El Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA) presenta la novena edición del Ciclo de Cine Paraguayo, con películas recientemente estrenadas, seis largos y cinco cortometrajes de creadores nacionales, que se exhibirán en el Teatro de las Américas, ubicado en José Berges n.° 297 entre Brasil y Estados Unidos, en Asunción).
Las funciones serán los días miércoles 21, jueves 22, viernes 23, miércoles 28 y jueves 29 de febrero, a las 20.00; con doble función el viernes 23 a las 19:00 y 20:30. El costo de las entradas es de G. 20.000. En esta edición 2024 de Ciclo de Cine Paraguayo, que el CCPA ofrece desde el 2015, se mantiene el objetivo de poner en valor y fomentar la cinematografía paraguaya, ofreciendo a los realizadores locales un espacio para exhibir sus obras, y colaborar con la formación de un público que aprecie y conozca el cine nacional.
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En cada función se exhibirá un corto y un largometraje. Las películas programadas son: “Guapo´y” de Sofía Paoli; “Boreal” de Federico Adorno; “La última obra” de Héctor Duarte; “Entradas agotadas” de José Ayala; “El apartamento” de Michael Kovich, y “Sobrevive la Música, un documental sobre el rock en Paraguay”, de Luis Bogado.
Los cortos son; “Sobreplastificación” de Pamela Paredes, “Nostalgia para el lago” de Arturo Maciel, “Yvoty renda” de Savio Arguello, “Jaguatá, cortos animados 2023″ de varios ganadores del concurso Jaguatá, y “Memorias de Susnik” de Diego Segovia.
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“Emilia Pérez” dejó de ser favorita al Óscar por tuits racistas de su protagonista
La actriz transgénero española Karla Sofía Gascón, protagonista de la película “Emilia Pérez”, ha pedido disculpas tras la reaparición de unos tuits racistas y ofensivos con los musulmanes y los afroamericanos, en plena carrera al Óscar a mejor actriz. En la última semana, las webs de apuestas están mostrando una ligera caída de las posibilidades de “Emilia Pérez” en la carrera al Óscar a la mejor película, que ahora encabeza The Brutalist.
“Como miembro de una comunidad marginada, conozco muy bien este dolor y lo siento profundamente por aquellos a los que he causado dolor”, escribió la actriz en un comunicado enviado por Netflix a la AFP ayer viernes. “Toda mi vida he luchado por un mundo mejor. Creo que la luz siempre triunfará sobre la oscuridad”, añadió la protagonista de la película del director francés Jacques Audiard, “Emilia Pérez”, consagrada con 13 nominaciones a los Óscar, lo que le ha convertido en la producción en lengua no inglesa más nominada de todos los tiempos.
Se trata de un musical sobre la transición a mujer de un peligroso narcotraficante mexicano. Todas las actrices de la película ganaron el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes 2024. Pero una serie de tuits que escribió mayoritariamente entre 2020 y 2021 en la entonces red social Twitter, ahora X, y que nunca había borrado, resurgieron el jueves empañando sus aspiraciones a los codiciados premios de Hollywood.
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En numerosos mensajes, resucitados por la periodista Sarah Hagi, la actriz hizo una serie de comentarios ofensivos sobre el islam, al que describió como “foco de infección para la humanidad que hay que curar urgentemente”. En otro tuit, Gascón asegura que el islam “es maravilloso, sin ningún tipo de machismo” y lo ilustra con una mujer cubierta totalmente por un velo negro integral en el que dice “aunque ellas se visten así por gusto” y termina con mayúsculas: “Qué asco más grande de humanidad”.
La cuenta X de la actriz había desaparecido el viernes. En uno de los mensajes desenterrados, describió de George Floyd, un hombre afroamericano asesinado por la policía en 2020, como un “drogadicto” y un “sinvergüenza”. En 2021, comentó sobre la ceremonia de los Óscar a los que aspiraba la película “Barbie”: “No sabía si estaba viendo un festival afrocoreano, una manifestación de Black Lives Matter o el 8M”, la abreviatura del 8 de marzo, Día Internacional de los Derechos de la Mujer.
Fuente: AFP.
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“Aún estoy aquí”: Brasil festejará el Óscar como una Copa del Mundo
“Si ganamos vamos a festejar como una Copa del Mundo”, promete Isabela Caetano, una estudiante de 19 años de Sao Paulo que, como muchos brasileños, vive las nominaciones al Óscar de “Aún estoy aquí” como una cuestión de orgullo nacional.
En las calles y las redes sociales, ciudadanos, artistas y políticos -incluido el presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva- se subieron a la ola de euforia por la película del cineasta Walter Salles, sobre la desaparición del exdiputado progresista Rubens Paiva en 1971.
