El Premio Gabo vuelve a celebrar al periodismo premiándolo en sus cinco categorías (Texto, Imagen, Audio, Fotografía y Cobertura), las cuales recibirán más de 80.000 dólares en premios; el plazo de postulación cierra el próximo 29 de febrero. En la edición del año 2023, recibieron casi 2.000 postulaciones de trabajos periodísticos procedentes de toda Iberoamérica.
“El periodismo vive” se consolida como el lema de esta convocatoria número 12, en referencia a un oficio que resiste los intentos de silenciamiento a periodistas y los frecuentes ataques a la libertad de prensa, que al mismo tiempo se adapta a la constante transformación que proponen las plataformas digitales y la revolución tecnológica y que es creativo y comprometido con la verdad.
En cada nueva entrega, el Premio Gabo promueve referentes de calidad que cubren los temas que afectan a la región, los cuales resultan hoy más importantes que nunca en medio de la arremetida de gobiernos autoritarios y el auge del crimen organizado en el continente, y de grandes desafíos globales como el cambio climático, el uso inescrupuloso de la inteligencia artificial y las olas de desinformación.
En el marco de su alianza con los Grupos Bancolombia y Sura y sus filiales en América Latina, la institución creada por Gabriel García Márquez en 1995 sigue apostando, con el reconocimiento más importante de la región, a un periodismo de calidad, riguroso y que contribuye al fortalecimiento de la democracia y de una ciudadanía libre y mejor informada.
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Categorías
Texto: trabajos de periodismo escrito, como perfiles, crónicas, entrevistas, reportajes, entre otras piezas que destaquen desde el punto de vista del rigor periodístico y del cuidado del lenguaje.
Fotografía: trabajos de cobertura fotográfica, que representen y comuniquen a través de imágenes estáticas acontecimientos, lugares, personajes o sucesos.
Audio: trabajos de periodismo sonoro, como piezas radiales o pódcast, que exploren el ingenio de la narración sonora y la diversidad de recursos en el formato audio.
Imagen: trabajos periodísticos en soporte audiovisual, video, animación u otras formas de visualización digital, como documentales, series, entre otros.
Cobertura: trabajos sobre noticias, investigaciones y temas de actualidad, como especiales multimedia que incluyan recursos en diferentes soportes o lenguajes.
Cada categoría tendrá tres finalistas, dentro de los cuales se encuentra el ganador, quien recibirá su reconocimiento en el marco del Festival Gabo 2024, evento al que serán invitados con todos los gastos pagos. La ceremonia de premiación se llevará a cabo el 5 de julio en la capital colombiana. Más información: https://premioggm.org.
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Falleció María Cristina Sanabria, figura de los noticieros
La periodista y abogada María Cristina Sanabria Sanabria, recordada conductora de noticieros, falleció este miércoles a los 49 años, a consecuencia del cáncer. La comunicadora, que en pocas semanas hubiera celebrado medio siglo de vida (24 de abril de 1975), tuvo una significativa trayectoria como reportera y como presentadora del emblemático “24 horas magazine” del canal 9 SNT.
Licenciada en Comunicación por la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción en 1996, ese mismo año inició su recorrido por medios en pantallas del Sistema Nacional de Televisión. A la par, en 2003 obtuvo su título de abogada por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNA; luego de cursar un Doctorado en Comunicación Política (1999/2000) en la Universidad Complutense de Madrid (España).
Su formación siguió en ambos rieles, la comunicación y el ámbito judicial, a través de diversos cursos y diplomados en México, Colombia, Ecuador, Costa Rica. Sobre esta base, extendió su profesionalismo a la función pública en la Corte Suprema de Justicia, Itaipú, Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y el Ministerio de Educación (MEC), así como en el sector privado e internacional. Igualmente, tuvo una faceta como docente universitaria.
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Fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo “Santiago Leguizamón” al Mejor Trabajo de Investigación Periodística para Televisión (2005), otorgado por el Congreso; y el Primer Premio Regional “El Mercosur más allá de la retórica” (1999), organizado por la fundación alemana Friedrich Naumann y los medios de comunicación del Mercosur.
Además, incursionó en la prensa escrita con artículos en los diarios ABC y Última Hora. El canal Trece y Paraguay TV, en que era copresentadora de “Paraguay Noticias”, fueron otros medios en su trayectoria; mientras que en los últimos tiempos había conducido programas como “El Descargo” y “Más allá de un reportaje” en la Megacadena de Comunicación, al igual que en Radio Cáritas.
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Condolencias
El Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic) expresó en redes sociales: “Con profunda tristeza despedimos a María Cristina Sanabria, destacada periodista, comunicadora y presentadora de TV. Su pasión, ética y calidez dejaron huella en quienes la conocieron. Acompañamos a sus seres queridos en este momento de dolor. Que su legado permanezca y descanse en paz”.
