El Culto Casero estrenó “Domar serpientes, el 16 de julio pasado, un nuevo disco que sobrevuela la estética de los años ‘80s y que combina el poder de los sintetizadores viajeros, el folk, el hip hop y acaso un homenaje a clásicos del pasado. Su primer corte se titula “Ruido blanco”.
Óscar Gómez (guitarras), Alan Contrera (batería, voz), Emerson Balbuena (teclados), Esteban “Tutu” Villalba (percusiones), Ale Iriarte (bajo) y Franco Ocampo (guitarras, voz) abren así la puerta a un nuevo sonido en este disco de siete tracks producido por Mauricio Román y con colaboraciones festivas de algunos músicos míticos de Paraguay como Roberto Ruiz Diaz “Chirola” (Kchiporros) y Matías Caballero (Mati y Los Ollies) y otros ya históricos en la escena, como los integrantes de la banda paraguaya de culto La Secreta.
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“Domar serpientes” fue grabado y mezclado por Mauricio Román en Estudio Ciudad Nueva, en Asunción, entre junio y diciembre de 2020; cuenta con la coproducción de Jaguarete123 (Franco Ocampo), integrante de la banda. Masterizado por Daniel Ovie. Como entrenador vocal aparece el músico, compositor y productor Mike Cardozo, miembro de La Secreta.
Las canciones son “Areguá”, “Ruido blanco”, “Rompecabezas”, “Interludio”, “Lucha de gigantes” (del español Antonio Vega, grabada en 1987 por Nacha Pop; canta Chirola), “Escaleras” y “Abasto” (con Matías Caballero en los coros).
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“El radio de la luz”
Con su dream pop fresco, juvenil y reinventado en clave latina, El Culto Casero se convirtió en una de las bandas más relevantes de la escena alternativa paraguaya cuando sus integrantes aún eran adolescentes.
Desde el 2014, el sexteto autogestivo ha recorrido la escena local con sus canciones de indie confesional que imaginan a la ciudad de Asunción bajo su prisma intenso y ensoñado, y que quedaron cristalizadas en “El radio de la luz”, su primer EP (2018), que incluye los temas “Una ciudad”, “Ofuscado”, “Entre los colores”, “Nubes negras”, “Cementerio” y “10 pies de radio de luz”.
La pandemia y el confinamiento reciente encuentran ahora a la pandilla lejos de los escenarios donde formaron su identidad, pero entrando a una nueva etapa. Más maduros y orientados a las posibilidades de la música electrónica,