Por David Sánchez, Irapuato (México), X: @tegustamuchoelc (*)
En México, en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) 2024, Rodrigo Álvarez Flores ha presentado su ópera prima “Soy lo que nunca fui”, una película que entrelaza tres historias y explora las complejidades de la condición humana en el contexto de la frontera entre México y Estados Unidos.
En una entrevista reciente para este medio, Álvarez compartió detalles sobre la inspiración, el proceso de creación y los desafíos de llevar esta historia a la pantalla. En la gala de clausura del 28 de julio pasado, la edición número 27 del festival premió a “Soy lo que nunca fui” como el mejor largometraje mexicano de ficción, además recibió el novedoso Premio Impulso en PR y Medios, ofrecido por la agencia de relaciones públicas del evento.
Tres historias entrecruzadas
La obra se centra en dos hermanos y su madre, quienes esperan el regreso del padre que ha cruzado la frontera hacia Estados Unidos. La película, aunque tiene elementos fantásticos, está profundamente enraizada en realidades comunes en lugares como Tijuana. “Está inspirada en varias historias reales que he recolectado a lo largo de mi vida”, explica Álvarez. “Siempre me ha gustado escuchar a los demás y trato de ser lo más realista y fiel posible a la situación humana”.
Para Álvarez, era crucial hablar sobre la familia y la frontera, temas que lo definen personalmente. A través de las tres historias entrecruzadas, la película ofrece múltiples perspectivas y profundiza en las emociones y experiencias de sus personajes. “El cine para mí es perspectiva completamente”, señala Álvarez. “Quería que el público empatizara con los personajes desde diferentes puntos de vista”.
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Inspiraciones e influencias
Aunque “Soy lo que nunca fui” ha sido comparada con “Nudo Mixteco” (2021) de Ángeles Cruz, Álvarez aclara que no había visto esa película mientras filmaba la suya. Sus influencias provienen de otras grandes obras del cine mexicano, como “El callejón de los milagros” (1995) y “Amores perros” (2000). Estas películas no solo lo impactaron profundamente, sino que también le enseñaron sobre la manipulación del tiempo y cómo esta puede cambiar la comprensión y los sentimientos del espectador.
Un final planeado desde el principio
Álvarez tuvo claro el final de su película desde el inicio. “Para mí era importante romper de esa forma. Quería que el espectador se sintiera cómplice de esta historia, y el final debía reflejar esa relación entre el público y la pantalla”. La decisión de mantener el final planificado subraya la coherencia y la visión artística de Álvarez a lo largo de la producción.
La colaboración con Ángeles Cruz
Contar con la talentosa Ángeles Cruz en el elenco fue un punto de inflexión para la película. Álvarez relata cómo, tras enviarle el guion a través de un colega, Cruz respondió en menos de 24 horas, aceptando formar parte del proyecto. Su participación no solo añadió fuerza al elenco, sino que también atrajo a otros actores de renombre, creando una sinergia que benefició enormemente al filme.
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Homenaje a Mirelle
La película está dedicada a Mirelle, la maquillista del proyecto, quien fue víctima de la violencia en un asalto en México. Álvarez recuerda con cariño su compromiso y pasión por la película. “Era importante dedicarle este trabajo. Mirelle me dijo que casi nunca leía los guiones completos de las películas en las que trabajaba, pero esta vez lo hizo y quedó impactada”.
Reflexión sobre la violencia y la masculinidad
La película aborda temas de violencia y masculinidad tóxica, reflejando realidades duras y emocionales. Álvarez, miembro de la comunidad LGBT, incorpora aspectos personales en la película, especialmente en la construcción del personaje de Abel. “Para mí era importante hablar sobre la vulnerabilidad masculina y la deconstrucción de la masculinidad tóxica”, explica. La película busca no solo retratar estas problemáticas, sino también generar una reflexión y un diálogo en torno a ellas.
El significado del GIFF para el director
Para Álvarez, presentar su película en el GIFF fue un honor y una oportunidad invaluable. “El festival nos da a los cineastas primerizos un espacio y visibilidad, lo que es crucial para nuestro desarrollo”. Su entusiasmo por el festival y la conexión entre la curaduría del evento y el mensaje de su película subrayan la importancia de plataformas como el GIFF para el cine independiente.
Rodrigo Álvarez ha logrado con “Soy lo que nunca fui” una obra que no solo cuenta historias personales y realistas, sino que también invita al público a reflexionar sobre temas universales de la condición humana, la familia, y la identidad. Su debut en el GIFF fue solo el comienzo de una prometedora carrera en el cine.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.