Mañana jueves, 9 de junio, se conmemora el Día del Arpa Paraguaya y los 70 años de la muerte del gran cultor del arpa paraguaya Félix Pérez Cardozo. En este sentido, la Asociación de Arpistas Paraguayos Asociados (ARPA) organiza un gran concierto de arpas en el salón García Lorca del Centro Cultural Carlos Colombino de la Manzana de la Rivera de Asunción, a las 19:00.
En la ocasión, ARPA presentará el “Libro de compositores ARPA, volumen II”, recordando los 70 años de la desaparición de Pérez Cardozo. Se trata de un material de músicas escritas para apoyar al docente, los intérpretes y socios compositores del arpa paraguaya en el país.
El “Libro de compositores ARPA, volumen II” contiene obras de Norma Ortega, Vicky Díaz, Blas Flor, Lisandro Cardozo (+), Jorge Luis Roig, Cristóbal Pedersen, Gerardo Espinoza, Carlos Caballero, Elías Balbuena, Benito Martínez Lesme, Alcides Ovelar y Miguel Ángel Ramírez.
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Con el objetivo de seguir creciendo como organización, ARPA invita a todos los intérpretes arpistas y fabricantes de arpa paraguaya a formar parte de la asociación. Posterior al lanzamiento, los arpistas Papi Basaldúa, Alcides Ovelar, Vicky Díaz, Marcos Lucena, Norma Ortega, entre otros artistas, brindarán un espectáculo artístico a los presentes.
Arpa paraguaya
El 9 de junio de cada año, en conmemoración del fallecimiento del gran cultor del arpa paraguaya Félix Pérez Cardozo y por decreto Nº 17.488 de 1997, quedó establecido como Día Nacional del Arpa Paraguaya. El arpa, originaria de África, llegó a América de la mano de la conquista española alrededor del año 1500.
El instrumento fue adoptado por los pueblos originarios, que lo perfeccionaron a su manera. Además de construirla con madera americana, principalmente palisandro, pino o cedro; le quitaron los pedales y las clavijas, logrando una notable estilización del objeto.
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A diferencia del arpa europea, la versión paraguaya del instrumento, que se convirtió en diacrónico, obliga a ejecutar la melodía con la mano derecha, usando las uñas en lugar de las yemas de los dedos como los arpistas clásicos; mientras que el acompañamiento se hace con la mano izquierda. Además, durante su exilio en Buenos Aires, el arpista paraguayo Félix Pérez Cardozo le agregó al instrumento cuatro bordonas, elevándolo de las 32 cuerdas tradicionales a 36.