Candidata al Óscar como mejor film y mejor film internacional, “Ainda estou aqui” (“Aún estoy aquí”) enfrenta a Brasil con el fantasma de su dictadura militar (1964-1985), un tema por décadas marginal en el debate público. Casi cuatro millones de brasileños ya la vieron en cines, mientras el país asiste a revelaciones sobre la reciente implicación de militares en una presunta trama golpista.
Con protagónico de Fernanda Torres, ganadora del Globo de Oro y nominada al Óscar a mejor actriz, la película narra la lucha de la esposa Eunice Facciolla Paiva para esclarecer el secuestro de su marido por las fuerzas armadas. El cuerpo de Paiva jamás apareció y su crimen sigue impune. Una Comisión Nacional de la Verdad dilucidó en 2012 que el Estado fue responsable.
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De la pantalla a las calles
El éxito de “Aún estoy aquí” inspiró una idea inusitada en Sao Paulo. La tumba de Eunice Paiva, fallecida en 2018, fue incluida como atracción en una visita guiada al cementerio de Araçá, uno de los mayores de la capital económica de Brasil, organizada por el proyecto “O que te assombra?” (¿Qué te atormenta?).
“Vine a homenajearla porque hay que recordar lo que su lucha nos dice sobre nuestro país de hoy”, dice Mirella Rabello, una médica de 28 años que dejó flores en la tumba. En Rio de Janeiro, la casa donde se filmó “Aún estoy aquí” –basada en un libro de un hijo de Paiva– atrae a turistas nacionales movilizados por la historia.
“Soy de Brasília y vine a esta casa para registrar para mis nietos lo que una película puede significar para la memoria de un país”, dice Silvana Andrade, una maestra de 55 años, frente a la residencia en Urca, un barrio tranquilo sobre la bahía carioca. “Esta película también es sobre nuestro presente”, dijo Salles, cuyo film “Central do Brasil” (Estación Central, 1998) también fue nominado al Óscar, en una reciente entrevista con la AFP.
La policía brasileña acusó en noviembre al expresidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, capitán retirado del Ejército y nostálgico de la dictadura, por un supuesto plan para impedir la asunción de Lula en 2022.
Bolsonaro y mandos de las fuerzas armadas podrían enfrentar cargos por presunta conspiración contra la democracia. El exmandatario se declara inocente y dice ser un “perseguido”. Tras el estreno en noviembre de “Aún estoy aquí”, cuentas asociadas a la extrema derecha llamaron a un “boicot” contra la película en redes sociales.
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Un país “más sensibilizado”
Brasil nunca juzgó los delitos de la dictadura, que según cifras oficiales dejó 202 muertos, 232 desaparecidos y miles de víctimas de torturas y detenciones ilegales. Una ley de amnistía aprobada en 1979 por el régimen militar impidió castigar a los culpables.
Pero un ministro de la corte suprema brasileña interpretó por primera vez en diciembre que la amnistía no puede incluir la ocultación de cadáveres. En su decisión, que el pleno de la corte aún debe considerar, el ministro Flávio Dino citó a “Aún estoy aquí”, estrenada un mes antes.
“Hoy Brasil está más sensibilizado sobre la dictadura, gracias a factores que van desde una película hasta noticias sobre una conspiración militar”, dice Eugenia Gonzaga, presidenta de la estatal Comisión de Muertos y Desaparecidos Políticos. Según Gonzaga, la cifra de víctimas del régimen militar puede ser mucho mayor a la oficial, si se consideran grupos sin militancia partidaria como indígenas castigados por la represión.
Para los muertos registrados oficialmente, la justicia ordenó en diciembre que se corrijan sus certificados de defunción para explicitar que murieron a manos del Estado. También se emitirán actas para los desaparecidos. Admitido en 1996 como muerto, Rubens Paiva es una de las víctimas cuyo certificado ahora dice: “Muerte causada por el Estado en el contexto de la persecución sistemática a la población identificada como disidente”.
Fuente: AFP.
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La música y el tono político marcan las nominaciones al Óscar
Las nominaciones a los premios Óscar que se conocieron ayer jueves estuvieron marcadas por un cariz muy internacional, el protagonismo inusual de los musicales y nuevas caras entre los directores. La película francesa “Emilia Pérez” es la gran favorita con 13 nominaciones, un nuevo récord para un largometraje en un idioma distinto al inglés. Otra cinta francesa, “La Sustancia”, aparece como candidata en cinco categorías, mientras la película brasileña “Todavía estoy aquí” aparece en tres.
Entre los intérpretes fueron nominados el actor ruso Yuri Borisov (“Anora”), la brasileña Fernanda Torres (“Todavía estoy aquí”) y la veterana actriz italiana Isabella Rossellini (“Cónclave”). “Flow”, una película animada de Letonia también está en carrera, y en la categoría de cortometrajes animados son cinco los nominados no estadounidenses.
