoxuan Jiang. El Líbano participará con el documental “We are Inside” de Farah Kassem e Israel con “Halisa” de Sophie Artus, “Hemda (Bliss)” de Shemi Zarhin y “Of Dogs and Men” de Dani Rosenberg. Completa la lista la australiana “My Eyes” de Angela How.
El festival también mantendrá sus secciones Mar de Chicos y Chicas y Hora Cero. En la primera podrá verse “Flow”, película animada de Gints Zibalodis que ha ganado premios en Annecy, Guadalajara, Melbourne y Atenas, así como “That Christmas” de Simon Otto, con guion de Richard Curtis y Peter Souter. La segunda está integrada por la producción paraguaya “No entres” de Hugo Cardozo, “Ghost Killer” del japonés Kensuke Sonomura, la coreana “The Tenants” de Yoon Eunkyoung y las estadounidenses “Canina” de Marielle Heller, protagonizada por Amy Adams y el documental “Chain Reactions” de Alexandre O. Phillipe.
Fuente: Tommy Pashkus Agencia.
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Actor español explora nuevos desafíos en “El cuento de una noche de verano”
Por David Sánchez, desde Valladolid (España), X: @tegustamuchoelc (*).
En el Festival Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), tuvimos la oportunidad de hablar con Nacho Sánchez, uno de los actores más destacados del cine español. Nacho llegó al festival para presentar “El cuento de una noche de verano”, cortometraje dirigido por María Herrera y parte de la selección internacional en competición. Reconocido por su trayectoria en filmes como “Mantícora” (Toronto) y “17″ (Netflix), así como en cortometrajes como “El rey de la semana”, Nacho compartió detalles sobre su participación en este proyecto y reflexiones sobre su carrera.
El cuento de una noche de verano relata la conexión rápida y especial entre Inés y Guille, dos personas que apenas se conocen, pero logran conectar profundamente en su primera cita. A medida que pasan la noche juntos, parece que incluso el sofocante calor veraniego desaparece mientras duermen juntos. Antes de dormir, Inés desea que vean juntos el amanecer.
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Sobre cómo se unió al cortometraje, Nacho explicó: “Nos conocíamos de la vida”, refiriéndose a su relación con la directora. “Nos propuso a Olivia y a mí que iba a rodar su primer corto y que si lo queríamos hacer. Encantadísimo, porque siempre es bonito ayudar a amigos y más en proyectos tan personales”.
Una de las escenas más comentadas del cortometraje es de carácter íntimo, algo que puede resultar complicado para los actores. Nacho destacó la importancia de contar con el apoyo de un coordinador de intimidad. “Tuvimos la suerte de que trabajase con nosotros Violeta Orgaz, que forma parte del equipo IntimAct. Nos ayudaron mucho a naturalizar la situación y a tratarla de manera respetuosa”.
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Sobre si queda mucho por entender en la convivencia entre hombres y mujeres, Nacho reflexionó: “Creo que hemos vivido en un sistema de visión única. Ahora se están empezando a aceptar distintos puntos de vista, especialmente los de la otra mitad de la población. Vamos tarde, pero con propuestas como la de María y el trabajo de la coordinación de intimidad, se está avanzando”.
Por último, Nacho habló sobre su más reciente proyecto: “Estoy montando con Olivia Delcán nuestro primer cortometraje, que hemos dirigido juntos. Estamos en el proceso de edición y el año que viene lo presentaremos en festivales”.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Seminci 2024: Ruizpalacios vuelve con un relato de cocinas y migración
Por David Sánchez, desde Valladolid (España), X: @tegustamuchoelc (*).
En la 69.ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), el director mexicano Alonso Ruizpalacios regresó al festival para presentar su más reciente obra, “La cocina”, una película en competencia oficial que se ha ganado la atención de la crítica. Durante la rueda de prensa, Ruizpalacios compartió detalles sobre la adaptación cinematográfica de la obra homónima del dramaturgo británico Arnold Wesker, un proyecto que el director había soñado llevar al cine desde hace años.
