En el marco de la iniciativa “Guarania Universal”, se presentará este jueves la canción “Aguyje Maestro”, un tributo a José Asunción Flores, el creador del género musical que identifica a los paraguayos. El objetivo principal es fortalecer los lazos generacionales entre referentes de la música local y mantener la vigencia de la guarania, que está con grandes probabilidades de convertirse en patrimonio cultural inmaterial de la humanidad ante la Unesco.
Ricardo Flecha, Juan Cancio Barreto, Purahéi Soul, El Princi y Patrick Altamirano son referentes locales de la música que hacen parte de “Aguyje Maestro”, que se lanzará este jueves a las 20:00 en el local de Radio Bemba y será un tributo a José Asunción Flores, creador de la guarania. “La idea es fortalecer los lazos generacionales y mantener la vigencia del género, en el marco de la campaña para que sea considerado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad”, explicó Ricardo Flecha, uno de los líderes de la iniciativa, a La Nación/ Nación Media.
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“Aguyje Maestro” es solo el primer lanzamiento de los varios que se tienen previstos en el marco de la iniciativa “Guarania Universal”. Según detalló Flecha, la productora ejecutiva del proyecto es Mirian Pacuá, presidenta de la asociación cultural “Somos Guarania”, que tiene el objetivo de preservar el género musical y, a la vez, vincularla con la preservación del ambiente, ideales que en su momento defendió José Asunción Flores.
Como parte de la iniciativa, se prevé en el futuro nuevos lanzamientos con otros referentes de la música local como Flow, Paiko, Chirola Ruiz Díaz y otros, adelantó Ricardo Flecha. Siempre en la espera de la declaración oficial de la guarania como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad ante la Unesco.
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Expectativas
La próxima reunión del Comité de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco se realizará en Paraguay, en diciembre de 2024, cerca del centenario de la guarania, recordó Ricardo Flecha. De ahí que existe gran expectativa de que el género musical paraguayo sea declarado como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Ricardo Flecha destacó, en este sentido, la labor de las instituciones gubernamentales, la sociedad civil y la embajada paraguaya ante la Unesco, a cargo de la señora Nancy Ovelar. “Se está haciendo un trabajo espectacular para el reconocimiento de todo lo que hace a la cultura paraguaya”, reflexionó para LN/NM.
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José Asunción Flores y el retorno a su amado Paraguay
Por Sara Valenzuela (sara.valenzuela@nacionmedia.com)
“Mombyry asyetégui aju ne rendápe...” (De tan lejos vengo junto a vos) expresan los primeros versos del poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero en una de las guaranias más conocidas de José Asunción Flores. Hace 33 años se registraba el retorno de los restos del creador de la guarania, que marcó un hito histórico del Paraguay, cuando el artista finalmente pudo descansar en su amada tierra tras estar fuera de su país desde 1947, cuando salió en calidad de exiliado político. El 11 de noviembre de 1991 la atención del país se volcaba en el aeropuerto para la bienvenida del gran maestro, a casi dos décadas de su fallecimiento en 1972.
Los restos del aclamado músico paraguayo fueron recibidos con una multitudinaria demostración de admiración y fueron sepultados en un mausoleo cubierto de una lápida de mármol, en una plaza asuncena, a orillas del arroyo Mburicaó.
“Fue como si el país hubiera recuperado al más eminente de sus artistas. Y así fue. La presencia de los restos del maestro en su patria fue como una reconciliación, largamente soñada, entre la cultura y la patria”, comentó Alcibiades González Delvalle periodista y editor del libro “Memorias. José Asunción Flores”, basado en escritos autobiográficos del músico en conversación exclusiva con La Nación / Nación Media.
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Flores falleció en vísperas de cumplir 68 años de edad, un 16 de mayo de 1972 en el sanatorio Mitre de Buenos Aires (Argentina), a consecuencia de complicaciones del mal de Chagas; y si bien su reputación como destacado músico a nivel internacional lo precedía, por su afiliación al Partido Comunista, el gobierno de la época no tenía intenciones de repatriar sus restos y mucho menos rendirle un homenaje a pesar del legado que dejó al Paraguay.