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La música en el centro de atención
Entre las que destacan están “Emilia Pérez”, “Wicked”, una adaptación del musical homónimo, y “Un completo desconocido”, la adaptación de la vida del cantante Bob Dylan, que suman 31 nominaciones. Los tres largometrajes presentan su tema musical de diferentes maneras: “Un completo desconocido” en el estilo clásico de película biográfica, “Wicked” con las vibras de Broadway y “Emilia Pérez” en un espíritu más excéntrico.
Entre los artistas nominados están la superestrella del pop Ariana Grande, que interpreta a Glinda en “Wicked”, y quien además está nominada a mejor actriz de reparto. En estas tres películas, todos los actores nominados cantan o incluso tocan un instrumento, como Timothée Chalamet y Monica Barbaro en “Un completo desconocido”.
Ninguno de los cinco nominados al Óscar a mejor director había recibido ese honor. Sin embargo, no les falta experiencia: James Mangold tiene 61 años y Jacques Audiard, 72; el más joven es Brady Corbet, con 36. Los analistas calificaron de sorpresa la ausencia de Denis Villeneuve (por “Duna: Parte II”), ya nominado en 2017 por “La llegada”.
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Un tono político
Con el regreso del magnate republicano Donald Trump a la Casa Blanca, los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas han tomado decisiones que tienen resonancia política. Por ejemplo, la nominación de la actriz transgénero Karla Sofía Gascón (“Emilia Pérez”) en la categoría de mejor actriz principal.
El nuevo presidente estadounidense emitió el lunes un decreto ordenando a su gobierno “reconocer” la existencia de sólo “dos géneros: masculino y femenino”, y los considera “inmutables”. Los Óscar del 2025 también incluye a Sebastian Stan y Jeremy Strong, nominados por sus papeles principal y secundario, respectivamente, en “El aprendiz”, una película que describe el ascenso de Donald Trump en la década de 1980. El presidente estadounidense intentó en vano impedir el estreno de la película en Estados Unidos, y la calificó de “pura difamación”.
Muchas de las películas premiadas el año pasado en el Festival de Cannes se abrieron un lugar en los nominados, entre ellas la ganadora de la Palma de Oro “Anora” (6 nominaciones), la ganadora del Premio del Jurado “Emilia Pérez” (13) y “La sustancia” (5), cuya directora Coralie Fargeat recibió el premio al mejor guion en La Croisette.
Fuente: AFP.
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México detesta “Emilia Pérez”: “Es todo lo que está mal en una película”
Aplaudida en Hollywood, repudiada en México: “Emilia Pérez”, la cinta musical del francés Jacques Audiard sobre una transgénero narcotraficante, seduce al mundo cinéfilo, pero irrita al país en el que está inspirada por banalizar el drama de la violencia criminal. Ayer jueves, la película hablada en español y rodada en Francia logró 13 nominaciones al Óscar, un récord para una obra no angloparlante. Y conocerá finalmente el veredicto del público de México, donde se estrena tras meses de enardecidas críticas.
“‘Emilia Pérez’ es todo lo que está mal en una película: estereotipos, ignorancia, falta de respeto, el lucro de una de las crisis humanitarias más graves del mundo (desapariciones masivas en México). Ofensiva. Frívola”, resumió en la red X Cecilia González, periodista mexicana en Argentina con 47.000 seguidores.
La glacial recepción empezó a mediados de octubre en el Festival de Cine de Morelia (oeste), donde fue estrenada la noche inaugural en presencia de Audiard y de sus protagonistas, ya reconocidas por Cannes: Karla Sofía Gascón, Zoe Saldaña, Selena Gómez y Adriana Paz. El público mexicano aplaudió tibiamente esta historia de una sanguinaria narco que, después de su transición de género, ayuda a las víctimas de los cárteles de las drogas y a los familiares de desaparecidos.
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Inverosímil
El director de fotografía Rodrigo Prieto (“Barbie” y “Killers of the Flower Moon”) lanzó el primer disparo contra la cinta, rodada en un set francés con algunos exteriores nocturnos en México. Salvo el trabajo de la actriz mexicana Adriana Paz, “todo me parece inverosímil”, resumió en una entrevista con la revista especializada Deadline. “Sobre todo cuando el tema es muy importante para los mexicanos”, añadió en referencia al registro de más de 30.000 asesinatos anuales y más de 100.000 personas desparecidas, la mayoría en hechos ligados con la narco-criminalidad.