La película está inspirada en “The Kitchen”, una obra de teatro escrita por Wesker, la cual Ruizpalacios conoció mientras estudiaba en Londres. Trabajando en un restaurante turístico en esa época, el director mexicano se adentró en el dramático y frenético universo de las cocinas, un mundo que, para él, “tiene un ritmo y un drama intrínseco, especialmente cuando se trata de la experiencia migrante, con cocinas que se convierten en puntos de reunión de muchas nacionalidades”. Ese entorno multicultural fue lo que, según él, le inspiró a retratar la historia desde una óptica cinematográfica.
Ruizpalacios expresó que se identificaba profundamente con el contenido de la obra, sobre todo porque “retrata una especie de ‘torre de Babel’, similar a lo que yo viví en la cocina en la que trabajaba”. De hecho, el director llevó la obra a los escenarios teatrales hace más de una década y siempre tuvo la intención de adaptarla al cine.
La decisión del blanco y negro
Una de las preguntas más obvias durante la rueda de prensa fue sobre el uso del blanco y negro, un recurso estilístico que Ruizpalacios ha utilizado en anteriores películas. “Siempre vi esta película en blanco y negro. Desde que comencé a escribirla, lo primero que anoté fue: esta película es en blanco y negro”, explicó. Esta decisión no fue únicamente estética, sino que, según el cineasta, “ayuda a borrar un poco la especificidad temporal. No quería que se supiera si la historia transcurre hoy o hace 20 o 30 años”. Además, el blanco y negro le permitió añadir una capa simbólica: “El blanco y negro enmarca la historia como una especie de fábula, me permite ir más allá del realismo”.
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El caos coreografiado en la cocina
Uno de los momentos más intensos de la película es la escena de caos en la cocina, un crescendo coreografiado que fue arduamente ensayado por el equipo. Ruizpalacios reveló que “nos llevó como una semana y media filmar esa escena”, y comentó que todo el elenco asistió previamente a una escuela de cocina como parte de la preparación para sus roles. “Cada actor aprendió a cocinar lo que hacía su personaje y, por las tardes, improvisábamos”, detalló. Este riguroso proceso permitió que los actores no solo actuaran, sino que también pudieran crear una dinámica auténtica y realista en el set.
Reflexión sobre el racismo y las jerarquías
Uno de los temas fundamentales de “La Cocina” es la crítica a las jerarquías y el racismo. El director explicó cómo el mundo de las cocinas es una representación de una sociedad estratificada, donde las diferencias sociales y raciales se reflejan claramente. “Las cocinas son sociedades muy jerárquicas, y si tienes un poco de jerarquía sobre alguien más, se lo vas a hacer saber”, afirmó. En la película, esto se retrata no solo a través de las interacciones entre los personajes, sino también en el contraste entre quienes están en la cima de la cadena laboral y quienes están en la base.
Al referirse al racismo entre los propios migrantes, Ruizpalacios comentó: “No me interesaba una película donde los blancos fueran los malos y los no blancos fueran los buenos. El mundo no es así, el racismo no tiene raza”. Para el director, este fenómeno es complejo y tiene más que ver con el sistema capitalista y las estructuras de poder que con la mera cuestión racial.
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Un universo más allá del realismo
Ruizpalacios describió “La Cocina” como una película que trasciende el realismo, y uno de los elementos visuales que lo destaca es el uso de contrastes de luz, especialmente en la escena de la cámara frigorífica. Al ser preguntado sobre esa escena, el director comentó: “Cuando escribí esa escena, de repente escribí ‘y todo se vuelve azul’, y no sabía realmente por qué. Me gusta cuando no puedo explicar algo, pero me parece que encaja”. Este enfoque intuitivo le permitió crear una atmósfera onírica, que refleja el espacio psicológico de los personajes.
