La producción de “Narciso”, segunda película que dirige Marcelo Martinessi tras “Las herederas” (2018), reveló a través de Variety a su elenco nacional encabezado por Diro Romero y Manuel Cuenca, así como las figuras internacionales que son parte de la cinta que llegará a las pantallas en el año 2025, el argentino Nahuel Pérez Biscayart (“120 BPM”) y la española Mona Martínez (“Adiós”).

La exclusiva de “la biblia del cine”, como es considerada Variety, también informó el 19 de setiembre que el elenco paraguayo de “Narciso” incluye a Arturo Fleitas, Aníbal Ortíz, Natalia Cálcena, Margarita Irún, Belén Vierci, Alberto Sánchez, Liz Fernández Casabianca, Florencia Boccia, Macarena Candia, Cecilia Torres, entre otros.

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Romero, quien interpretará al Narciso del título, reaccionó en Instagram con este comentario: “Feliz de finalmente poder compartir esta noticia que la tuve que guardar como secreto por un buen tiempo. Hay demasiado por contar y compartir en los próximos meses sobre esta experiencia con un elencazo y el equipo increíble de producción. Estoy demasiado emocionado por lo que se viene”.

Filmada durante 7 semanas, entre el 4 de marzo y 20 de abril de este año, con 60 actores y 500 extras; “Narciso” se basa en la novela de Guido Rodríguez Alcalá, inspirada en hechos reales que se desarrollaron en Asunción entre 1958 y 1959, en torno a Bernardo Aranda, un locutor paraguayo asesinado en circunstancias misteriosas en 1959, en plena dictadura estronista.

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“Con un equipo de más de 60 profesionales de siete países diferentes, más un gran elenco, nos alejamos del ruido cotidiano para sumergirnos en los años 50, encontrando personajes para una película a medio camino entre la ficción y la realidad. Me impresionó mucho la dedicación del talentoso equipo a esta tarea. Escuchamos el silencio de una Asunción nostálgica, filmamos, bailamos, jugamos, cantamos y, sobre todo, creímos en lo que hacíamos”, comentó Martinessi en la publicación de Variety.

Detrás de cámaras, el equipo internacional incluye a los colaboradores ya conocidos por Martinessi: el director de fotografía Luis Armando Arteaga, el director de arte Carlo Spatuzza y el montador Fernando Epstein. La música será compuesta por la madrileña Zeltia Montes, ganadora de un Goya por “El buen patrón”, protagonizada por Javier Bardem.

El concurso Emergentes presentó los 24 proyectos seleccionados para participar de su residencia artística, del 23 al 26 de octubre, en el Centro Cultural Manzana de la Rivera y otros espacios del Centro Histórico de Asunción. El evento premiará a 12 de ellos con fondos de G. 10.000.000 cada uno.

La selección estuvo a cargo del Jurado de Residencia, compuesto por la directora teatral Selva Fox, el escritor y curador Fernando Moure y la artista músical Lucero Sarambi. En tanto, el Jurado de Fondos integran la coreógrafa y docente Edith Correa, la crítica de cine Alexandra Vázquez, el actor y director teatral Omar Mareco, la audiovisualista y gestora cultural Milena Coral y el músico Jaime Zacher.

“Recibimos postulaciones de 29 ciudades y 13 departamentos del país, un indicador de que el arte emergente está más vivo que nunca en nuestro territorio. Por otra parte, cumple uno de los objetivos centrales que es el de la búsqueda permanente de la descentralización de las manifestaciones artísticas en nuestro país. Los proyectos que quedaron seleccionados para la residencia, estamos seguros, aportarán mucho a la escena del arte emergente paraguayo y se retroalimentarán entre ellos en este próximo paso”, dijo Roberto Galeano Monti, director ejecutivo de la Fundación Itaú.

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“La residencia artística, este año, se proyecta como un espacio único, lleno de aprendizajes e intercambio entre artistas y gestores culturales de todo el país. Es emocionante ver cómo los participantes salen de la residencia tan motivados, con una red de contactos en todo el país y con sus proyectos mucho más maduros y listos para llevarse a cabo”, comentó Aldo Pusineri, presidente de la Fundación Carlos Pusineri y fundador del proyecto Emergentes.