Por su parte, Paraguay TV publicó un clip audiovisual con este mensaje: “Así recordamos a nuestra compañera María Cristina Sanabria, quien hoy pasó a la eternidad. Tras una dura batalla a una penosa enfermedad, hoy estamos conmovidos con su partida. María Cristina fue una gran comunicadora que dejó su sello en cada trabajo que realizaba. Q.E.P.D”.
“Desde la Megacadena de Comunicación, recordaremos siempre por su incansable labor y extendemos nuestras condolencias a los familiares”, manifestó la cuenta de Radio 780 AM. En tanto, otro medio que contó con su labor, expresó: “Directivos, administrativos, periodistas y compañeros de Radio Cáritas UC, con profunda tristeza informamos y vivimos la partida de nuestra compañera, una gran persona de larga trayectoria profesional”.
“Falleció María Cristina Sanabria. Fuimos compañeros de trabajo en algún momento. Una mujer comprometida y seria. En varias ocasiones escribió: ‘Si la vida no te desafía, no te cambia’. Aceptó su destino y luchó. Es parte del proceso de los que dejan una huella. QEPD.”, la recordó Mariano Nin, desde el equipo del canal Trece.
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La política del espectáculo se trasladó al periodismo
El reconocido periodista y escritor español Juan Luis Cebrián (fundador y primer director de El País) suele remarcar el conflicto entre el hombre de prensa que redacta recetas mágicas para los gobiernos y los políticos que ambicionan determinar qué es noticia y qué no. El primero abandona la fundamentación analítica para incursionar abiertamente en la propaganda militante y los segundos se convierten directamente en contralores de lo que debería publicarse y de aquello que no merece siquiera mención alguna.
Hubo casos en que ambos traspusieron las fronteras para asumir la profesión de enfrente. De periodistas que decidieron dedicarse a la política y de políticos que incursionaron en el campo de la comunicación, llevando la impronta de su personalidad en esos espacios de comunicación y liderazgos.
El que buscaba o hablaba con sinceridad, en el marco de una ética que reverencia la verdad, lo seguirá haciendo sin importar dónde tenga asentada su vivencia cotidiana. De igual modo, quienes se acostumbraron a distorsionar los hechos pretenderán transfigurar el paisaje para dibujarlo conforme con sus pretensiones y conveniencias. En términos sencillos: solamente se preocupan por utilidades particulares como la fama y/o la fortuna, casi siempre asociadas, y no por el bienestar de la sociedad, ya sea por la vía de las observaciones y cuestionamientos serios y honestos o la elaboración de propuestas que despejan el camino de la consolidación democrática, combatiendo a sus más poderosos enemigos: la pobreza, la desocupación y el analfabetismo (absoluto o funcional).
Sin embargo, pocas veces ocurren estas buenas prácticas profesionales, idealizadas desde la retórica, sino todo lo contrario, abundan las mentiras, la doblez, el embuste, la mala fe y una rampante mediocridad, alimentados constantemente por una ambición sin escrúpulos. Y aquí debemos añadir una nueva clasificación a las características descritas en las primeras líneas en ese cruce entre periodismo y política: la de los políticos activos que bastardean el periodismo para imponer sus criterios ideológicos o simplemente sus sectarios intereses. Por tanto, no hay razón que valga para sus empequeñecidas miradas y sus sesgadas mentes. Los más sólidos argumentos rebotan en sus histéricos griteríos o sus ínfulas de pretendida intelectualidad.
Las entrevistas, desde el micrófono, el teléfono inteligente o la pantalla se reducen al monólogo donde la verdad es irrelevante ante el aluvión de proclamas partidistas. Asumiendo un rol travestido, acometen con audacia y cinismo en contra de la reflexión más elemental, de las pruebas más contundentes, y hasta del buen juicio. Así se pervierte y retuerce el cuello de una profesión que nació noble, pero que lentamente va sucumbiendo en su prestigio y credibilidad ante el frívolo espectáculo que privilegia el rating por encima de su real papel en la sociedad, su misión ética y su vocación de lealtad a la ciudadanía.
Recientemente, una exparlamentaria –que confundió el recinto del Congreso de la Nación con un desfile sobre alfombra roja– trasladó sus atuendos al área de prensa. En una entrevista con un dirigente campesino, quien resaltó el trabajo que está realizando este gobierno para la titulación de tierras (hasta le relató el caso de un señor que tuvo que esperar décadas para acceder a su acreditación de propiedad), recibió como respuesta unas desaforadas imprecaciones: “traidor a la causa”, “vendido al narcotráfico”, “no tenés vergüenza”. La respuesta del “entrevistado” –porque casi no le dejó hablar– tuvo la serenidad de quien debate con datos y estadísticas, generando arrebatos coléricos y panfletarios en la “periodista”.