Proyectos internacionales
Ruizpalacios, conocido por su estilo distintivo en películas como “Güeros” y “Museo”, fue cuestionado sobre su salida del escenario mexicano para abordar una historia más internacional. “Mi foco principal en esta película sigue siendo la experiencia de los mexicanos afuera”, aclaró. Aunque “La Cocina” es una historia universal, el director destacó que quiso retratar las vivencias de los migrantes mexicanos que trabajan en cocinas de Estados Unidos y otras grandes ciudades del mundo.
Ruizpalacios concluyó la rueda de prensa agradeciendo al festival por la oportunidad de compartir “La Cocina”, una película que promete seguir el camino de sus predecesoras en cuanto a energía, vitalidad y una narrativa profundamente humana.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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El efecto Netflix: fiscal recomendará una nueva sentencia para los hermanos Menéndez
El fiscal de distrito en Los Ángeles dijo recomendaría una nueva sentencia para los hermanos Lyle y Erik Menéndez, encarcelados de por vida por el asesinato de sus padres en 1989, dictamen que los haría elegibles para libertad bajo palabra. El fiscal George Gascon afirmó que pediría a un juez que dictamine que los dos hombres, cuyo caso ha vuelto a recibir atención por una serie y un documental emitidos en Netflix, deberían ver reducida su sentencia de forma que fueran elegibles para libertad condicional en los próximos meses.
“Luego de una muy cuidadosa revisión de todos los argumentos... Creo que bajo la ley, una nueva sentencia es apropiada y voy a recomendar esto a una corte mañana”, dijo Gascon a reporteros. Los hermanos Menéndez fueron sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional tras el juicio que fue televisado y que ocupó los titulares de medios en todo el mundo.
En la época, los fiscales argumentaron que ambos hombres conspiraron para acabar con la vida de sus padres ricos en un intento por acelerar una herencia por 14 millones de dólares. Sin embargo, la defensa se basó en que los hermanos habrían sido víctimas de abuso sexual y físico continuo por parte de su padre, y del silencio cómplice de su madre, por lo que estallaron después de años de sufrimiento.
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El auge de la serie
El fiscal reconoció que el auge de la serie sobre el caso llevó a la fiscalía a ver el proceso con nuevos ojos. “Creo que muchas veces, por razones culturales, no les creemos a las víctimas de agresión sexual, ya sean mujeres u hombres”, afirmó el fiscal. El asesinato en 1989 de José y Mary Louise Menéndez en su elegante casa de Beverly Hills fue objeto de un auténtico frenesí mediático en Estados Unidos.
El juicio de Lyle y Erik se retransmitía diariamente por televisión, una novedad para la época, e incluso se considera la antesala mediática del “juicio del siglo”, que comenzó meses después contra el futbolista estadounidense O.J. Simpson. Los hermanos, que en ese entonces tenían 18 y 21 años, no fueron condenados en primera instancia porque el jurado se estancó sin la unanimidad necesaria para pronunciar su veredicto.
En 1996, un segundo juicio en el que el juez se negó a examinar numerosos elementos relacionados con agresión sexual concluyó con su condena a cadena perpetua irreductible por asesinato premeditado. El padre de la familia era José Menendez, inmigrante cubano impulsado por el sueño americano, que amasó una fortuna y fue vicepresidente de la empresa de alquiler de autos Hertz y luego director de operaciones del sello discográfico RCA.
Los dos hijos, que inicialmente no fueron considerados sospechosos, desviaron la atención de los investigadores y acusaron del crimen a la mafia, pero una denuncia reveló la confesión del asesinato, grabada durante las sesiones con un psicoterapeuta. La serie de ficción “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”, producida por Netflix, reavivó el interés por este caso, al punto de que el gigante del streaming también le dedicó al caso un nuevo documental.