“No tengo nada en contra de no mexicanos dirigiendo filmes sobre México, pero los detalles son importantes. Tenemos el caso de Ang Lee. Es de Taiwán e hizo “Brokeback Mountain”, pero se concentró en los detalles”, explicó. “La película trivializa el problema de los desaparecidos en México”, acusa Artemisa Belmonte, que lanzó una petición en change.org para oponerse al lanzamiento de la cinta (11.100 firmas desde el 9 de enero).
Es “una de las películas más burdas y tramposas del siglo XXI”, reventó a principios de enero en el diario El País el escritor Jorge Volpi, quien señala además el terrible acento de Selena Gómez, irritante para la fibra nacionalista de los mexicanos. Se pregunta cuál sería la reacción si un realizador mexicano, llámese Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu o Guillermo Del Toro, hubiera hecho una cinta sobre las revueltas en los suburbios franceses en un estudio en México y con actores latinos de Hollywood encarnando a franceses.
“No habría pasado de ser una ‘boutade’ (broma) recibida con carcajadas”, añade Volpi al denunciar además los prejuicios hacia la transición de género, aunque reconoce el “trabajo minucioso” de Gascón. El actor mexicano Eugenio Derbez, también con carrera en Hollywood, calificó de “indefendible” el acento de Gómez. “Lo siento, hice lo que pude con el tiempo que me dieron”, respondió la actriz. El mexicano terminó disculpándose: “Como latinos, debemos apoyarnos”.
Mea culpa
Audiard se defiende con el argumento de que “es una ópera” por tanto es “irreal”. Pero se lanzó en un ejercicio de mea culpa en una presentación en México: “Si les parece chocante (...) estoy dispuesto a disculparme”. “Selena y Zoé le dan una dimensión comercial, no se puede negar”, dijo en Bogotá cuando la AFP lo cuestionó en una entrevista sobre los pocos mexicanos en el reparto.
“No pienso que Gene Kelly haya ido a París para hacer ‘Un americano en París’”, estimó de su lado Del Toro en defensa de la cinta. Otro abogado a favor es el crítico del diario Milenio Álvaro Cueva. “Si los grandes maestros del cine de autor como Federico Fellini y Luis Buñuel estuvieran vivos, éste es el tipo de películas que harían”, resumió, desatando también polémica.
A Angie Orozco, madre buscadora del estado de Nuevo León (norte), no le molesta que sea un musical, pero pide que se trate “de forma respetuosa” y con la “intención de ayudar”. “Espero que todo este ruido se pueda aprovechar. Que se deje lo superficial y se vaya al fondo de lo que implican las desapariciones. Que volteemos a ver esta crisis”, dijo a Milenio.
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“Extraordinariamente feliz”
“Estoy extraordinariamente feliz”, declaró el director francés Jacques Audiard a AFP después de haber batido el récord de nominaciones para una película no angloparlante en los Óscar, “Emilia Pérez”. Su película obtuvo 13 nominaciones el jueves en los Óscar, convirtiéndose así en la película no angloparlante más nominada de todos los tiempos.
Esta odisea musical sobre la transición de género de un narcotraficante mexicano supera así a “Tigres y Dragones” (2000) y “Roma” (2018), que anteriormente tenían este récord con 10 nominaciones. “Estoy muy feliz, especialmente porque quería que las actrices fueran nominadas”, declaró por teléfono el cineasta de 65 años, unos minutos antes de tomar un vuelo con destino a Montevideo, donde continúa una gira promocional.
La actriz trans española Karla Sofía Gascón, revelación de la película, está nominada para el premio de Mejor Actriz, Zoe Saldana para el Mejor Papel Secundario Femenino. “Conocí los Óscar hace mucho tiempo, en la época de ‘Un Profeta’”, nominado hace 15 años al Óscar a la mejor película extranjera, recordó. “Pero no era la misma presión”, añadió.
Ahora, con la doble nominación como Mejor Director y como Mejor Película, “hay que llevar a cabo una campaña muy sólida”, declaró. En la categoría de nominaciones al título de Mejor Director, Audiard compite con una compatriota, Coralie Fargeat (“La sustancia”). “Es un fenómeno bastante curioso, estas películas francesas como la mía y la de Coralie, que se encuentran en la competencia”, señaló.
“Es un cine mestizo, me pregunto si no es una tendencia, este deseo de hacer películas con elementos lingüísticos diferentes, actores y objetos particulares”, destacó. También descartó la polémica en curso en México, donde algunos denunciaron, incluso antes del estreno de la película, la imagen que daría del país y del problema del narcotráfico.
“Hay quienes han visto la película, y quienes no han visto la película”, declaró. “Mis intenciones me parecen virtuosas, pero noto un problema allá”. “Uno puede elegir no hablar del narcotráfico, pero era algo que me interesaba mucho, tal vez lo hice torpemente”, añadió.
Fuente: AFP.