En el otro extremo están los denominados comunicadores que hacen política, sin tapujos, borrando todos los límites y sin aclaración alguna, pues intentan infestar la conciencia ciudadana con sus prédicas de pasquín desde una posición de supuesta objetividad. Así, obnubilada la capacidad de razonar, escribió uno de ellos: “El gobierno (de Santiago Peña) puede dar miles de becas, pero, si estudiar no sirve para acceder a los mejores empleos y solo hay trabajo para hurreros y mediocres, de nada servirán.
Hay que promover un sentido meritocrático para hacer que la educación sea un dinamizador social. Guapitos, abstenerse”. Los comentarios de los usuarios de las redes no podían ser más precisos: Había sido hay que estudiar con el exclusivo propósito de ser funcionario público. La razón nuevamente fue sometida por el fanatismo. Un ejemplo más de lo que esta perniciosa práctica puede hacer. No se trabaja por construir una cultura democrática, sino para imponer la mendacidad a toda costa. Pero los agoreros del pesimismo volverán a fracasar estrepitosamente, como ya lo hicieron a lo largo de las últimas décadas. El país necesita de gente seria y capaz, que piense, edifique y aporte con la crítica sana y positiva, y no del petardismo intranscendente e improductivo. Por eso siguen empantanados en la decadencia, el descrédito y la impopularidad. Irónicamente, en todos los defectos que ven en los demás.
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Guatemala: periodista vuelve a prisión en medio de repudio internacional
- Ciudad de Guatemala, Guatemala. AFP.
El periodista guatemalteco José Rubén Zamora fue devuelto ayer lunes a una prisión militar, luego de que un juez acató una orden de un tribunal superior que revocó el arresto domiciliario en el que estaba desde octubre pasado.
Zamora, de 68 años, es acusado de un supuesto caso de lavado de dinero y chantaje, en un proceso que organismos internacionales y varios gobiernos consideran un ataque contra la prensa por parte del anterior gobierno guatemalteco y los colaboradores que aún tiene en la Fiscalía.
Tras el fallo del juez Erick García, rechazado por organismos de derechos humanos internacionales, agentes del sistema penitenciario esposaron a Zamora y de inmediato lo llevaron a la misma prisión donde ya estuvo encarcelado por más de 800 días, el cuartel Mariscal Zavala, en Ciudad de Guatemala.
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El juez acató una orden de una sala de la Corte de Apelaciones que revocó el arresto domiciliario precisamente por gestiones de la Fiscalía y la querellante en el proceso, la ultraderechista Fundación contra el Terrorismo.
Tras escuchar el fallo, el periodista, que vestía un traje azul y camisa blanca, insistió en su inocencia y reiteró que seguirá “enfrentando el Estado mafioso, las mafias criminales que manipulan a su capricho, y arbitrariamente la justicia”. “Regreso a prisión. Yo pienso que no soy el único (criminalizado)”, declaró Zamora, quien calificó como “arbitraria” la resolución en su contra de la sala de Apelaciones. En su cuenta de X, la Fiscalía celebró la resolución del juez.
Persecución contra la prensa
La oenegé Reporteros si Fronteras (RSF) hizo “un llamamiento al sistema judicial guatemalteco para que respete el derecho a un juicio justo y deje de abusar de los mecanismos legales para amordazar a los periodistas”. “La comunidad internacional debe seguir presionando a Guatemala para que garantice la libertad de prensa y el Estado de derecho”, subrayó RSF en una declaración enviada a la AFP.
Amnistía Internacional (AI) condenó el fallo debido a que “a todas luces” es arbitraria y se debe por “sus labores periodísticas de investigación y denuncia de la corrupción”.
“Su detención es un atropello más en la larga lista de violaciones a sus derechos humanos. Exigimos su liberación inmediata y el levantamiento de todos los cargos en su contra”, dijo Ana Piquer, directora para las Américas de AI.
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“Rechazamos la revocación del arresto domiciliario del periodista José Rubén Zamora. La arbitraria decisión del Juzgado constituye un grave ejemplo de persecución política y contra la libertad de expresión en Guatemala”, subrayó por su parte la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En tanto, la secretaría de Comunicación Social de la Presidencia en un pronunciamiento expresó su preocupación por “la continuidad del hostigamiento” contra Zamora y pidió al Organismo Judicial a “retomar el camino de una justicia transparente e imparcial”. El periodista estuvo preso en la cárcel del Mariscal Zavala desde el 29 de julio de 2022 hasta octubre pasado.
Zamora fue arrestado tras publicar en su diario El Periódico casos de corrupción que salpicaban al entonces presidente derechista Alejandro Giammattei (2020-2024). El rotativo cerró en 2023, mientras él estaba en prisión. Un tribunal lo condenó el 14 de junio de 2023 a seis años de cárcel por lavado de dinero, pero la sentencia fue anulada y el juicio deberá repetirse.