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Nuevos elementos
Ambas producciones han sido ampliamente comentadas y replicadas por en TikTok e Instagram, y provocaron una amplia movilización digital a favor de los dos hermanos, que ya completan 35 años en prisión. El nuevo examen al caso reveló nuevos elementos, como una carta en la que Erik le cuenta a una prima sobre las agresiones sexuales de su padre, o el testimonio de un artista en el que dice haber sido drogado y violado por José Menéndez en los años 80.
El fiscal Gascon dijo que su recomendación solo sería para una nueva sentencia por asesinato en un grado menor, un cargo que podría acarrear una pena desde 50 años de prisión hasta cadena perpetua. “La decisión final la tomará el juez”, aclaró. “Sin embargo, debido a su edad, bajo la ley, al tener menos de 26 años al momento de los crímenes, ellos serían elegibles para libertad condicional de forma inmediata”, explicó.
Fuente: AFP.
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Grandes productoras argentinas quieren filmar en Paraguay, afirma el cineasta Hernán Moyano
Por Carlos Miguel Giménez, carlos.gimenez@nacionmedia.com.
La situación económica del Paraguay atrae la atención de inversores de todo el mundo y el rubro del cine no escapa de ese interés, por lo que grandes empresas exploran las bondades de venir a filmar películas y series en nuestro país. El cineasta argentino Hernán Moyano acaba de dirigir su primer rodaje en Asunción y, mientras desarrolla nuevos guiones que serán grabados acá en el año 2025, refirió al diario La Nación/Nación Media, que importantes productoras de Argentina miran con gran expectativa el mercado audiovisual local, atendiendo también a que en el vecino país persisten las dificultades económicas.
Con el director paraguayo de “Morgue” y “No entres”, Hugo Cardozo, el cineasta originario de La Plata (Argentina) compartió la dirección de la película de terror “El ritual del libro rojo 2: La puerta del infierno”, cuyo rodaje duró seis jornadas, entre el lunes 29 de julio y el sábado 3 de agosto, producida por empresas de Nueva Zelanda (Black Mandala Films), Argentina (Nicolás Onetti) y Paraguay, a través de Urban Achievers S.A., que encabeza René Ruiz Díaz (”Los buscadores”, “No entres”).
Se trata de la secuela de “The Red Book Ritual” (2022), una película de episodios, que tiene previsto su estreno para la primera mitad del 2025. El proyecto se rodó íntegramente en inglés, apuntando principalmente al mercado de habla inglesa, y está protagonizado por los actores paraguayos Mario Martí, Lizzie Gómez, Tainá Lipinski, Matías Miranda, Lucía Báez y Bianca Vacchetta.
Hernán Moyano vino a Asunción a fines del 2023, convocado para integrar el plantel docente de Cine TIA, de la dupla Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori (”7 cajas”); así como en el proyecto “Maldecidos” del productor René Ruiz Díaz, que recientemente logró fondos del instituto de cine local y de Ibermedia. Es un conocido referente y articulador dentro del cine de género en Latinoamérica, luego de ser parte de una movida cultural en La Plata que produjo una decena de películas de terror. También fomentó plataformas de difusión de este género a través de libros, webs, gremios y festivales. Dirigió videoclips, documentales y una serie animada en formato fulldome.
Entrevista
- ¿Cuál es tu balance general de tu primer rodaje en Paraguay?
- Muy bueno. La verdad es que siempre es difícil ensamblar un equipo de trabajo que no se conoce, codirigir con un director con el que nunca trabajaste, acostumbrarse a algunas situaciones concretas de cada industria y, además, asumir la responsabilidad de escribir y dirigir una película en territorio extranjero. Siempre es un doble desafío.