González Delvalle destacó que si bien se creó una comisión que gestionara su repatriación, todos los miembros fueron amenazados con la certeza de que las cenizas del maestro nunca vendrían al Paraguay, pero cuando cayó la dictadura en 1989, se reactivó la comisión en Asunción y Buenos Aires, cuyas gestiones culminaron en noviembre de 1991 con los restos de Flores en el Paraguay.
Hijo de la Chacarita
En el populoso barrio de la Chacarita, más precisamente en zona conocida como Punta Karapá, nacía un 27 de agosto de 1904 José Agustín Flores, nombre verdadero del destacado maestro. Hijo de María Magdalena Flores, una lavandera, y Juan Volta, un guitarrista.
Sus primeros años estuvieron marcados por interminables caminatas por Asunción, en donde trabajaba como lustrabotas, cartonero, repartidor de periódicos y cualquier trabajo que un niño en situación vulnerable pudiera realizar para ayudar al sustento del hogar.
Un castigo que lo cambió todo
Dentro de sus memorias, José Asunción Flores comentó que en una ocasión fue detenido por la Policía por robar un pedazo de pan de un negocio del barrio San Roque y terminó en un calabozo, y que tras este episodio y sus constantes huidas del hogar debido al maltrato de su padrastro, su propia madre, como un castigo, lo lleva a los 11 años a la Guardiacárcel en la Policía para que aprendiera un oficio; de ese lugar es derivado con otros niños como ayudantes de la Banda de la Policía e integran una bandalisa.
Así, José inicia sus estudios musicales junto a maestros italianos y paraguayos, y un modo de vida más disciplinado y formal, logrando pronto ocupar el sitio de trombonista, gracias a su habilidad musical; casi al mismo tiempo inicia sus estudios más formales de escrituración correcta de la música paraguaya y el estudio de la misma en profundidad.
En nacimiento de la guarania
Tomando como material de trabajo la polca “Maerapa reikuaase” de Rogelio Recalde, y realizando diferentes, arreglos a la misma, comienza a experimentar en la búsqueda de un ritmo que según el mismo, expresara el sentimiento de la gente de su tierra, su naturaleza, su historia, sus luchas, sus alegrías y sufrimientos.
El maestro Pellegrini le permitió ensayar su partitura con la Banda de la Policía y esa “solidaridad” marcó un punto de partida, ya que le permitió escuchar una estructura que se encaminaba a ser la guarania.
En 1925, en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel, se lanza “Jejuí”, pieza no cantada, con la que se oficializa el nacimiento de este género musical. El autor había elegido el nombre “guarania”, inspirado en versos de “En la fiesta de la raza” del poeta misionero Guillermo Molinas Rolón, publicado en 1913, que descubrió en el libro “Parnasos”.
“La guarania le dio una pronta popularidad a su creador. Se hicieron muy conocidas piezas como “Ka´aty”, “Arribeño resay” e “India”. La melodía de “India” llegó a cautivar al gran poeta, Manuel Ortíz Guerrero, quien pidió conocer personalmente a su autor y partir de aquí, una ejemplar amistad unió al poeta y al músico”, relató González Delvalle.
Destacó que fue el mismo Manuel Ortiz Guerrero quien le insistió a su amigo que fuera a Buenos Aires entendiendo el limitado espacio asunceno para los artistas inteligentes; y así fue como en la década de los 30 y tras haber sido combatiente en la Guerra del Chaco se alejó de su país para conocer nuevos escenarios y seguir creciendo como artista, sin olvidar nunca a su amado Paraguay.
Su legado
“José Asunción Flores, merece un sitial único porque él le dio a la humanidad un nuevo género musical, no solo un legado a la música paraguaya, porque él le da a la humanidad un nuevo género musical, y hay que ver cuantos compositores a lo largo de la historia universal le dieron un género musical a la humanidad y ese nivel, esa estrella la tiene José Asunción Flores”, destacó el compositor y cantante Francisco Russo en conversación con La Nación.