“Las postulaciones recibidas demuestran el enorme potencial del arte emergente en Paraguay. Lo multi y transdisciplinario es algo resaltante en las postulaciones, así como los proyectos arraigados al territorio, con una mirada comunitaria, crítica y social. Entre los proyectos seleccionados, resalta esta diversidad. Estamos muy contentos, desde Emergentes, de anunciar que llegarán a nuestra residencia 2024 proyectos provenientes de Boquerón, Alto Paraná, Itapúa, Concepción, Caaguazú y Central, además de Asunción. Esto refuerza nuestro compromiso con seguir creando puentes y oportunidades para artistas a lo largo y ancho del territorio paraguayo”, señaló Jazmín Ruiz Díaz, coordinadora general de Emergentes 2024.

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1. Taller de dibujo para niños indígenas de Campo Alegre, de Richart Peralta Neiro (Boquerón).

2. “Volver a casa” de Aimar Paolo Almirón Santa Cruz (Asunción).

3. Residencia Artística “Hilos Sonoros de Esperanza” de Estación Crear (Asunción).

4. MC Humver, de Esteban Velázquez y Rebeca Elías (Ciudad del Este).

5. Cortometraje “El secreto del silbido” de Araceli Viveros (San Lorenzo).

6. “El cautiverio de los genios: Emboscada” (Basado en el libro de Fernando Robles) de Renata Vargas (Asunción).

7. “Paraná en 100 palabras” de Rodrigo Manuel Paniagua Sosa (Ciudad del Este).

8. Jóvenes Herederos Culturales de Team ATR (Arete a Todo Ritmo) de Mariscal Estigarribia (Boquerón).

9. Fiesta de la Cultura de Ciudad del Este (Alto Paraná).

10. Armonía Colectiva: Construyendo Protocolos de Cuidado y Resiliencia en la Industria Musical, de Vero Barreto (Asunción).

11. La Fábrica Teatro Troche: un proyecto de teatro comunitario en la localidad de Mauricio José Troche en el departamento del Guairá, de Panambí Scalamogna (Asunción).

12. Voces de la historia del Colectivo Sustancia (Asunción).

13. Renaciendo de la basura, de Princesa Hardcore (Asunción).

14. Hip Hop para todos/as, de Leslye Pereira (Lambaré).

15. Preproducción del largometraje sobre Serafina Dávalos “La primera” (Asunción).

16. “Re-Existir” del Elenco teatral CasaFem (Luque).

17. “San Juan” de Josué Ayala (Asunción).

18. “El Círculo” de Natalia Cabral (Asunción).

19. “Pytagua” de Sara Judith Quintana Fleitas (Caacupé).

20. “Sencillos por un sueño” de Josías Daniel Giménez Villasanti (Concepción).

21. Resignificando la chala de maíz: un material biodegradable, cultural y con potencial emprendedor, de Virginia López Silva (Encarnación).

22. “Verso en Contexto” de Ash Hrycan (Encarnación).

23. Visiones del Arte: Celebración Multidisciplinaria con Premiación para Artistas de Coronel Oviedo, del Clemente Roga Centro Cultural (Caaguazú).

24. Guaraní, Rescate y Recopilación de Músicas, canciones y sonidos instrumentos étnicos del Chaco, de Anna Romero (Mariscal Estigarribia).

Desde el 2019, la plataforma Emergentes, impulsada por la Fundación Carlos Pusineri y la Fundación Itaú Paraguay, otorga capital semilla a proyectos artísticos individuales y colectivos de todas las disciplinas, con el objetivo de impulsar a los nuevos talentos de la escena nacional.

Desde el año pasado, además, incorpora una residencia artística de tres días en Asunción, como antesala a la premiación de los fondos concursables, donde los artistas seleccionados reciben capacitación y mentoría, al tiempo de generar vínculos con otros artistas emergentes de todo el territorio nacional.