El rodaje se desarrolló con bastante normalidad y ahora estamos en el proceso de posproducción. Estoy contento con el resultado en esta etapa, en la que acabamos de terminar el corte de montaje junto a Hugo Cardozo. Siento que la película tiene un look muy internacional y que tanto los aspectos técnicos como las actuaciones están a un nivel muy alto. Eso me enorgullece, sobre todo porque es una oportunidad para mostrar el trabajo de artistas y técnicos locales sumamente talentosos, que están a la altura de industrias mucho más potentes y desarrolladas. Siento que desde Paraguay se pueden hacer contenidos de altísima calidad; solo hace falta que los productores locales crean en ello y se arriesguen a emprender proyectos cinematográficos con más frecuencia. Los técnicos y actores están ávidos por filmar ficciones y contar historias de todos los géneros.
Además, tuve el privilegio de poder trabajar con experimentados talentos locales como Armando Aquino en la fotografía, Pati Sánchez en la producción, Estefanía Ortiz en el arte y Mario Martí en la dirección de actores, entre otros.
- ¿Cómo ha sido esa primera experiencia de codirigir?
- Es mi primera experiencia codirigiendo, y tenía un poco de miedo, no por Hugo, sino porque codirigir implica encontrar una dinámica entre dos visiones, dos formas de trabajo, dos caracteres distintos, y hacer que todo fluya en la misma dirección, aprovechando las fortalezas de ambos directores para potenciar la película. Afortunadamente, en el set todo fluyó bien y cada uno encontró su espacio. Yo estuve más a cargo de todo lo relacionado con los actores, desde los ensayos previos hasta sus actuaciones frente a cámara, además de contenerlos emocionalmente. La dirección de actores la hicimos junto a Mario Martí, que era el único actor que tenía experiencia en cine, por lo que fue importante mantener tranquilos a los demás actores y ayudarles a sacar el máximo de sus capacidades. Por suerte, eso sucedió, y creo que todos estamos felices con el proceso. Hugo, por su parte, se encargó más de la parte técnica, lo que permitió una buena comunión entre ambos. En la posproducción de imagen ocurrió algo similar: cada uno hizo su corte de edición, y rápidamente acordamos cuál era el mejor camino para la película.
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- ¿En qué etapa se encuentra la película “El ritual del libro rojo 2″? ¿Qué peculiaridades tiene y a qué público apunta?
- Actualmente estamos en el proceso de diseño de sonido, corrección de color, concreción de los efectos visuales y musicalización. Luego vendrán los procesos de mezcla y otros relacionados con el acabado profesional de la película. La idea es tenerla lista para principios de 2025 y comenzar su recorrido por festivales internacionales.
En esta etapa estamos por comenzar el diseño de sonido con un talento enorme con el que tuve la suerte de trabajar en muchas de mis películas que es Germán Suracce, mi histórico director de sonido que está en Argentina.
La película tiene la particularidad de ser episódica y está hablada en inglés. Hay profesionales de primer nivel involucrados en los demás episodios, lo que elevó mucho la vara para nosotros. Lo interesante es que el segmento local es el núcleo de la película y el hilo conductor, por lo que es el más importante. Creo que esto debe ser un motivo de orgullo para nosotros como productores, sobre todo porque abre puertas para continuar con coproducciones internacionales y seguir visibilizando el trabajo de artistas locales, algo que siempre fue mi idea desde que llegué a Asunción.
- ¿Qué podés comentar sobre el interés que genera ahora Paraguay para las productoras argentinas, considerando la situación allá?
- La sinergia entre Argentina y Paraguay siempre existió, y de hecho gran parte de la producción local ha sido llevada adelante en colaboración con ambos países. Sin embargo, ahora siento que esa relación se está potenciando. Desde mi llegada a Paraguay, las productoras más grandes de Argentina no han dejado de contactarme para conocer las condiciones de rodaje locales, las capacidades técnicas y artísticas. Creo que la situación actual en Argentina potencia la posibilidad de que Paraguay se convierta en un polo de producción de contenidos y de servicios de producción internacional. No solo se debe a la situación política en Argentina, sino también a la diferencia de costos y las oportunidades que ofrece Paraguay, las cuales contrastan con las de otros países de la región. Siento que 2025 va a marcar un antes y un después para la industria local, y los productores deben estar preparados para la ola de contenidos y proyectos que se avecinan.