El mismo remarcó la valentía y el amor hacia su patria que demostró el maestro Flores a lo largo de su vida, recordando que debió ser persuadido por su amigo para salir del país, alejarse de las trincheras y seguir creciendo así fuera a costa de estar lejos de sus raíces por países extranjeros donde, si bien fue aplaudido, reconocido y aclamado, nunca olvidó su hogar ni dejó de lado su intención de volver al Paraguay.
El Ateneo Cultural José Asunción Flores (fundado en 1999) inició en 2009 los trámites ante la oficina de la Comisión Paraguaya de cooperación con la Unesco en el Ministerio de Educación para que la guarania sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Como primer paso de esta iniciativa, el Parlamento declaró, en 2010, a la guarania como Patrimonio Cultural de la República del Paraguay por ley 4072.
“Ahora a nosotros como paraguayos nos queda la tarea de honrar ese legado, y la difusión de su obra es una de las maneras de honrar su legado, eso sin contar que estamos a la espera de que la guarania pueda ser considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, cosa que hará que todos los paraguayos podamos decir fíjense y corroboren cuán importante fue lo que hizo un compatriota nuestro”, reconoció Russo.
Un lugar que no lo olvida
La pequeña casita en Punta Karapá donde nació y creció José Asunción Flores, continúa en pie en una de las colinas más altas de la populosa Chacarita. La misma se encontraba deteriorada por el paso del tiempo, cuando el músico y promotor cultural Arturo Pereira solicitó al municipio asunceno la restauración del sitio histórico, y fue reinaugurada como casa museo.
Si bien los esfuerzos de la familia Pereira fueron muchos para lograr que la casa museo prevalezca por su gran importancia histórica, la falta de rubros para este fin ha hecho que en el lugar no quede más que la casa, ya sin elementos históricos debido a que pueden ser robados, como ocurrió en una oportunidad donde una partitura que era la pieza más valiosa de la exposición fue robada y nunca recuperada.
Actualmente, la casa de José Asunción Flores es atendida y mantenida por Enrique Pereira y sus familiares, quienes abren el lugar a los turistas que quieran visitar el que fuera hogar del creador de la guarania y disfrutar de una de las vistas más privilegiadas de la zona, desde donde se puede observar la bahía de Asunción y la costanera.
En la zona también se pueden ver varios murales realizados por diferentes artistas que buscan perpetuar y recordar el paso de este gran músico por los pasillos que conducen a otras áreas del barrio; este homenaje solo refleja el gran respeto y admiración que aún guardan los vecinos del lugar que alguna vez fue el hogar de José Asunción Flores.
Datos Clave
- Un 11 de noviembre de 1991, fue cuando finalmente los restos del creador de la guarania descansaron en su amado Paraguay, tras estar 44 años fuera de su país, desde 1947, cuando salió en calidad de exiliado.
- En el populoso barrio de la Chacarita, más precisamente en zona conocida como Punta Karapá, nacía un 27 de agosto de 1904 José Agustín Flores, nombre verdadero del destacado maestro.
- En 1925, en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel, se lanza “Jejuí”, pieza no cantada, con la que se oficializa el nacimiento de la guarania como género musical.
- Flores falleció en vísperas de cumplir 68 años de edad, un 16 de mayo de 1972 en el sanatorio Mitre de Buenos Aires (Argentina).
- La pequeña casita en Punta Karapá donde nació y creció José Asunción Flores, continua en pie en una de las colinas más altas de la populosa Chacarita.
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Muestra fotográfica sobre la guarania llega al CPJ
La apertura de la muestra fotográfica “José Asunción Flores, creador de la Guarania”, un tributo al influyente compositor paraguayo y al género musical de la guarania, comenzará a las 17:00 horas del martes 12 de noviembre, en la sala Jacinto Riveros en el Centro Paraguayo Japonés (CPJ), ubicado en Julio Correa y Domingo Portillo, en Asunción.
