La Cámara de Senadores realizó ayer jueves un homenaje al equipo de producción de Paz Encina por su tercer largometraje titulado “Eami”, que alterna fragmentos de entrevista con el rostro inmóvil de una pequeña niña que merodea por la selva tropical paraguaya, mientras su comunidad se ve obligada a abandonarla por la deforestación.
La película paraguaya destaca el alto contenido cultural del pueblo indígena ayoreo totobiegosode. “Eami” significa “bosque y mundo”, por lo que la trama gira en torno a la realidad de esta comunidad. Este material audiovisual fue galardonado en el Festival Internacional del Cine de Róterdam, con el premio principal de la competencia, el Tiger Award.
Al respecto, la cineasta había dicho que “Eami” es la historia de los desterrados. “Es la memoria de los pueblos que tuvo que dejar su lugar de origen en aquel monte, para adaptarse a la vida de los cañones, palabra que en ayoreo significa insensible o insensato”, señaló Encina al Senado.
Eco internacional
Cabe mencionar que el jurado del Festival de Rotterdam manifestó la connotación poderosa asociada a la película que la directora Encina y su equipo de producción lograron construir a través de una narrativa fuerte que se sostiene visual y poéticamente, poniendo las luces sobre las masacres globales que sufre los pueblos indígenas. Por su parte, algunos senadores agradecieron a la reconocida cineasta por su labor en favor a los derechos de los pueblos originarios y la importancia puesta en la necesidad de fomentar la cultura histórica del Paraguay.
Así también, destacaron el valor ilustrativo, estratégico y político que este filme demuestra a la sociedad internacional, dejando a la vista las condiciones lamentables por las cuales atraviesan las comunidades ancestrales, que fueron parte de la trayectoria histórica de todo el continente americano. Igualmente, felicitaron por el trabajo realizado, el cual tuvo eco en Latinoamérica y el mundo.
Piden escuchar reclamos del pueblo ayoreo
La directora de cine agradeció el reconocimiento otorgado al equipo de producción. “Es un esperado momento para mí y para todo el equipo, el poder estar aquí, y mis palabras en este acto, así como en la película, espero sean un puente para extender el reconocimiento a un aguerrido pueblo”, sostuvo.
Del mismo modo, comentó que durante el rodaje preguntó a miembros de la comunidad qué era el amor para ellos. “Esto es el amor, estar juntos compartiendo”, contestaron. En ese sentido, lamentó que esta palabra es ajena a quienes solo entienden de comprar y vender la tierra, a quienes despojan a los más vulnerables de sus hogares.
Con estas declaraciones, la cineasta instó a las autoridades nacionales a entender el motivo de los reclamos del pueblo ayoreo, que todavía persiste y subsiste en los golpeados montes del Chaco paraguayo, sosteniendo el verdadero significado de lo que es la humanidad, la que respeta la vida diversa del territorio y puede existir en generaciones sin destruirlo.
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“Les propongo que escuchemos a uno de los representantes, que está hoy aquí, pero antes les pido que guardemos silencio por sus abuelas muertas tras la invasión que les despojó de sus tierras”, expresó. Tal es así que Taguide Picanerai, uno de los actores de la película, al tiempo de agradecer por el homenaje, dijo que es lamentable que algunas autoridades consideren los derechos del pueblo ayoreo como invasiones en términos criminales y condenen la lucha por la división justa y la devolución de las tierras.
“Me disculpan si tengo una voz quebrada, porque eso es lo que tengo y siento hoy por mi pueblo, porque muchas veces más allá de retener nuestra fuerza y llevar adelante nuestros reclamos, no es fácil. Como pueblos indígenas en nuestras comunidades, muchas veces al reclamar nuestros derechos no sabemos si en realidad vamos a estar de nuevo con nuestra familia”, señaló, así como mencionó que tienen la esperanza de que en algún futuro el Estado les devuelva lo que legítimamente les corresponde.