“El sello de Berlín es un sello fuerte”, dice Pedro Alonso sobre su personaje en “La casa de papel”, vista por millones de espectadores de todo el mundo, y que ahora protagoniza un “spin-off” que se estrenará a finales de diciembre. Netflix no iba a soltar la historia del maquiavélico atracador de bancos, que murió al principio de la serie, pero que nunca se fue del todo gracias a los numerosos “flashbacks”: Berlín resucitará en la plataforma el 29 de diciembre en una precuela que llevará su nombre.
Manipulador, psicópata, pero también entrañable y simpático, el personaje del hermano del Profesor fascinó a muchos espectadores. Tanto que la producción lo mantuvo a pesar de su muerte, todo un reto para el actor en aquel momento. Alonso advirtió a los responsables de la serie que no sabía si era “capaz de sostener un personaje solo en el pasado”, y más teniendo en cuenta que era “un personaje que basaba su fuerza en el peligro, en lo imprevisible, lo inesperado”, narró el actor a la AFP en una entrevista en Madrid.
Pero funcionó bien, y “cuando haces un personaje que funciona bien, mucha gente hace una transferencia muy loca y de pronto, da igual lo que digas, [aunque sea] dos más dos, son cuatro, eres Berlín”. A los 52 años, el actor español no niega que este personaje “perverso, turbio, difícil, muy denso” se le pegó a la piel. “El sello de ‘La casa de papel’, el sello de Berlín, es un sello fuerte, no hay duda”, afirma.
Y los ocho episodios de esta serie derivada de “La casa”, como la llaman a secas sus fans, no van a borrar esta marca. “Todos los personajes que hago son yo, lo cual quiere decir que el sistema de procesamiento del personaje está de acuerdo con lo que soy (...) Por supuesto que tengo un Berlín dentro”, analiza. De todos modos, señala este intérprete ya veterano, “no soy un actor que quiera hacer un personaje totalmente diferente cada vez. Me da igual”.
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Éxito mundial
Eso sí, el actor dudó en volver a un proyecto derivado de una serie con una enorme audiencia: “La casa de papel” fue el primer éxito mundial de Netflix en un idioma distinto al inglés, y su última temporada registró casi 100 millones de visionados.
“Cuando me plantearon la posibilidad de hacerlo, pedí un tiempo para pensar en mí. Y me pregunté, no sobre el recorrido del personaje o la chicha del personaje, sino en la exposición [que representa] un fenómeno tan grande como este”, cuenta Alonso.
“La cuestión era ‘¿quiero seguir navegando en ese tipo de aguas, tan expuestas?’”, revela. La nueva serie retoma los códigos del atraco: un equipo que prepara uno, esta vez en París, usando las catacumbas de la capital francesa, y con un poco más de comedia e historias románticas, incluida una relación que involucra a Berlín.
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Cuando se le pregunta por su voz ronca, una de sus armas de seducción en la ficción, Alonso responde burlón no saber “de qué hablas”. Cita entonces al actor español José Sacristán, que una vez dijo que “a los 20 años tienes la cara que te han dado, a partir de los 50 tienes la cara de lo que has vivido. Imagino que la voz se va haciendo con lo que a uno le ha pasado”.
Para él, “La casa de papel” tiene un pequeño toque ibérico que la distingue: “hay un tipo de vibración, en lo emocional, en lo sentimental, y hasta diría en lo físico, más que en los referentes anglosajones que tenemos en mente en una película de atracos”.
Fuente: AFP.