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El periodismo militante perdió hasta la vergüenza
Los inicios del periodismo paraguayo estuvieron fuertemente influenciados por la militancia política. Desde antes de la fundación de los dos partidos tradicionales –el Centro Democrático (liberal) y el Nacional Republicano (colorado)– había un marcado distanciamiento entre los llamados “legionarios”, paraguayos que habían acompañado al ejército de la Triple Alianza durante la Guerra Grande y los que se declararon abiertamente lopistas y herederos del nacionalismo defendido por Francisco Solano López.
Precisamente ayer, 1 de marzo, se recordó el 155.° aniversario de la inmolación en Cerro Corá del llamado héroe máximo de la patria. Sin embargo, en el momento de la creación de aquellas entidades partidarias hubo legionarios y nacionalistas en ambos bandos. Desde la prensa, los encarnizados debates no admitían términos medios y las adjetivaciones adquirían tonalidades de admirable creatividad o censurable imprecación.
Quizás, el único que mantuvo una elevada jerarquía fue el diario La Prensa, fundado y dirigido por el doctor Blas Garay hasta su desgraciada muerte el 19 de diciembre de 1899. Su lacerante crítica y su integridad ética no admitían concesiones de ninguna laya. Para nadie. Fue implacable con todos por igual, especialmente con los marcados con la mancha indeleble de la corrupción. Fue el azote de los hombres públicos que se habían desviado de la rectitud y las normas morales, de acuerdo con las atinadas observaciones de sus biógrafos.
Ese periodismo militante no estaba atrincherado únicamente entre los partidarios liberales y colorados, sino que, en largos tramos de la historia, existían publicaciones que respondían a sectores internos de ambas instituciones políticas. Hasta que llegamos a 1954, cuando se instala la dictadura del general Alfredo Stroessner, mediante el golpe del 4 de mayo, en que paulatinamente van desapareciendo las voces discordantes, para imponerse la prensa apologética que dispensaba honores al “único líder y sus grandes obras”.
Los medios de comunicación que nacieron bajo el imperio de su régimen, ya con nuevas tecnologías y formatos, siguieron la línea laudatoria al gobierno omnipotente del déspota. No se divulgaban las graves violaciones a los derechos humanos (encarcelamientos, torturas, desapariciones, muertes y exilios). En cambio, era una práctica obligatoria la publicación en tapa de cualquier acto al que asistía el dictador. Ni siquiera denunciaban el cierre de los medios que respondían a la oposición, para cuya inmediata ejecución bastaba la “orden superior”.
Ya en la agonía del régimen, adoptaron una actitud crítica, por disputas comerciales y aspiraciones políticas (presidencialistas, alegan algunos), terminando con la clausura de uno de aquellos medios (Abc Color), cuya cinta inaugural había sido desatada justamente por Stroessner, diecisiete años atrás. Desde el inicio de la transición democrática volvieron con todo a transitar la vieja senda del periodismo militante. De hecho, todo periodismo es militante en tanto asume una causa y una perspectiva particular sobre cuestiones puntuales.
No solo desde la opinión, sino, incluso, desde la interpretación de los hechos, existe una carga ideológica. Lo altamente condenable es que, a razón de intereses partidarios o empresariales, los acontecimientos sean juzgados con una visión sesgada, distorsionada y manipuladora. En el pasado reciente, repetimos, uno de esos medios defendió abiertamente un proyecto autoritario que tenía las mismas características de la anterior dictadura: un líder mesiánico, intolerante y enemigo de la democracia.
Todavía dolidos por la derrota de sus candidatos en las elecciones internas de la Asociación Nacional Republicana del 18 de diciembre de 2022 y en las generales del 30 de abril de 2023, las dos cadenas mediáticas que cogobernaron con Mario Abdo Benítez supuran sus fracasos por medio del odio, el rencor, la mala fe y la deshonestidad intelectual. Son medios y periodistas militantes de las mentiras, de informaciones intencionalmente falseadas, de hechos aviesamente manipulados y de juicios particulares a los que pretenden darles categoría de universalidad.
Condenan el todo por ciertos errores y debilidades de algunas de las partes. Sus catastróficos titulares y sus desesperados chillidos en radio y televisión solo ambicionan socavar el gobierno del presidente Santiago Peña, al tiempo de apuntalar a los candidatos de la oposición interna del Partido Colorado, ya mirando a destiempo las internas de diciembre de 2027. La intención es tan clara que no precisa de decodificadores, puesto que sistemáticamente vienen ocultando o callando los grandes robos perpetrados en la administración anterior (2018-2023). Este periodismo militante no solo carece de rigor, sino, también, de vergüenza y, sobre todo, de honor, pues lo practican sin asumirlo a cara descubierta. Lo perdieron todo, hasta el mínimo pudor.