La exposición estará abierta hasta el miércoles 27 de noviembre, en el horario de 8:00 a 20:00. invitando a niños, jóvenes y adultos a sumergirse en la historia de la guarania y de su creador, José Asunción Flores (1904-1972), a pocos meses de que se cumpla el centenario de su estreno en un concierto, en enero próximo. Está prevista una visita guiada que se comunicará oportunamente.
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La exposición busca revalorizar y promover este legado, alineándose con la campaña que impulsa la declaración de la guarania como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, que es impulsada por la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) con apoyo de organizaciones de la sociedad civil. En diciembre, Asunción acogerá precisamente la sesión anual de Unesco.
La muestra cuenta con el apoyo de Fondos de Cultura 2024 de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), el Ateneo Cultural José Asunción Flores y la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción. Flores nació el 27 de agosto de 1904 en el barrio popular de la Chacarita, en Asunción. Al ingresar a la Banda de Policía, inició un trabajo de escrituración correcta de la música paraguaya, de cuya experimentación surgió “Jejui”, pieza instrumental interpretada en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel, por un trío de músicos alemanes, en enero de 1925.
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José Asunción Flores, entre la dictadura y la democracia
- Por Aníbal Saucedo Rodas
- Periodista, docente y político
Los hiperbolianos insisten tozudamente en instalar la idea de que vivimos tiempos similares a la dictadura de Alfredo Stroessner. Lo hacen políticos de visión amputada por el fanatismo, la ignorancia o la mala fe en alianza con sus consortes mediáticos. Los sobrevivientes de la barbarie de aquella época son conscientes de que no existe una línea de aproximación siquiera. Los que nacieron a mediados de la década de los 80 no se interesaron en conocer ese periodo trágico de nuestra historia o, peor, lo aprendieron desde una perspectiva sesgada a partir de la reproducción oral de dichos acontecimientos, porque, lamentablemente, no forman parte de la malla curricular del sistema educativo nacional. Aunque debiera ser una asignatura obligatoria, detallando crudamente las violentas represiones –exilios, torturas, desapariciones y muertes– contra quienes mostraron resistencia a la brutalidad del régimen. Fue un gobierno deshumanizado que no tuvo piedad con nadie. Menos con aquellos que tenían un pensamiento autónomo.
El Departamento de Investigaciones de la entonces Policía de la Capital y la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos (“La Técnica”), dependiente del Ministerio del Interior, competían en saña y bestialidad a la hora de martirizar a sus víctimas para “hacerlas declarar” aunque sean inocentes. La simple sospecha de conspiración era credencial suficiente para someterlas a los más indescriptibles vejámenes. Descabelladas denuncias, en la mayoría de los casos surgidas de intrigas ocasionadas por celos políticos, hasta enemistades personales. Muchos detenidos entraron vivos y salieron muertos. O nunca más salieron, porque aún siguen desaparecidos. No era menos tétrica la Comisaría Tercera. Lo único seguro era la inseguridad que vivíamos. Uno podía ser apresado sin razón aparente ni procedimientos judiciales. La inapelable “orden superior” estaba por encima de la Constitución Nacional. Incluso, algunos antiguos aliados pasaron a convertirse en nuevos enemigos por confabulaciones palaciegas. Otros, con los estertores del régimen, se declararon abiertamente en contra de la continuidad del dictador, ubicándose en la línea de los “traidores”.
