Por: Natalia Delgado
Gustavo Torres o Gutty, como le apodan sus amigos, es un músico paraguayo de 24 años. No recuerda bien cuándo comenzó su pasión por la música y -en particular- por la batería, pero menciona que desde que tiene memoria se las ingenió para crear ritmos con diferentes objetos.
“Desde que tengo memoria recuerdo que me pasaba golpeando ollas, cualquier cosa que pueda sacar algún tipo de sonido. Después empecé a armarme los sets de batería con cualquier cosa que se pudiera golpear”, rememora. El artista estima que su amor por la música es herencia de su abuela materna, quien cantaba en el coro de una iglesia. “Yo creo que de ahí viene mi amor por la música, pero la batería siempre fue mi mundo; soy de pensar que la gente nace para algo y esa cualidad se desarrolla con los años, a medida que uno crece”, agrega.
Un momento clave, donde Torres tomó la decisión de que quería aprender ese instrumento como sea, fue cuando vio por primera vez un show en vivo del grupo Maná en la TV, apenas tenía 7 años. “Me quedé impactado con la intro de “Ángel de amor” y pensé ‘quiero esto para mi vida, quiero llegar a eso’, ahí decidí que quería dedicarme a esto toda mi vida”, detalla.
Aprendizaje
“A los 10 años empecé a tocar en la Iglesia, fui aprendiendo por mi cuenta porque no tenía la posibilidad de poder estudiar con alguien. En ese momento mis padres empezaron a pasar por un momento económico difícil y, lastimosamente, no tuve la posibilidad de tener un profesor, pero igual me rebusqué para estudiar, mirando videos, escuchando canciones, mucha gente me aconsejó y me guió también, y así fui desarrollando”, explica el baterista.
El músico menciona que recién a los 14 años pudo ir a un conservatorio y tuvo un profesor que lo guió y le ayudó a desarrollar muchas cualidades que le faltaban. “Terminé el colegio y llegó el momento de elegir una carrera; siempre tuve en la cabeza que quería hacer música y llegar a mi objetivo. Mis padres no estuvieron de acuerdo, pero igual pedí que me dieran una oportunidad y viajé a Argentina para estudiar Ingeniería en sonido; al final tuve que volver a los cuatro meses por unos problemas de papeleo”, indica.
Él y Mati (vocalista de Los Ollies) ya se conocían desde épocas del colegio y un día decidió escribirle. “Empezamos a tocar y de ahí surgieron muchas cosas grandes para mí. Después de insistir mucho, empecé a tocar con gente muy conocida en el mundo de la música en Paraguay, como Rodrigo Quintás, Sari Carri, Orlando Bonzi y muchos jazzistas del ámbito local”, expresa.
La era de Los Ollies
La banda nació en el 2019 y se consolidó durante la pandemia. “Mati y José me llamaron para unirme al grupo, me mostraron la maqueta de ‘Vení a casa’ a finales de diciembre, que fue el primer tema que se lanzó”, explica el baterista. La canción se hizo conocida rápidamente en el ambiente, pero los jóvenes no podían dar ningún show por el confinamiento.
Durante esa etapa compusieron ‘No sé qué decirte’ y ‘No me digas que no te vas a quedar’, colaboración con Leito. Dos años después lanzaron ‘Deslizándome’ y les llegó la oportunidad de presentarse en el Asunciónico. “El proyecto a corto plazo de la banda es lanzar el último single antes del EP, que prácticamente ya está cocinado. Luego, la idea es salir a tocar fuera del país, mostrar lo que hacemos en otros lados porque hay interés. Eso es algo que nos motiva mucho”, agrega Torres.
Finalmente, el músico resalta que es importante mantener la humildad y deja un mensaje especial: “Hay que saber escuchar los consejos, las críticas y ser sabio para poder aplicar eso a la vida, ya sea en la música o en lo personal; es importante esforzarse por lo que uno ama, estudiando y preparándose, hay que enfocarse en la meta con pasión, hagas lo que hagas”.