El actor estadounidense Joaquin Phoenix rehúsa tajantemente hacer comparaciones fáciles entre el emperador belicoso que interpreta en “Napoleón” y los conflictos que actualmente asolan el mundo. “Si estuviera en medio de un conflicto, lo último que querría es escuchar a un actor sentado en el Bristol” parisino (un hotel de lujo), dijo Phoenix a la AFP.
En una de sus primeras entrevistas desde el final de la huelga de actores en Hollywood, Phoenix se reunió con la AFP y un pequeño grupo de periodistas en París antes del estreno el miércoles de “Napoleón”, la última epopeya histórica del director Ridley Scott (“Blade Runner”, “Gladiador”).
“Hay gente que está experimentando dolor y angustias reales en este momento, y no quiero mezclar una película en la que participo, que costó un montón de dinero, con algo que está sucediendo. Simplemente me parece mal”, dijo el actor, ganador del Oscar por su papel de “Guasón” (2019).
Phoenix, de 49 años, dijo que había esperado más de 20 años para volver a trabajar con Scott después de su gran éxito con “Gladiador”, en la que interpretó a otro emperador, Cómodo. Luego bromea: Scott no le llamó hasta que “tenía una historia sobre un tirano petulante de estatura baja, y se dijo ‘¡tengo al tipo adecuado!’”.
El amor y la guerra
La película es una mezcla de batallas a gran escala en toda Europa y un retrato íntimo de la compleja relación de Napoleón con su primera esposa, Josefina, interpretada por Vanessa Kirby. Esa relación atormentada quedó preservada en la historia a través de las suplicantes cartas del general a su esposa.
“Era muy torpe socialmente. Yo lo veo como un romántico con el cerebro de un matemático”, dijo el actor. “Quería ser sincero, pero sus cartas... parece un adolescente enamorado, casi plagiando poesía”. “Hay algo casi conmovedor en ello, si no fuera también responsable de la muerte de millones de personas”, agregó.
“Imaginé que era frío y calculador como un gran estratega militar. Lo que me sorprendió fue el sentido del humor y lo infantil que era”, admitió Phoenix. Por su parte Kirby considera que la relación entre Napoleón y Josefina era fascinante, pero “agotadora”.
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“Siempre me pareció asombroso que este hombre que construyó un imperio pudiera escribir estas cartas”, afirmó. “Estaban inexorablemente atraídos el uno al otro, pero a mí nunca me pareció algo cuerdo, tranquilo, saludable; era obsesión y fascinación, y dinámicas de poder que fluctuaban”, agregó Kirby.
La investigación de los actores fue complicada. Napoleón ha sido una de las figuras históricas sobre las que más se ha escrito, y las versiones que han llegado a través de los siglos son muy diferentes. “Es muy difícil obtener una respuesta clara sobre muchas cosas”, dijo Phoenix, quien dijo que su interés estaba en encontrar “inspiración más que información”, a través de detalles como saber cómo comía y bebía Napoleón.
“Algunas cosas son ridículas; dos semanas antes de que comenzáramos a filmar, alguien me dijo ‘¿Sabes que Napoleón era zurdo?’. Y luego me tomó una semana desmentir eso”, agregó Phoenix con una sonrisa. Lo mismo ocurrió con Josefina. “Cada libro era completamente diferente. Tuve la sensación que [Josefina] interpretaba diferentes roles para sobrevivir”, dijo Kirby.
Ridley Scott, al asalto
El director Ridley Scott estrena “Napoleón”, el retrato cinematográfico de una de las figuras más complejas de la historia, un hombre más dispuesto a mandar a millones de personas al combate que a enfrentar sus pasiones amorosas. Joaquin Phoenix interpreta al militar de origen corso que puso a sus pies a media Europa en poco más de tres lustros, a principios del siglo XIX, hasta su derrota definitiva en Waterloo (1815).
La película, de casi 200 millones de dólares de presupuesto, se estrena el 23 de noviembre en la mayoría de países de América Latina y el 24 en España. Napoleón Bonaparte (1769-1821) es una de las personalidades históricas sobre las que más se ha escrito, y Scott intenta resumir su espectacular ascenso al poder y su estrepitosa caída en 2:39 horas.
La película arranca con la decapitación de la reina María Antonieta en París en el momento álgido (y más sangriento) de la Revolución Francesa, y el encuentro de Napoleón con una cortesana, Josefina de Beauharnais, viuda con dos hijos de una de las víctimas del terror revolucionario.
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Ese encuentro marca la vida del ambicioso oficial, que, según la tesis de la película, basada en las cartas amorosas que Napoleón le mandó durante años a Josefina, nunca dejó de amarla. Incluso cuando tuvo que separarse de ella porque Josefina (interpretada por la británica Vanessa Kirby) era incapaz de darle un hijo.
Scott dirigió a Phoenix (oscarizado en 2019 por “Guasón”) en “Gladiador” hace 23 años, también en el papel de un emperador, el romano Cómodo. Cineasta de múltiples facetas, Scott filma con eficacia las espectaculares batallas, entre ellas la desastrosa invasión que Napoleón llevó a cabo en Rusia, y las alterna con la peculiar relación amorosa del emperador con Josefina, en la que ella parece llevar la voz cantante.
“Dictadura implica sangre”
“Claramente, el hombre fascinó al mundo, ya sea como líder, diplomático, guerrero, político y, por supuesto, como dictador. La dictadura implica que se derrame sangre”, explicó a periodistas Scott en París. La figura del “pequeño cabo”, como se le conoce popularmente en Reino Unido, ha sido retratada en numerosas ocasiones en el cine.
El director francés Abel Gance lo hizo en 1927 con una película que utilizó técnicas audiovisuales revolucionarias. Marlon Brando encarnó a “Napoleón” en “Desirée” (1954). Stanley Kubrick (“2001, una odisea en el espacio”) no pudo en cambio llevar a cambio su proyecto, que ya tenía guion cuando el director falleció en 1999.
Scott muestra su dominio del cine de grandes masas, con centenares de extras que protagonizan espectaculares batallas. Pero para las escenas íntimas entre Phoenix y Kirby toma la apuesta arriesgada de dejar a ambos actores libre curso para recrear esa particular relación. La interpretación de ambos actores de Napoleón y Josefina aparece como una recreación moderna. Ambos reconocieron ante la prensa en París que tuvieron que documentarse en profundidad para enfrentar sus respectivos personajes.
“Era muy torpe socialmente. Yo lo veo como un romántico con el cerebro de un matemático”, explicó Phoenix. “Estaban inexorablemente atraídos el uno al otro, pero a mí nunca me pareció algo cuerdo, tranquilo, saludable; era obsesión y fascinación, y dinámicas de poder que fluctuaban”, agregó Kirby.
Fuente: AFP.