El destacado guionista argentino Andrés Gelós forma parte del proyecto “Iosi, el espía arrepentido”, que es distribuido por Amazon Prime Video y logró con su segunda temporada repetir su inclusión en la lista de seleccionados, esta vez en la categoría de Series Dramáticas de los Premios Emmy Internacional.

• Por Jimmi Peralta
• Fotos: Archivo

“La historia de un espía arrepen­tido de la Poli­cía Federal me llega de la mano de Daniel Burman. Es una historia que él venía empujando hace años, desde que adquirió los derechos del libro de investigación de Lewin y Lutzky. Si bien el nudo de la historia queda intacto, tuvimos muchí­sima libertad creativa para poder transmitir tremenda historia y generar interés. No solo era contar el hecho del policía infiltrado en la comunidad judía, sino con­tar su tiempo, su clima y su contexto”, comenta Andrés Gelós, guionista argentino que forma parte del equipo de trabajo de la serie “Iosi, el espía arrepentido”, nomi­nada en la categoría mejor serie dramática en el marco de la 50.ª edición de los Pre­mios Emmy Internacional.

Gelós, quien tuvo a su cargo la redacción de guiones de fil­mes paraguayos como las dos entregas de “Leal”, tiene una amplia trayectoria dentro de producciones de la región, como “Cumbia ninja”, “8 tiros”, “O buscador”, “Kally’s Mashup”, entre otros.

“Iosi, el espía arrepentido” es una producción de su país que cuenta con un elenco des­tacado de actores como Gus­tavo Bassani, Natalia Oreiro y Mercedes Morán, bajo la dirección de Danien Burman.

“La mayoría de mi carrera la desarrollé en Colombia, luego México y Paraguay. Argentina me estaba siendo un poco esquiva. Volver a mi país con “Iosi”, una histo­ria que me atraviesa, porque forma parte de mi tiempo, y que me duele, por su crueldad e injusticia, me compromete como escritor y como testigo de una época. Siempre temí no estar a la altura de seme­jante drama”, explica.

Por la primera temporada estrenada en abril de 2022 obtuvo premios como los Pla­tinos, Premios Sur, Cóndor de Plata y Produ Awards, ade­más de nominaciones para Mejor Serie de Drama y Mejor Actor.

“Cuando nos nominaron a los premios Emmy Internacio­nal por la primera temporada no lo podíamos creer y nos bastaba con viajar a la entrega de premios. Ya haber sido ele­gidos era mucho. Ahora esta nominación por la segunda temporada nos agarra un poco más intrépidos y nos atrevemos a soñar. Igual, si no ganamos nada, ponerse el smoking y comer rico en la Gran Manzana ya vale la pena. En lo personal, todo lo vivo como una aventura y las aventuras uno nunca sabe cómo terminan. Si no, no serían aventuras”, señaló.

La entrega de los Emmy Inter­nacional tendrá lugar el 25 de noviembre y convoca a crea­ciones de 21 países. “Iosi, el espía arrepentido” compite en su categoría junto a “Les gouttes de Dieu” (Francia), “The newsreader” T2 (Aus­tralia) y “The night manager” (India).

Con más de 20 guiones para producciones, algunas con más de 120 capítulos, Andrés tuvo la oportunidad de recorrer el con­tinente para mostrar su trabajo y también para desarrollarlo. Entre algunos de esos lugares Paraguay ocupa un lugar espe­cial en su vida.

“Hace nueve años que Para­guay es mi segunda casa. Ver crecer la industria y ya habiendo participado en cuatro largometrajes y dos coproducciones internacio­nales me parece mentira. Lo que más rescato de Para­guay es su alegría de trabajo, su energía, la actitud posi­tiva permanente que con­tagia. Cada vez la calidad es mayor, cada vez los desafíos son más grandes y cada vez la confianza es más fuerte. Lo que más me gusta es ser parte de Paraguay, que me hayan abierto las puertas y el cora­zón con una generosidad infi­nita”, concluyó.

El trabajo de Andrés es de aquellos oficios disfrutados sin mucha conciencia y muchas veces dentro del anonimato para el público, pero que a pesar de eso es uno de los más reconocidos dentro de la industria y es el espacio creativo primigenio de una obra narrativa.