En alguno de nuestros proyectos ya estamos asociados con productoras argentinas y espero que el interés continúe en ascenso y podamos coproducir o dar servicios de producción para otras productoras de mi país y de esa manera sentirme mucho más cerca de casa y seguir haciendo lo que más me gusta que es tender puentes entre gente de cine.
- ¿Qué factores potenciales y qué aspectos a mejorar ves en Paraguay para atraer rodajes internacionales?
- Para mí, lo principal es que los productores locales estén preparados para responder a las necesidades de esas producciones internacionales, tanto a nivel técnico como humano, y que piensen a futuro, en lugar de ser absorbidos por el día a día. Siento que muchos aún piensan a corto plazo y no tienen una visión más amplia del panorama y de los cambios en la industria a nivel latinoamericano. No quiero generalizar, pero me he encontrado con esa situación en algunas reuniones.
Creo que los entes gubernamentales dedicados al fomento del cine y en las instituciones educativas tienen que hacer un especial foco sobre todo en el área de guion y desarrollo de proyectos. He conocido a grandes profesionales, pero siento que todavía debería haber muchos más en esos rubros, que considero clave para poder proponer proyectos con visiones y estéticas propias. No basta con ser una industria que preste servicios de producción; Paraguay debe ser una usina creativa con historias propias para contar.
No veo una conexión tan directa entre las escuelas de cine y la industria. Con la cantidad de estudiantes de cine que hay en el país, debería haber muchos más profesionales inmersos en el mundo productivo, pero eso no está ocurriendo. Lo he conversado incluso con profesionales de la publicidad, quienes me han señalado la falta de renovación de gente joven en los sets. El problema tiene varias aristas: a veces, los docentes son demasiado permisivos en cuanto al nivel de exigencia, y también hay alumnos que se conforman con obtener un título sin buscar la experiencia práctica, que es lo más valioso en este oficio. En cine, la experiencia es todo; el verdadero título lo da la calle. No se puede ser director, guionista o productor desde el sillón de tu casa. Hay que salir y producir, con presupuesto o con un celular. Siento que hay que seguir trabajando para transmitir ese espíritu.
En este corto tiempo que he estado aquí, he conocido a profesionales de primer nivel y, además, a grandes personas. La industria paraguaya tiene todo para explotar. Creo que solo falta que los protagonistas de esta historia se den cuenta de ello y empiecen a creer más en sus posibilidades y potencial. Aún existe la idea de que el extranjero siempre sabe más que el local, y eso es lo que hay que erradicar. Siempre he creído que, para crear, primero hay que creer. En ese camino, hay que ser un poco inconsciente y atreverse. Nada bueno sale de la comodidad en nuestro oficio. Hay que arriesgarse y ser osado. El mundo es para los valientes.
Además, creo que los productores locales deberían estar más unidos y vinculados. Creo que aún no han logrado entender que unidos van a poder encarar mucho más fácil los desafíos y evitar que los productores extranjeros planteen las reglas del juego.
- ¿Cuáles proyectos de guiones podés comentar que están avanzados?
- Tengo varios proyectos avanzados. Por suerte, Asunción me encontró en uno de mis picos de creatividad, lo que atribuyo a lo cómodo que me han hecho sentir desde que llegué. Asunción realmente se ha convertido en un lugar donde puedo trabajar tranquilo, sin el estrés constante que vivimos en Argentina, pero, además, el lugar me inspira muchísimo para nuevas historias. También he encontrado gente con muchas ganas de producir y hacer crecer la industria.
Siempre estaré agradecido a René Ruiz Díaz, quien confió en mí y me trajo para desarrollar proyectos conjuntos, además de vincularme con más profesionales y ayudar a generar proyectos de diferente envergadura. Siento que fue un visionario al anticipar lo que está pasando y lo que pasará a nivel local con la llegada de inversiones en el ámbito cinematográfico.
