Símbolo de la resistencia a la dictadura de los coroneles y célebre por la música de “Zorba el griego”, el gran compositor griego Mikis Theodorakis murió en Atenas a los 96 años, informaron el jueves fuentes del hospital en el que estaba internado.
Si bien saltó a la fama mundial por la película de 1964 protagonizada por Anthony Quinn, Theodorakis es autor de una obra prolífica que va desde sinfonías hasta oratorios e incluye una importante contribución a la renovación de la música popular.
En cuanto a bandas sonoras de películas, compuso una veintena, entre otras las de “Z”, “Estado de Sitio” y “Sérpico”. Padecía problemas cardíacos desde hace unos años y había tenido que ser hospitalizado. “Mikis Theodorakis pasa ahora a la eternidad. Su voz ha sido silenciada y con él todo el helenismo”, dijo el jueves el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, que decretó tres días de luto nacional.
“Hoy hemos perdido una parte del alma de Grecia. Mikis Theodorakis, nuestro Mikis, el profesor, el intelectual, el resistente, se ha ido. El que hizo que todos los griegos cantaran a los poetas”, añadió la ministra griega de Cultura, Lina Mendoni.
El presidente de la República, Eikaterini Sakellaropoulou, elogió a un “gran creador griego y universal, un valor inestimable para toda nuestra cultura musical que dedicó su vida a la música, al arte, a nuestro país y a sus habitantes, a las ideas de libertad, justicia, igualdad y solidaridad”.
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Nacido el 29 de julio de 1925 en Quíos, en el Egeo, en una familia de origen cretense, Mikis Theodorakis participó de muy joven en la resistencia contra los nazis y con el correr de los años se convirtió en una suerte de monumento nacional en Grecia.
Activo con los comunistas durante el conflicto civil que estalló en Grecia tras el Segunda Guerra Mundial, fue deportado a la isla prisión de Makrónisos, donde fue torturado. Luego de esto partió a París para estudiar en el conservatorio.
De regreso a Atenas, se vinculó con Grigoris Lambrakis, diputado del partido de izquierda EDA, asesinado en noviembre de 1963 en Tesalónica por la extrema derecha con la complicidad del aparato del Estado. El filme “Z” de Costa Gavras está precisamente dedicado a este caso. Theodorakis fue detenido desde el inicio de la dictadura de los coroneles, que comenzó el 21 de abril de 1967.
Exilio y popularidad
Amnistiado un año más tarde, lideró un movimiento clandestino y fue colocado bajo arresto domiciliario. Su popularidad no dejó de crecer y, para intentar silenciarlo, los coroneles lo vuelven a encarcelar y prohíben su obra. Se convirtió en símbolo de la resistencia a la dictadura y la junta se vio obligada finalmente a dejarlo partir, a París, ante la presión de la comunidad internacional.
Cuando cayó la dictadura en 1974, una multitud lo recibió el 24 de julio en el aeropuerto de Atenas coreando su nombre. En aquel momento decidió brindar un sorpresivo apoyo a Constantin Caramanlis, el estadista de derecha que organizará la vuelta de la democracia. Una frase que se le atribuye: “Caramanlis o los tanques”, provocó durante mucho tiempo el enojo de sus camaradas de izquierda.
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Durante la crisis financiera que afectó hace unos años a Grecia, se manifestó contras las medidas de austeridad impuestas por los acreedores del país (Banco Central Europeo, Unión Europea y Fondo Monetario Internacional). En 2012, recibió gases lacrimógenos cuando protestaba frente al parlamento en Atenas.
En los últimos años, Theodorakis militaba contra el acuerdo firmado por Grecia y Macedonia sobre el nuevo nombre del país vecino, que pasó a ser Macedonia del Norte. El compositor estaba casado con Myrto, su compañera de toda la vida, y tenía dos hijos, Marguerite y Georges.
Fuente: AFP.