El cineasta Carlos Alberto Saguier Agüero, director de “El pueblo” (1969), considerado como uno de los grandes hitos del audiovisual paraguayo, falleció por la mañana de este viernes, a los 78 años, en un sanatorio de Asunción, luego de una larga dolencia. Esta tarde, a partir de las 18:00, será el velatorio en la sala Edén de Futuro, en avenida San Martín esquina Sucre, en Asunción; el sepelio será mañana a las 10:00 en Parque Cementerio de Luque, sobre la ruta a San Bernardino.
“Yo le dediqué toda mi vida al cine. Por esas extrañas cosas del destino no pude filmar nunca un largometraje. Intentamos desde ‘El pueblo’ para acá”, había expresado Saguier, en diciembre de 2018, en una entrevista para el diario La Nación/Nación Media, cuando su notorio mediometraje experimental se encaminaba a cumplir 50 años desde su estreno.
“La película se exhibió el 5 de diciembre de 1969 en el Centro Cultural Paraguayo Americano, durante una semana, hasta que un comentario que publicó Mario Halley Mora en el diario Patria acusándonos de comunistas, nos obligó a retirarla”, rememoró Carlos Saguier, hace seis años, al recorrer ese universo de 50 años que se ha forjado en torno a “El pueblo”.
Nacido en Asunción, el 12 de abril de 1945, Saguier fue socio fundador y el primer presidente de la Cámara Paraguaya de Empresas Productoras de Cine y Televisión (Campro), así como miembro honorario de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas del Paraguay, en que motivó la creación del Galardón “Carlos Saguier”, cuya primera edición se celebró en diciembre de 2018. El Congreso Nacional lo distinguió como Maestro del Arte en junio de 2016.
Lea más: Cine paraguayo: premian a “Aurelia” y “Bajo las banderas, el sol” en Málaga
Filmaciones escolares
La pasión por el cine de Saguier deriva de su padre, Pedro, quien le acercó a clásicos del cine y también filmaba momentos familiares con cámaras de 16 milímetros. Por lo que empezó a filmar en el colegio; y también tuvo por amigo a Jesús Ruiz Nestosa, quien le enseñó fotografía, y como era periodista de La Tribuna, solían acudir dos o tres veces a la semana a ver los estrenos.
Luego apareció en escena el cineclub de Óscar Trinidad, con películas que no provenían de Hollywood. “Nos puso en contacto con todo el cine”, destacó. “Fue muy valioso, no solo por lo que nos posibilitó ver, si no por las devoluciones, las charlas que ampliaban el universo de conocimiento”.
“Viendo algunas grandes películas me entusiasmó la parte mecánica del cine, cómo hicieron eso, de qué manera lograron”, contó Saguier. “Entonces empecé a hurgar en la historia y en la parte técnica del cine, y descubrí las grúas, las cámaras. Aquello fue creciendo”. Entonces, en 1964, con 18 años, Carlos y Jesús hicieron su primera película, de 27 minutos, en colores: “Francisco”, la historia de un canillita; que se perdió con una inundación.
Además de compartir el programa “Panorama cultural” en radio Chaco Boreal, entre seis amigos; Saguier junto a Ruiz Nestosa y Antonio Pecci encabezaban el colectivo Cine Arte Experimental, y realizaron los cortos “Ñandejára rekove” y “Una historia paraguaya”, antes de planear “El pueblo”.
La otra película
“‘El pueblo’ iba a ser un mediometraje, que era un preludio al largometraje que teníamos pensado”, refirió Saguier, quien en 1968 viajó con Pecci a Tobatí, con una cámara de 16 milímetros, durante 20 días. “En el pueblo nos encontramos con un microcosmos, un mundo increíble, detenido en el tiempo, que es lo que tratamos de exponer en la película. Una realidad como suspendida”, dijo sobre dicha localidad ubicada a 85 kilómetros de la capital. “El último colectivo hacia Asunción salía a las 16:00, después se desconectaba del mundo”.
