El recordado periodista paraguayo Humberto Rubin partió a la eternidad a la edad de 87 años el 25 de julio del 2022. A dos años de su partida, su legado sigue latente en los corazones de sus fieles oyentes. Don Humberto se dedicó de lleno a la libertad de prensa y a la reforestación con su organización A Todo Pulmón; hoy compartimos su vida en este artículo de Paraguay en la historia.

Humberto nació en Pilar el 10 de mayo de 1935. Inició su carrera en radio en la década de 1950, trabajando en diversas emisoras nacionales. En 1962 fundó radio Ñanduti, una emisora que se convirtió en ícono de la radiofonia paraguaya.

Rubin no solo fue una figura de radio, sino también de TV. Condujo numerosos programas televisivos, entre ellos la propuesta educativa y cultural “El saber va contigo”. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos por su labor periodística.

El festejo del 5.º aniversario de radio Ñanduti. Foto: Gentileza

Defensor de la libertad de prensa paraguaya

Rubin fue un firme defensor de la libertad de prensa y la democracia. Durante la dictadura militar de Alfredo Stroessner (1954-1989), fue perseguido y encarcelado por su trabajo periodístico. Esto no lo detuvo a luchar por la libertad del periodismo en el país.

Por su trabajo periodístico, se alzó con premios como el María Moors Cabot, en 1989. Este reconocimiento es otorgado por la Universidad de Columbia, Estados Unidos.

Humberto también fue un importante promotor de la cultura paraguaya; a través de sus programas de radio y televisión difundió masivamente música, literatura y tradiciones de nuestro país.

La imagen del recuerdo de Don Humberto en su lucha por la libertad. Foto: Gentileza

Vida familiar

Rubin era conocido por su carisma y su capacidad para conectar con la audiencia. El amor tocó a su puerta en dos ocasiones, la primera vez fue con Ana Ortiz, con quien se casó y compartió tres hijos: Pelusa, Héctor Luis, Mariana Rubin.

La segunda ocasión fue con Gloria Godoy Montórfano, conocida públicamente como Gloria Rubín, de cuyo fruto nacieron: Leonardo, Palo, Hugo y Lidia Rubin.

La frase favorita de Don Humberto fue “hay que ganarle al sol”, porque trabajó de madrugada y hasta altas horas por la noche.

Humberto Rubin y su familia. Foto: Gentileza

“Fuimos más que dos”

Gloria Rubin fue la segunda esposa y compañera de Humberto Rubin, no solo en el hogar, sino también en la profesión del periodismo. Ella conversó con La Nación/Nación Media sobre algunos aspectos de la vida compartida con Don Humberto.

“Humberto fue mi compañero solidario, le describo como padre ejemplar, cuidador de sus hijos e hijas. Un compañero muy solidario en las labores de la casa, en las labores de la empresa, 61 años estuvimos juntos en radio Ñanduti. Trabajamos juntos y aprendí mucho de él, como locutor, como periodista”, expuso Gloria.

Aseguró que el querido Humberto demostró mucho amor y dedicación a su trabajo, pero también tuvo tiempo para sus vínculos personales. “Él influyó en todo, como dice Mario Benedetti, fue mi amor, mi cómplice y mi todo, en la calle, codo a codo, fuimos mucho más que dos”, apuntó.

Don Humberto en su etapa adolescente. Foto: Gentileza

Amor por la naturaleza y animales

Desde nuestra redacción nos comunicamos con uno de sus hijos, Leonardo Rubin, quien compartió los valores que le enseñó su padre y expuso su faceta “animalera”, de criar perros, gatos y hasta loros.

“Una vez le dije que su tarea como periodista es enorme y todo el mundo lo reconoce probablemente así, como el más influyente del Paraguay o uno de los más influyentes. Pero, para mí, su tarea como persona vinculada a `A Todo Pulmón` que reforestó casi 50 millones de árboles en vida es hermosísima”, subrayó.

Según Leo, su padre no solo le inculcó el amor por la naturaleza, sino también por los animales. “Desde chico recuerdo que teníamos muchos perros y ya de grande él se puso como más cariñoso con los perros, después tenía gatos. Dormía con sus gatos, tres, cuatro gatos a veces había”, declaró y agregó que también tuvo un loro que se paseaba en su hombro.

Fue tanto el amor que sintió Humberto por los animales que a los 75 años se volvió vegetariano. “Muchos valores nos dejó mi papá, el respeto, la solidaridad, el compañerismo, el querer ayudar a la gente de cualquier forma. Creo que fuimos aplicando eso nosotros, todos fuimos teniendo esa lógica”, comentó Leo.

Don Humberto con uno de sus "hijos" gatunos. Foto: Gentileza

Abuelo soñador

La tercera generación de Don Humberto también cultivo recuerdos memorables a su lado. Luchi García Rubin, su nieta, lo describió como un “luchador, sincero, impaciente, justo, soñador, madrugador, artista”. Para la hija de Pelusa Rubin, su abuelo nos hizo libres, tanto en la expresión personal como a la de prensa.

“Creo que nos ha inspirado muchísimo y más allá de que muchos de los nietos, hijos, seguimos la misma profesión, creo que cada uno va haciendo su camino. Lo que más destaco es que tengo cierta sensibilidad por empatizar con la gente y creo que él me inspiró mucho, siempre estuvo relacionado con causas sociales”, mencionó a LN/NM.

Para Luchi, su abuelo siempre tuvo en mente al pueblo paraguayo y su bienestar. “Me inspira que él nunca fue egoísta, que él nunca pensó en las consecuencias que le traería todo lo que hizo, toda su lucha durante la dictadura. Él siempre pensó en colectivo. Él siempre pensó en lo mejor para la gente y para el país”, apuntó.

Don Humberto en una campaña de "A Todo Pulmón". Foto: Gentileza

Proyecto A Todo Pulmón

Uno de los legados más importantes de Humberto fue la organización ‘A Todo Pulmón’, que hoy es dirigida por Ezequiel García Rubín (nieto de Humberto). “Acompañé a mi abuelo en muchos de sus proyectos, siempre fue pensando en él, para estar con él y ayudarle. Así fue también con A Todo Pulmón”, empezó diciendo García para LN/NM.

El inicio de la organización nació tras el reclamo de Gloria a Humberto al ver camiones llenos de madera durante un viaje a la ciudad de Pedro Juan Caballero. “Ella le dice que algo tenía que hacer. Se quedó con la duda todo el viaje y al volver le dijo vamos a plantar donde ellos deforestan”, recordó Ezequiel.

Don Humberto se dedicó en la parte final de su vida a ‘A Todo Pulmón’. “Una vez me dijo que si pudiera solo se dedicaría a A Todo Pulmón, creo que eso resume lo que significó para él”, agregó García y reveló que gracias al interés de su abuelo por el cuidado de la naturaleza, hoy el Parque Ñu Guazú lleva su nombre.

“Amaba el parque. Una vez me dijo: ‘cuando me siento a ver a los patos percibo que los árboles me abrazan’”, expuso el presidente de A Todo Pulmón. Para García, su abuelo logró varios legados en vida, no solo en la naturaleza, sino también en la educación, cultura y en la comunicación.



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