El Tribunal Supremo de Cuba informó el jueves pasado que 62 personas han sido juzgadas en la isla por delitos cometidos durante las protestas del 11 y 12 de julio pasados. “Las personas que se han puesto a disposición de los tribunales son aquellas cuyas conductas han sido constitutivas de delito”, dijo Joselín Sánchez Hidalgo, magistrado del Tribunal Supremo Popular, al diario oficial Granma.
Señaló que el principal delito presente en 53 de los casos es “desorden público”, y que se presentan también otros menos frecuentes como resistencia, desacato, instigación a delinquir y daño. Hace una semana las autoridades judiciales ya habían informado de 59 enjuiciados, sólo tres menos de los que dieron cuenta este jueves.
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Miles de personas se manifestaron en más de 40 ciudades de Cuba por falta de libertad y por las precarias condiciones económicas, dejando un saldo de un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos. Casi cuatro semanas después de la protesta social, las autoridades no han informado la cifra de detenidos relacionadas con las manifestaciones.
Para estos delitos se prevén multas de hasta de 300 pesos (unos 12 dólares) o penas de cárcel de uno a cuatro años, dictadas por tribunales municipales en juicios sumarios. Organizaciones sociales han denunciado que más de 700 personas han sido detenidas y familiares de sancionados se quejan en redes sociales de falta de garantías procesales por la ausencia de abogados defensores en algunos casos.
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“El tribunal dio todas las facilidades para que a los acusados que tuvieron la intención de nombrar abogado, se les garantizara ese derecho”, aseguró el funcionario. De los juzgados hasta el momento, 22 comparecieron asistidos por abogados; uno resultó absuelto, y 45 han establecido el recurso de apelación, 40 de ellos con abogado designado, dijo Sánchez.
También informó que a 21 sancionados que se encontraban en libertad condicional y participaron en las protestas e incumplieron con obligaciones impuestas por la ley, les fue revocada la medida y volvieron a prisión. “Podemos asegurar que en los procesos judiciales tramitados hasta ahora se ha mantenido una observancia estricta” de las garantías previstas, dijo el magistrado.
Miles de jóvenes comunistas de Cuba tomaron el jueves en una caravana el tradicional Malecón y algunas plazas de La Habana, a tres semanas de las inéditas protestas que sacudieron a la isla y en medio del índice más alto de coronavirus desde que inició la pandemia.
La manifestación convocada por la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba “por la paz, el amor y la solidaridad”, se realiza a 27 años del “Maleconazo”, la única protesta masiva que enfrentó Fidel Castro después del triunfo de la revolución en 1959, y el antecedente más cercano a los reclamos sociales del 11 y 12 de julio pasado, que dejaron un muerto, decenas de heridos y cientos de muertos.
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“Me motiva a participar la convocatoria que nos hicieron, y tratar de dar paz y tranquilidad. ¡Qué es lo que nos hace falta!”, dijo a la AFP, Odalys Izquierdo, de 29 años y conductora de un bicitaxi eléctrico amarillo. Izquierdo señaló que los jóvenes comunistas marchan contra los “líos y cosas” generadas por miles de manifestantes que salieron a las calles en julio.
Hartos de la escasez de alimentos y medicinas, las personas salieron el 11 de julio a protestar al grito de “Tenemos hambre”, “Libertad” y “Abajo la dictadura” en más de 40 ciudades. El presidente Miguel Díaz-Canel también se reunió el jueves en la Universidad de La Habana con jóvenes campesinos, estudiantes y trabajadores independientes, entre otros.
“A nuestros jóvenes hay que escucharlos como las más importantes personas que son”, dijo el presidente en Twitter. En una mañana soleada, se unieron a la caravana un sinnúmero de automóviles, medio centenar de ciclistas, unos 20 motociclistas, patinadores y hasta un manifestante en gocar, para recorrer el Malecón, que amaneció con fuerte presencia de policías y elementos de seguridad.
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En el recorrido al lado del mar, los manifestantes mostraron banderas cubanas y rojas de diferentes tamaños, e iban acompañados por un camión de la era soviética con una pantalla abordo que trasmitía conciertos y marchas anteriores. Una hilera de personas sobre la acera acompañó el paso de los jóvenes.
“Necesitamos marchar y llevar adelante la revolución”, dijo Yoennis Quiala, un transportista privado de 34 años que conduce un Chevrolet modelo 1953, color terracota. Las concentraciones convocadas este jueves ocurren en momentos en que Cuba reporta la segunda jornada más alta de fallecidos (93) por COVID-19 desde que se presentó el primer caso en la isla en marzo de 2020. El jueves el país suma 8.399 fallecidos y 431.013 casos.