Actualmente, estoy escribiendo dos guiones: un drama romántico para un productor local y una película de terror que esperamos poder filmar en 2025 aquí en Asunción. También tenemos varios proyectos más en carpeta que, estimo, también se filmarán en 2025, y algunos ya tienen fondos internacionales adjudicados, como es el caso de “Maldecidos”, una película de horror paranormal muy cruda y salvaje que llevaremos adelante con René y otros productores extranjeros.
Estuve desarrollando un proyecto del que no puedo contar demasiado, pero que están involucrados Tana Schémbori y Juan Carlos Maneglia y que es para el mercado internacional. Ahí escribí el guion y desarrollé la biblia del proyecto.
Realmente creo que en 2025 filmaremos entre dos o tres películas aquí en Asunción. Si eso sucede, creo que marcará el inicio de una producción sostenida de cine, que era mi sueño cuando decidí dejar todo atrás y aventurarme a producir aquí con talento local. Ojalá, de alguna manera, pueda contribuir a que todo ese talento se visibilice en el exterior. Ese es mi principal anhelo, más allá de seguir desarrollando mi carrera y continuar aprendiendo.
Dentro del masterplan para los próximos años espero poder filmar varios más de los proyectos que tengo ya escritos y otros que quiero desarrollar si las condiciones me lo permiten. Aún tengo que definir y cerrar mi estadía en Paraguay para 2025. Espero que todo se acomode porque realmente me encanta vivir aquí y seguir produciendo en estas tierras.
- ¿Cuál fue tu aporte para la película “No entrés” y qué expectativas tenés sobre el cine de terror paraguayo, ahora que se abre al mercado internacional?
- Trabajé como script doctor con Hugo, es decir, revisé el guion que había y realicé un análisis de sus fortalezas y debilidades. A partir de ahí, trabajamos en la versión de rodaje junto a Hugo. Estoy muy contento de ver cómo sigue creciendo como realizador y cómo está internacionalizando su carrera. No sé si todos saben que “Morgue” es la película paraguaya más vendida internacionalmente en la historia, y eso es impresionante para una película de terror independiente. Creo que todavía no se ha puesto en perspectiva el trabajo de Hugo y de René Ruiz Díaz.
También siento que esto se debe a que trabajan dentro del género de terror, que muchas veces es visto de forma paternalista, como si fuera un género menor, cuando en realidad es todo lo contrario. El terror es el género más rentable y popular del mundo. Hay que celebrar esta sinergia entre ellos y apoyarlos para que puedan seguir produciendo con mejores condiciones y realizar mejores películas. No es casualidad que “No entrés” sea una de las películas más taquilleras del año.
- Desde tu rol de educador, ¿qué reflexiones tenés sobre las virtudes y falencias de la enseñanza de cine en Paraguay?
- Siento que la enseñanza de cine en Paraguay tiene grandes virtudes, pero también varios aspectos por mejorar. Creo que falta desarrollar algunos rubros puntuales en las escuelas de cine, y, sobre todo, es necesario abandonar un sistema tan rígido y acartonado que pone énfasis en cuestiones más organizativas, en lugar de actualizar los métodos de enseñanza o sumar profesionales que ya estén trabajando en la industria. El problema es que los profesionales con más experiencia rápidamente se integran al ámbito productivo, principalmente en la publicidad, que obviamente es un sector mucho mejor remunerado que la docencia. Ahí radica parte del problema. Los profesionales más experimentados tienen pasos fugaces por las universidades, y muchos de los docentes son jóvenes recién graduados que aún no tienen la experiencia necesaria en el campo que requiere la docencia en este tipo de carreras.
