“Pavlos era mi niño, nuestro niño, amaba la vida, quería ser libre”. Magda Fyssas perdió a su hijo, un rapero antifascista, asesinado en 2013 cerca de Atenas por un dirigente del partido neonazi Amanecer Dorado. Su combate sin tregua, protagonista de un documental, fue determinante en la condena de la organización criminal.
La madre de Pavlos Fyssas, con su rostro marcado por el duelo y vestida de luto, se ha convertido en la figura emblemática de un proceso histórico de más de cinco años, sin el que el partido neonazi, entonces tercera fuerza política en el parlamento griego, seguiría actuando en total impunidad.
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Sus lágrimas, sus gritos de rabia, sus puños apretados ritman la nueva película de la periodista y directora Angélique Kourounis “Amanecer Dorado: un asunto de todos”, que fue premiado en julio en el festival de documentales de Tesalónica.
Y es que “¿cómo imaginarse que esto pueda ocurrir? No te puedes creer que tu país haya llegado al extremo de que los nazis salgan a las calles y maten a plena luz del día”, exclama Magda Fyssas. “Nunca hubiera imaginado que pudiera perder a mi hijo asesinado en 2013 por los nazis. No, es un asesinato político”, asegura en la película.
Es la idea que la ha guiado en su batalla judicial, desde la muerte de su hijo, el 18 de septiembre de 2013 en Keratsini, cerca de Atenas, apuñalado a los 34 años por sus canciones comprometidas. Este asesinato llevó los proyectores hacia la violencia del partido neonazi, y condujo a la apertura de un proceso contra el homicida Yorgos Roupakias aunque también contra más de medio centenar de dirigentes y antiguos diputados del partido neonazi.
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La alegría de Magda dio la vuelta al mundo, conmovedora y sincera, cuando el tribunal de Atenas calificó a Amanecer Dorado de “organización criminal” el 7 de octubre de 2020, mientras una muchedumbre aclamaba el veredicto al término de un largo proceso.
“Pavlos, lo lograste”, gritó a la salida del tribunal con los brazos tendidos al cielo, ante las calles llenas de gente. El jefe de Amanecer Dorado Nikos Michaloliakos y sus principales acólitos duermen ahora en la cárcel con penas de 10 a 13 años.
“Nadie me debe nada”
En su segundo film, “Amanecer Dorado: un asunto personal” en 2016, Angélique Kourounis relata durante cerca de dos horas el proceso histórico, la presión de una madre que libra la batalla junto a sus abogados, su paciencia mientras espera la hora “de la verdad”.
Siete años desfilan en función de las manifestaciones. Por un lado, el chasquido de las botas, las camisas negras y el himno paramilitar de Amanecer Dorado. Por otro, los manifestantes que desfilan a gritos de “nunca más el fascismo” y “Pavlos vive”.
En la sala del tribunal, la infatigable Magda Fyssas hace frente a los militantes de Amanecer Dorado. Al frente de las marchas, aplaudida por griegos emocionados en los balcones, camina, con gafas negras, bajo las banderolas con la efigie del rapero asesinado.
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“Nadie me debe nada, todos tenemos una deuda con Pavlos”, estima. Al asistir al documental, durante una proyección privada esta semana en Atenas, Magda se derrumba ante la imagen ensangrentada de su hijo. “Para mi sigue siendo muy duro”, confiesa a la AFP. “Nunca he perdido las emociones que he tenido todos estos años. Nunca he olvidado”.
“Mi combate personal se muestra perfectamente en el filme”, resume. Un rodaje bajo alta tensión, jalonado de violencia en las manifestaciones. El periodista Thomas Jacobi, que filmó las imágenes, fue violentamente agredido por militantes de Amanecer Dorado por haber grabado las bambalinas del partido neonazi.
Todo el equipo del documental realizará una gira en Francia a primeros de agosto, antes de una proyección en septiembre en Keratsini por el 8º aniversario de la muerte de Pavlos Fyssas.
Fuente: AFP.