“Reiteramos la exhortación” de “protección, del distanciamiento del nasobuco, pero juntos a defender a nuestros principios, nuestra revolución, la soberanía de Cuba”, dijo el jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud, Francisco Durán, en su habitual conferencia de prensa.
Un grupo de personas de un pequeño pueblo rural en el noreste de Cuba será juzgado por apedrear un policlínico, según informó el miércoles un medio estatal, que identificó el hecho como el primer acto violento registrado después de las inéditas protestas del 11 de julio.
“Personas inescrupulosas arremetieron este lunes 2 de agosto contra el policlínico” de Cacocum, en la provincia de Holguín, 730 km al noreste de La Habana, señaló el portal oficial de noticias Cubadebate, que no aportó la identidad de los participantes en este hecho que calificó como “vandálico”. El ataque solo dejó daños menores en la fachada del inmueble.
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El medio digital precisó que esos ciudadanos, que ya están “a disposición de la ley”, “apedrearon” el centro de salud de Cacocum, un pueblo de poco más de 8.000 habitantes, donde se atendían personas con COVID-19. Este es el primer hecho violento que reporta un medio oficial tras las manifestaciones del 11 y 12 de julio, cuando miles de cubanos marcharon en más 40 ciudades del país al grito de “Tenemos hambre” y “Libertad”, en medio de la peor crisis económica en décadas y de un fuerte repunte del coronavirus.
Aunque el medio relaciona ambos eventos, no menciona las motivaciones detrás del lanzamiento de piedras al establecimiento. Durante las protestas de hace tres semanas, que dejaron un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos, hubo enfrentamientos de manifestantes con la policía y partidarios del gobierno que respondieron a la “orden de combate” del presidente Miguel Díaz-Canel de salir a las calles que, dijo, son de “los revolucionarios”, así como saqueos a supermercados en varias ciudades del país. Las autoridades cubanas han prometido fuertes sanciones para los manifestantes implicados en hechos vandálicos.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló el miércoles que la situación de la pandemia de COVID-19 en Cuba “sigue siendo preocupante”, atribuyendo el aumento récord de infecciones a la propagación de la variante delta, altamente contagiosa.
A pesar de que el país está cerrado al turismo masivo, con excepción de las playas de Varadero y los Cayos, durante las dos últimas semanas de julio continuó el incremento de casos confirmados de COVID-19, dijo en rueda de prensa el director de Emergencias en Salud de la OPS, Ciro Ugarte.
“La situación está complicada en Cuba. Esto debido a la variante delta, que ha sido reportada por las autoridades en varios lugares del país y hay todavía una cantidad significativa de población susceptible”, explicó. El experto enfatizó por otra parte una realidad económica “muy difícil actualmente en Cuba”, con “largas filas para obtener alimentos” y “un agotamiento de la población respecto de las medidas para protegerse de la pandemia”.
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Según el último reporte de la OPS, del 18 al 24 de julio, en Cuba se informaron 51.081 casos de COVID-19 (+21,1% con respecto a la semana anterior) y 446 muertos (+78); mientras que del 25 al 31 de julio hubo 61.375 contagios (+16,8%) y 494 fallecidos (+48).
Las infecciones superan las notificadas en semanas anteriores. “Todavía seguimos en una fase muy activa de transmisión”, dijo Ugarte. Las tasas de incidencia de casos positivos solamente disminuyeron en relación con las dos semanas anteriores en la provincia de Matanzas (-41%) y en el Municipio Especial Isla de la Juventud (-7%). “En todos los demás lugares aumentaron los casos con relación a los últimos 14 días”, resaltó.
Entre las provincias con mayor alza de las infecciones están Artemisa (+59,7%), Cienfuegos (+59,6%) y La Habana (+54,4%). Ugarte resaltó sin embargo como “positivo” el aumento de la vacunación en la isla, que confió mantenga su ritmo “para reducir la cantidad de fallecidos y casos graves”.
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“El impacto hubiera sido mayor si no se hubiera iniciado esta vacunación temprana, principalmente para trabajadores de la salud y en territorios de riesgo como La Habana”, dijo. Cuba empezó a inmunizar a su población a mediados de mayo con candidatos vacunales anti-COVID desarrollados en la isla.
Al 31 de julio, más de 4 millones de personas habían recibido en Cuba al menos una dosis de alguno de los candidatos o de la vacuna Abdala, aprobada el 9 de julio por las autoridades regulatorias cubanas. Esto representa el 35,7% de la población del país.
En las últimas dos semanas, Cuba se ubicó primero en Latinoamérica y cuarto en el mundo por cantidad de contagios de COVID-19 por cada 100.000 habitantes. Por número de muertos cada 100.000 habitantes, se situó tercero en Latinoamérica (después de Paraguay y Argentina) y noveno en el mundo, según cifras oficiales compiladas por AFP.
Fuente: AFP.