“Yo no provengo de la academia. Empecé a contar cuentos cuando apenas sabía hablar. Lo que hice fue no detenerme ni dejar que me detengan. Lo que hago es seguir con­tando historias: guiones, libros, cuentos... a la corta o a la larga es siempre lo mismo: un fuego en el medio y gente con ganas de escu­char a una voz que tiene algo para decir”, explicó.

En “Leal, solo hay una forma de vivir”, serie producida por HEi Filmes, Gelós trabajó el guion en solitario, pero en la secuela, “Comando Yaguareté”, recreó una forma de creación colaborativa, ahí con Natacha Caravia, una modalidad que lo acompaña en sus trabajos.

“En el caso de ‘Iosi’, que escribimos con Natacha Caravia, Daniel Burman, Sebastián Borensz­tein y Pablo Gelós, nos une la profesión y el proyecto, pero nos atraviesan los afectos. Para que fun­cionen estas mesas creativas creo que la amistad y la admira­ción mutua desplazan al gran enemigo de la colaboración auto­ral, que es el ego. Con él por fuera, todo pro­ceso es fecundo, diver­tido y deja de ser un tra­bajo para convertirse en una experiencia de vida”, refirió el escritor.

• Fotos: Gentileza

La joven actriz paraguaya se destaca en el filme dirigido por el director argentino Joaquín Pedretti, un largometraje de ficción basado en hechos reales que está ambientado en la revolución del 47, que fue estrenado el 19 de setiembre en la cartelera nacional. En este diálogo con La Nación del Finde, Salma habla de la experiencia de trabajo en este proyecto y del cine como experiencia comunitaria.

De niña encontró en la danza su primer espacio de sensibilidad y creatividad. Siempre alentada por sus padres, ella podía imaginarse jugando en aventuras y personajes que tomaban vida sobre escenarios y hasta en el cine.

Aquella niña entusiasta hoy comienza a llevar sus sueños al plano de la realidad y vive intensamente los primeros días de su debut cinematográfico. “Una sola primavera”, dirigida por el argentino Joaquín Pedretti, la tiene como actriz destacada, dándole vida a Chichí.

Una trama basada en hechos reales de la historia paraguaya en el contexto de la revolución del 47 es la oportunidad actoral que tiene Salma para dar su primer gran salto profesional. El filme, que es una coproducción paraguayo-argentina, ya está en la cartelera local y se estrena en octubre en el vecino país. Vera habló con La Nación del Finde sobre su trabajo en “Una sola primavera”, su arribo a la actuación y cómo aborda su proyección en la industria.

–¿Cómo llegaste al arte y a la actuación en particular?

–El arte siempre estuvo en mi vida a través de la danza, pero fue el teatro musical el que me introdujo al mundo de la actuación. Desde el primer momento en que pisé el escenario y tuve que encarnar un personaje, supe que había encontrado una nueva pasión. Esa sed de aprender, de descubrir más sobre la actuación, creció en mí como un fuego. Me formé en teatro musical, pero el cine y la narrativa audiovisual comenzaron a llamarme con fuerza.

–¿Qué es lo que más te atrae de esta disciplina?

–Lo que más me cautiva de este lenguaje es la capacidad de unir lo visual, lo corporal y lo sonoro en una sola experiencia. Cada proyecto es una oportunidad para explorar nuevas formas de narrar, para encontrar belleza en lo cotidiano y profundizar en el alma de los personajes que interpreto. El cine, en particular, me enamoró por esa delicada combinación de poesía visual y narrativa emocional. Es un arte colaborativo en el que cada pieza, desde la actuación hasta la dirección de fotografía, juega un papel crucial en contar una historia que conecte con el público.

–Dentro del trabajo de actriz, ¿cuál es el momento que más te cuesta y cuál te apasiona más hoy en día?

–Lo que más me cuesta, sin duda, es memorizar los diálogos (risas). Es como un rompecabezas que parece no tener fin. A veces, siento que las palabras se me escapan, pero sé que la disciplina siempre me acompaña. Lo que más me apasiona es el poder que tiene la actuación para transformar no solo a los personajes, sino también a mí misma. Cada personaje que interpreto me enseña algo nuevo, me invita a ver el mundo desde otra perspectiva.