Alcibiades González Delvalle (Abc Color) y Antonio Pecci (Sendero, Criterio, Diálogo, Frente, entre otros) son dos sobrevivientes de las mazmorras del estronismo. El primero se volvió un habitué forzoso del Departamento de Investigaciones; el segundo, también protagonista del teatro de vanguardia, pasó unas “largas vacaciones” en Emboscada, donde, en compañía de Emilio Barreto, armó un elenco con los presos y realizó la representación de ocho obras. Ninguno se doblegó ante la dictadura. Ni arriaron su dignidad y coraje. Con Alcibiades y Antonio participé a inicios de semana de la presentación de una nueva edición del libro “Memorias de José Asunción Flores”, editado precisamente por ambos compañeros, con el agregado de un imprescindible contexto para su mejor interpretación. Fue en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, actividad organizada por la coordinación de las carreras de Ciencias de la Comunicación y de Letras. El creador de la guarania vivió y murió en el exilio. Pero, como dije en la ocasión, no fue el único. En el campo de la música sufrieron idéntico destino Carlos Lara Bareiro y Teodoro S. Mongelós; en la narrativa, Gabriel Casaccia Bibolini y Augusto Roa Bastos; en la poesía, Elvio Romero, y en la política y la academia, el republicano Osvaldo Chaves, fundador y primer director de la Escuela Superior de Humanidades, que sentó las bases para la actual Facultad de Filosofía. Como la lista sería interminable, me limité a citar esos ejemplos.
Para los nostálgicos de la bestialidad y la incultura y los que pretenden convencernos de que hemos retornado a los oscuros días de la dictadura vale como muestra para derrumbar el argumento de los mistificadores de la realidad el mismo acto del que estamos hablando. Un homenaje a José Asunción Flores era impensado en aquella época en que algunos eran felices y la mayoría no lo sabíamos. Por su orientación ideológica (fue recibido con honores en Moscú y China popular) no solo le impidieron el ingreso a su propio país, sino que hasta quisieron desconocer su paternidad como creador de este genero musical que está a punto de elevarse a la categoría de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidades para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Existirían, por entonces, tres escenarios posibles: 1) que el encuentro sea “totalmente prohibido” por orden superior, con suficientes policías y civiles mimetizados en los alrededores para que la arbitraria disposición se cumpla; 2) que el acto se realice por breves minutos hasta que irrumpan las fuerzas represivas para “disolver” a garrotazos a los asistentes y apresar a los “cabecillas”, y 3) el más kafkiano de los arrebatos de omnipotencia del “único líder”: el acto está permitido, pero nadie puede entrar.
La democracia no es un proyecto acabado. Es un proceso en constante perfeccionamiento. De construcción continua. La posibilidad de juzgar dentro de este modelo de gobierno los desaciertos y las virtudes de sus administradores temporales y de la clase política en general es la dialéctica insustituible para avanzar hacia un estadio idealizado de convivencia. Un estadio que irá ampliando su horizonte en la medida en que la sociedad ensanche el reclamo de sus derechos fundamentales. Flores habría sido un insobornable crítico a la situación que vivimos. Pero lo haría dentro de su propio país y sin riesgos de brutales represalias. Es todo lo que tenía que decir. Buen provecho.
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Flores y la guarania centrarán un panel en FFUNA
El lunes 4 de noviembre se presentará la segunda edición del libro “Memorias” del maestro José Asunción Flores, en el salón auditorio del Colegio Experimental Paraguay-Brasil (CEPB), ubicado en Comandante Gamarra y Gobernador Irala, en el barrio Itá Pytã Punta de Asunción, a partir de las 18.30.
Participarán del panel los editores del libro, los periodistas Alcibíades González Delvalle y Antonio V. Pecci, así como el Lic. Aníbal Saucedo Rodas, director del Centro Cultural de la República El Cabildo, y el doctor Pedro Caballero, de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (FFUNA).
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Luego de la intervención de los mencionados se proyectará un audiovisual con imágenes de la vida del creador de la Guarania y de sus principales obras populares y sinfónicas. El cierre del acto estará a cargo del Ensamble de la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional, que dirige el maestro Diego Sánchez Haase con una selección de guaranias.
El evento es abierto a todas las personas interesadas hasta llenar aforo. Ejemplares del libro en tapa blanda estarán a disposición del público. Organizan la Dirección de Investigación de la FFUNA, la Carrera de Ciencias de la Comunicación, la Carrera de Letras y la Academia Literaria Kavure’i, de la citada casa de estudios. Con el apoyo del Ateneo Cultural José Asunción Flores.
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