También percibo que en algunos espacios se prioriza demasiado la teoría y se deja de lado la práctica. En el cine, el título universitario no es lo principal, sino tener obra. Por eso siempre he intentado convencer a los estudiantes de que trabajen sus proyectos universitarios como si fueran parte de su porfolio. Que piensen en grande y que no se limiten. Me pasa que no sé por qué, pero hay una especie de pensamiento local de que todo parece lejano y casi imposible. Son limitaciones propias de una generación que ha crecido con todas las herramientas a su alcance, pero con mucho miedo a tomar riesgos o a la mirada externa y en algunos casos no son alentados en esos espacios educativos. Aquí en Paraguay, particularmente, creo que además se suma la presión que muchas veces ejercen los padres, lo cual está muy presente en las decisiones que los jóvenes toman y en la falta de libertad creativa en algunos casos. Siento que avanzan con el freno de mano puesto por miedo a defraudar a los demás, y en algunos casos, se alejan de sus propios sueños.
Sin embargo, viendo el lado positivo, siento que hay mucho talento esperando vincularse con el medio productivo y que están esperando el momento para dar el salto. Creo que lo que falta es generar ese contagio, que es tan o más importante que la teoría pura y dura. Los docentes debemos predicar con el ejemplo y ayudar a nuestros alumnos a dar sus primeros pasos en la industria.
Me ha tocado conocer casos en los que los docentes imponen su visión sobre qué tipo de cine es “importante” y cuál no. O desestiman ciertos géneros frente a otros, e incluso bajan calificaciones si un alumno hace una crítica positiva de una película local que está en cartelera y que al docente no le ha gustado. Para mí, el hecho de criticar abiertamente el trabajo de realizadores independientes locales en ámbitos de formación cinematográfica me parece lo opuesto a lo que debería ser la docencia. Siento que se habla mucho desde el desconocimiento y desde pedestales de mimbre que lo único que generan es desaliento y frustración en los alumnos. No hay películas, ideas o géneros pequeños, hay mentes pequeñas.
Yo trato de hacer exactamente lo contrario a esa postura. Para mí, la docencia es contagiar pasión, además de impartir formalismos. Si alguien toma un riesgo y produce, ya sea con muchos o pocos recursos, para mí ya es un triunfo. Hay que transmitir esa idea y no tener una mirada elitista sobre los procesos ajenos, especialmente en los trabajos de jóvenes que están dando sus primeros pasos en la industria. Este es un pecado que no es solo local, sino que se repite en todos los territorios. Es un mal de nuestra época: pensar que debemos hablar siempre desde un punto de vista subjetivo, sin poner en contexto nuestras opiniones sobre el trabajo de los demás.
Siento que a veces los docentes imponen una línea demasiado rígida en cuanto a los esquemas de producción, como si todo tuviera que ajustarse a esos modelos. La experiencia me lleva a transmitir lo contrario: los esquemas están para romperse y para que cada uno encuentre el suyo. Lo que no puede pasar es que alguien termine su formación sin haber creado algo propio.
Pensando en propuestas, creo que las universidades deberían tener convenios con canales de televisión, medios y productoras para que los alumnos comiencen sus prácticas desde los primeros años de su formación.
- Comentanos sobre tu participación en concursos y eventos del audiovisual en Paraguay, así como proyectos de festivales y otras próximas actividades.
- Desde que llegué, tuve la suerte de que, con los proyectos que desarrollamos junto a René Ruiz Díaz y Hugo Cardoso, ganamos varios de los Fondos Concursables del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo (INAP), además de algunos fondos iberoamericanos que nos ayudarán a concretar las películas que tenemos en mente.
Actualmente, hay varios productores locales e internacionales con ganas de unir fuerzas para sacar adelante más proyectos en 2025 y los años posteriores. Siento que se están formando equipos que van a ayudar a que estas producciones den el salto internacional, lo que finalmente pondrá a Paraguay en el mapa mundial como un lugar ideal para producir y desarrollar proyectos de ficción con talento local.
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