El Festival Nacional de Orquestas Juveniles se realizó por primera vez en la ciudad de Asunción, en el marco del festejo de los 20 años de Sonidos de la Tierra, ocasión en la cual participaron 1.400 niños y jóvenes de 65 comunidades de 16 departamentos del país, hecho que marcó el reencuentro luego de dos años de pandemia.
El concierto de la megaorquesta de Sonidos de la Tierra comenzó a las 17:00 y lanzó un mensaje de esperanza a la ciudadanía, donde también estuvieron como invitados especiales la Orquesta H2O, con el Arpa de Agua, la Camerata FEM y Tierra Adentro.
Este megaconcierto se desarrolló en la SND Arena (Secretaría Nacional de Deportes), con la participación de niños y jóvenes que forman parte de la Red Sonidos de la Tierra, quienes demostraron el poder del arte. Un emocionante reecuentro que se inició desde horas de la madrugada de este sábado, con la llegada de cada una de las delegaciones, que con mucha emoción y expectativa iniciaron el día con las prácticas respectivas de los participantes.
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Este concierto tuvo lugar grandes interpretaciones incluyendo repertorios de importantes artistas del mundo como las canciones de Vangelis, Rolling Stones, Coldplay, y como no podían faltar las clásicas obras musicales de Paraguay como Panambi Vera y Arroyos y Esteros, y otras grandes canciones de la cultura paraguaya.
Espectáculo musical
El espectáculo musical, tuvo una pausa para dar el mensaje de esperanza, que estuvo a cargo del fundador de Sonidos de la Tierra, el maestro Luis Szarán, quien expresó que este evento significó un reencuentro de los niños y adolescentes con la ciudadanía tras la dura pandemia que no solo afectó al país sino a todo el mundo.
“Sonidos de la Tierra es una red en la que los pueblos se conectan. No es el objetivo formar músicos sino buenas personas a través de la pedagogía ‘Orquesta Escuela de Vida’, con la que se aprende disciplina, trabajo en equipo, honestidad, actitudes democráticas, solidaridad. El joven que participa energiza a las comunidades y alimenta desde un punto de vista cultural”, expresó Szarán.
Por su parte, la directora ejecutiva de Sonidos de la Tierra, Natalia García, destacó que el evento va más allá de la música y significa el importante reencuentro para seguir con el espacio de compartir experiencias. “La idea es dejar un mensaje de esperanza a la ciudadanía. Este festival va más allá de la música: es un lugar de encuentro, compartir experiencias, donde los coordinadores de cada comunidad hicieron un gran esfuerzo para traer a todos los participantes”, mencionó.
Sonidos cambia para bien
Mientras tanto, algunos de los protagonistas de este show también expresaron sus sentimientos ante este evento realizado como un reencuentro, como Lorena una joven de 17 años del Conversatorio don Plácido Mareco de la ciudad de Itacurubí del Rosario, departamento de San Pedro, quien señaló que “cada vez que ejecuto el violín siento algo único, emocionante, es algo que me llena”.
La joven dijo también que “Sonidos cambia para bien a la gente. Hay casos de gente que salió de la adicción gracias a este programa y hoy tienen una nueva oportunidad, tienen trabajo. Además de música, aprendemos valores de respeto, tolerancia, empatía y ayudar a los demás”.
El primer Festival de Orquestas Juveniles Sonidos de la Tierra se realizó en el 2003 en la ciudad de Caacupé, un año después del inicio de Sonidos de la Tierra. Desde ese momento, este encuentro se volvió tradicional y se ha venido realizando año tras año, de manera ininterrumpida hasta 2019.
En estos años, Sonidos de la Tierra ha impactado de manera positiva en la vida de más de 20.000 niñas, niños y jóvenes y sus familias, a través del desarrollo de habilidades para la vida con el potencial diferenciador de la música, el cuidado del ambiente y el liderazgo comunitario.
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