–¿Qué experiencias te marcaron en tu formación y/o tu carrera?

–Sin duda trabajar en “Una sola primavera” fue una experiencia transformadora, tanto a nivel personal como profesional. Fue una verdadera maestría de vida, donde aprendí muchísimo no solo sobre mi oficio, sino también sobre mí misma.

–¿Cómo llegaste a “Una sola primavera”?

–Fue poco antes de que la pandemia paralizara todo. Vi una gráfica en redes sociales, un llamado a casting abierto. Era el último día de convocatoria, pero me animé a mandar un mail a la producción diciendo “sé que estoy fuera de tiempo y que tengo más edad de lo que buscan, pero me encantaría hacer el casting”. Para mi sorpresa, me respondieron enseguida y me pidieron que fuera esa misma tarde.

–¿Qué reflexiones te despertó el guion?

–Me permitió sumergirme en un capítulo de la historia de Paraguay que, aunque fue fundamental, a menudo ha sido olvidado o poco explorado. Lo que más me impactó fue el descubrimiento de que la historia estaba inspirada en hechos reales, en las vivencias de las abuelas del director. Saber que detrás del guion había un vínculo personal tan profundo me hizo conectar de manera inmediata con el proyecto. Me fascinó cómo el conflicto histórico refleja las luchas internas de estas jóvenes, que buscan emanciparse de formas de vida que ya no les sirven.

–¿Podrías hablarnos de tu papel y cómo lo trabajaste?

–Interpretar a Chichí fue un viaje fascinante porque es un personaje lleno de matices y contradicciones. Chichí es ingenua, pero al mismo tiempo usa una coraza de soberbia para protegerse de su vulnerabilidad. Esa lucha interna entre su necesidad de aceptación y su miedo a mostrarse tal cual es es lo que genera un conflicto constante con su hermana Nina, a quien en el fondo ama profundamente, pero con quien no sabe cómo conectar. Trabajé muy de cerca con Majo Cabrera, quien interpreta a Nina, mi hermana en la película. Fue esencial para nosotras construir una relación auténtica fuera del set para que esa complicidad y, al mismo tiempo, esa tensión que existe entre nuestros personajes se sintiera real.

–¿Qué fue lo que más te marcó o sorprendió durante el rodaje?

–Lo que más me impactó fue el trabajo colaborativo. Este proyecto se filmó en medio de la pandemia, un contexto que ya de por sí traía desafíos enormes. Pero lo que me sorprendió gratamente fue cómo, a pesar de las dificultades, el espíritu de cooperación y cocreación nunca decayó. Al contrario, siento que esa adversidad nos unió más y nos impulsó a crear algo verdaderamente especial. La película fue una coproducción entre Argentina y Paraguay, y en cada etapa del proceso sentí que estábamos construyendo algo que iba más allá de una simple película. Era un puente entre dos culturas, una conversación entre dos países y eso hizo que el proyecto tuviera una profundidad mayor. Me di cuenta de que el cine tiene una fuerza transformadora cuando se realiza en conjunto.

¿Cómo ves el momento del cine de la región en el contexto de las plataformas como formas de distribución?

–Creo que el cine de nuestra región está viviendo un momento de transformación muy interesante. Las plataformas digitales han abierto puertas que antes parecían difíciles de cruzar, ofreciendo la oportunidad de llegar a audiencias globales de una manera mucho más accesible y directa. Para los creadores de contenido de América Latina, esto significa que nuestras historias, con nuestras particularidades y voces únicas, pueden ser vistas en cualquier rincón del mundo, lo cual es increíble. También considero importante encontrar un equilibrio. Si bien las plataformas brindan muchas posibilidades, siento que no debemos perder de vista la experiencia del cine tradicional. Las salas de cine siguen siendo ese espacio mágico donde la comunidad se reúne para compartir una historia. Son dos formatos que pueden coexistir y complementarse y lo que necesitamos es seguir explorando cómo aprovechar lo mejor de ambos mundos.