Por Carlos Miguel Giménez, carlos.gimenez@nacionmedia.com.
¡Qué semana, Paraguay! Tras todo lo acontecido con Asunciónico, Doja Cat, Taylor Hawkins… el show de a-ha llegó este domingo último como un bálsamo, un prolijo recital, enérgico y conectado con el público paraguayo, además, los músicos noruegos se animaron a palabras en guaraní.
Luego de cuatro décadas de trayectoria, el trío original liderado por el cantante Morten Harket, junto al tecladista Magne Furuholmen y el guitarrista Paul Waaktaar-Savoy, por fin aterrizó en suelo guaraní, en una gira que los vuelve a poner a tocar en escenarios ante una audiencia presencial tras dos años, debido a la pandemia.
La gira tiene también por motivo conmemorar un aniversario ya atrasado por culpa del COVID-19: los 35 años de “Hunting High and Low”, su primer disco publicado en el año 1985, que los puso en el mapa internacional y en la historia de la música pop con su súper ultra archi mega conocido éxito “Take On Me”.
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Con esa premisa, a-ha subió al escenario del Arena SND a las 21:15, arrancando con los temas más tranquilos y menos conocidos de su álbum debut, como “Train of Thought” o “The Blue Sky”. Previamente, la apertura del recital a cargo de la banda nacional Deliverans.
De entrada, Morten Harket saludó a la audiencia y dijo gracias en español, pero la formalidad estuvo a cargo de Magne Furuholmen, quien pronunció: “Mba’eichapa” (cómo están, en guaraní), y explicó que volvían a tocar en vivo luego de dos años, y que esta era su segunda presentación, después de iniciar la gira en Buenos Aires, el viernes pasado.
Convertidos en quinteto con sus invitados de tour, el baterista Karl-Oluf Wennerberg y el bajista Even Ormestad, la agrupación a-ha se escuchó bien, con toda la base ochentera del synth-pop, pero con la energía rockera que permite el show en directo.
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Así, la velada iba en ascenso para los seguidores, hasta que llegó la artillería de éxitos: “Hunting High and Low”, que da título al emblemático disco, “The Sun Always Shines on T.V.” y, finalmente, la explosión eufórica que supuso “Take On Me”, con el que se alzó toda la platea para bailar y corear.
Con ese clímax cerró el bloque de homenaje al primero de sus diez discos publicados (el último salió en 2015), y la banda se despidió fugazmente, porque apenas dos minutos después regresaron con “Sycamore Leaves”, un tema que no está entre los clásicos, del cuarto disco “East of the Sun, West of the Moon” (1990), pero efectivo para la transición moderada.
Entonces, Paul Waaktaar-Savoy fue quien habló en guaraní: “Rohayhu” (les quiero). Al guitarrista noruego le tocó presentar “Forest For The Trees”, al que siguió “You Have What It Takes”, ambas canciones en estreno exclusivo, que estarán en su próximo disco “True North”, previsto para octubre.
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A continuación, retrocedieron hasta el segundo disco, “Scoundrel Days” (1986), con el tema “The Swing of Things”; pero si el oído masivo necesitaba del hit, pegado vino “Crying in the Rain”, que sembró una emoción contenida ante este monumental cover, presente también en su mencionado cuarto disco, y que es una composición original de Carole King, de 1962.
Instantes previos a la poderosa balada, el tecladista Magne Furuholmen tomó nuevamente el micrófono, esta vez todo en inglés, para agradecer por la bienvenida en su primer viaje a Paraguay y dijo que esperaban poder volver muy pronto. Así también fueron presentados los músicos invitados.
Vino la tercera pausa, también muy breve, con un auditorio que se mostraba lleno, aunque no repleto, y que siguió bailando distendidamente con el ritmo que era capaz de contagiar a-ha. El “olé, olé” se impuso para agasajar la última entrada de los músicos, ya se sabía que el final estaba cerca.
La canción que da nombre a su segundo disco, “Scoundrel Days”, abrió la última parte, un bloque casi corrido, que siguió con “I’ve Been Losing You” (también del segundo disco), remarcando una enérgica y pegadiza instrumentación, que acompañó un juego de luces de colores más intensos.
Para el broche de oro, a-ha se mantuvo en los ‘80s y eligió “The Living Daylights”, su éxito que fue tema principal de la película “Su nombre es peligro” (The Living Daylights, en inglés), de 1987, la decimoquinta entrega de la saga de 007 James Bond, y la primera que protagonizó Timothy Dalton, luego de la serie de films de Roger Moore.
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En un tramo, el coro de “Oh, the living daylights”, el vocalista cambió a “living in Asunción”, y se prendieron las luces para agitar a las masas a corear el estribillo original con la máxima potencia, mientras la agrupación metía acordes de la famosa pista del “Tema de James Bond”.
“Gracias Asunción”, y más agradecimientos, así se despidió a-ha; no hubo bandera paraguaya, pero los cincos músicos se reunieron en la zona frontal del escenario a despedirse, abrazados con el cántico del “olé, olé, a-ha, a-ha”. Las luces se encendieron, marcando el reloj 22:50, mientras el público se retiraba, todavía sonaban algunos murmullos o silbidos con el “oh, the living daylights” hasta el exterior del auditorio.