“Trabajamos con mucha cautela para no tener situaciones de rechazo, y de hecho no tuvimos. Tratábamos de ser invisibles para capturar un momento”, señaló el cineasta, que remarcó la amabilidad de la gente de Tobatí. Junto a otras tres personas contratadas, parte de la película se grabó en el cementerio de Villeta, y en una quinta en Capiatá. “‘El pueblo’ fue una experiencia muy difícil, muy compleja. Filmábamos en 16 milímetros, nunca hubo un laboratorio de proceso en Paraguay. Teníamos que enviar a Buenos Aires, y así pasaban 10, 15 días. Lo que uno filmaba lo hacía a ciegas. A veces lo que veíamos no era lo que queríamos, pero no había condiciones de cambiar”.
El director estimó que “El pueblo” costó aproximadamente 7 mil dólares en aquella época, de los cuales 2 mil invirtieron en efectos, aunque hubo mucho gasto en viajes a Argentina, para tratar de editar el material en Laboratorios Alex, pero resultó infructuoso. A comienzos de 1969 volvieron a filmar algunas tomas, mientras Carlos tomó contacto con un estudio de Nueva York, y aunque viajó en marzo a Estados Unidos, ya no alcanzó a participar del trabajo de laboratorio como hubiera querido.
En 1983 cerró el laboratorio y se perdieron los archivos originales de “El pueblo” y otras 3 mil películas. Saguier emprendió una intensa búsqueda; e incluso una copia que tenía se arruinó. “Es toda otra película lo que ocurrió con los negativos de ‘El pueblo’, pero hasta hoy están desaparecidos. Lo que hoy podemos ver es gracias a una copia que hizo Juanca Maneglia de pantalla, en el 2001″, dijo. “Consideré por varios años que la película estaba perdida hasta que apareció esta copia, y cuando la vi quise llorar, era terriblemente mala, se movía todo, tenía 80 rayas, dije que esto no sirve, esto no es la película”.
No obstante, Saguier encontró “un milagro” en aplicaciones de restauración, que permitieron exhibir una versión “potable” en el encuentro Tesape del 2013. También halló un rollo original de la parte de colores, el sonido se remasterizó en el 2014; y la Orquesta del Congreso grabó la música creada por Luis Cañete para la película. El 9 de diciembre de 2019, esta nueva versión recuperada de “El pueblo” cerró el primer Festival de Cine del Paraguay en Argentina, en la Manzana de las Luces de Buenos Aires.
Lea también: La historia del rock paraguayo llegará a cines porteños
Un gran futuro
En la entrevista para La Nación, el cineasta (que también era un gran cinéfilo) compartió su opinión sobre el cine que se estaba haciendo en Paraguay y su proyección con nuevas generaciones: “Es parte de mi orgullo de ver cómo evolucionamos en todo este tiempo, cómo hoy hay una pléyade de jóvenes que quieren hacer cine, que les gusta el cine y que les gusta un cine nacional. No como en aquella época en que no podíamos hablar en guaraní”.
“Le quiero decir a los jóvenes de hoy que no es el camino. Hay que salir de la publicidad, hay que hacer cine. Y lo que definitivamente no hay que hacer es televisión. Yo dediqué años de mi vida de la televisión, y mucho más trabajo y tiempo que ‘El pueblo’, y todo ese trabajo, todo ese tiempo y todos esos años no significaron absolutamente nada. Hoy, de todo lo que yo hice en estos 50 años, lo único que se conoce es ‘El pueblo’. Nadie habla de los grandes shows, de los programas cómicos, de los programas de política. La televisión es efímera. Lo único que importa es el cine. Los jóvenes tienen que dedicarse a hacer cine”, reflexionó.
Tras resaltar méritos de diversas películas paraguayas como “Hamaca paraguaya” (2016), “7 cajas” (2012), “Guaraní” (2016) o “Leal, solo hay una forma de vivir” (2018), comentó: “El cine es un medio de hacer arte, es un medio de expresar ideas, de comunicar, de compartir, de emocionar. Creo que nosotros tenemos todo por delante para contar sobre nosotros al mundo. Tenemos un gran futuro como cine. Nuestro cine tiene una enorme personalidad. Estamos haciendo cosas interesantes. Comenzamos a hacer ruido. Y eso, en la medida que podamos hacer factible nuestro Instituto de Cine, vamos a impulsar aún más”.