Por Lucas Tigre, lucassstigre@gmail.com.
“Did You Know That There’s a Tunnel Under Ocean Blvd” (¿Sabías que hay un túnel debajo del bulevar Ocean?): con el título más extenso de su carrera, Lana del Rey bautiza su noveno álbum, que también resalta entre sus discos de mayor duración, con pistas de 5 a 7 minutos, como fue el caso de su popular sencillo “A&W”.
En un contexto personal y cultural muy diferente al debut a lo grande que fue “Born to Die” (2012), este flamante disco de 16 tracks, publicado el viernes 24 de marzo, parece ser el cierre de un arco que hubiera sido impensable diez años atrás, pero ya se fue previendo desde los discos anteriores de la compositora.
En su curiosa evolución, Lana abre este episodio comentando la historia de cómo se le ocurrió el título: leyendo en Long Beach se enteró de un túnel subterráneo en la ciudad, sellado y con mosaicos intactos en los techos, tal como cita en el sencillo que da título al álbum.
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Más reflexiva y optimista
Y a pesar de que en la canción se establece la relación de un lugar olvidado con el sentimiento de una persona que ansía ser amada y recordada; para el álbum podría tomar un nuevo sentido, ya que líricamente presenta una introspección profunda y emotiva, que antes pudo haber estado “sellada por el hombre”, a la vez que, musicalmente, es un mosaico de estilos y un viaje sonoro que parece echar en cara todo el tiempo la forma en que la cantante sabe hacer lo que hace.
La primera pista del disco, “The Grants”, es una canción sobre la muerte que polarizada con la apertura que fue “Born to Die”, nos presenta una Lana más reflexiva, apegada a su familia y optimista con la vida, alguien que no está sola, que, si bien sigue tocando los mismos temas, hoy lo hace con una visión más pacífica, incluso esperanzadora; ahora el punto final parece no ser la muerte, sino el “cielo”.
Como bien decía en una entrevista para Billboard en febrero pasado, este álbum solo confirma su intención de no hacer algo “grande” o “llamativo”, sino “cantar exactamente lo que piensa”. Es por eso que nos da paso a importantes confesiones que nos abren la puerta a su lado más íntimo, como es el caso de la visceral y catártica “Fingertips”, o incluso en “A&W”, donde además de narrar ciertas vivencias traumáticas, las remata mencionando ser “invisible” o “polémica” para poder defenderse al respecto.
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Un discurso religioso
En un álbum que no se conforma con aproximarse mucho al gospel, Lana incluye el “Judah Smith Interlude”, una espectacular transición que distrae de la música, pero no nos aleja de la construcción lírica de la antología, aportando un discurso religioso que menciona el deseo del pastor de ser “un hombre en amor” y no “un hombre en lujuria”, ahondando en el contraste de una vida familiar y una vida de libertinaje, curiosamente, muy cerca de canciones como “Sweet”, “A&W” y la misma canción homónima al disco, pistas donde Lana expresa quién es y al forma en que merece y desea tener amor.
Algo que ya fue visto en su evolución desde su cover de “The Other Woman” (de Jessie Mae Robinson y grabado por Nina Simone), incluido en “Ultraviolence” (2014), o más claramente en el álbum “Chemtrails over the Country Club” (2021): una mujer que aspira a establecerse y tener una vida sencilla. Sin olvidarnos de su primera colaboración con Father John Misty “Buddy’s Rendezvous” (2022), que lo dice mejor que cualquier explicación: “Living for no one costs me way more than it’s worth” (Vivir para nadie me costó más de lo que vale).
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Evolución con raíces firmes
Después de más de una década de carrera, Lana del Rey sigue haciendo lo impensable, “Did You Know That There’s a Tunnel Under Ocean Blvd” es mágico y surreal, y es publicado al fin en una era donde Lana recibe el apoyo y respeto que no tuvo en sus primeros años, habiendo sido fuertemente criticada por su estilo y la temática de sus canciones, que terminaron influyendo por encima de todo eso para construir la escena musical como la conocemos hoy. Tal vez en este contexto, quién sabe, este disco hasta pueda valerle el Grammy a Álbum del Año, que ya perdió cuestionablemente con su aclamado “Norman Fucking Rockwell!” (2019).
A pesar de su evolución, Lana sigue siendo fiel a su nombre, mencionando en la pista de apertura “It’s a beutiful life, remember that too for me” (Es una vida hermosa, también recuerda eso por mí), que parece ser una petición para sus oyentes, quienes se enamoraron de su forma de “romantizar” las cosas, que si bien fue lo más usado por sus detractores por las lamentables experiencias que vivió la artista, fue el camino para darle voz a quienes compartieron esas vivencias, y dar cabida a los artistas que conocemos hoy, en una era donde la música es lo que siempre debió ser: una forma de darnos fuerza en la vulnerabilidad.